Capítulo 22 - Feliz cumpleaños...Eve?

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Maratón 2/3

Decido ignorar las llamadas pero luego escucho que alguien toca mi puerta.

-Evelyn, puedo pasar?-. Escucho la voz de mi padre quitándome de los pensamientos.

-Adelante-. Dije al momento que mi padre ingresa lentamente hasta llegar a mi cama y sentarse en la punta.

-Hija, sé que estas pasando por un momento difícil...-. Hizo una pausa. Como se atreva a hablar de Cameron, no lo soportaré.

-La pérdida de un ser querido nunca es fácil de superar y mucho menos de olvidar. Pero cariño, tu hermano y yo no tenemos la culpa de lo que le ocurrió, tampoco la tienes tu, ni nadie. No puedes cambiar el pasado y sólo te falta un día para ser mayor de edad, ya deberías de entenderlo-. Ya sabía yo que no podía cerrar su bocota.

-Al grano papá-. Si sigue hablando de Cameron voy a empezar a llorar nuevamente y no lo permitiré.

-Verás, hoy hay una fiesta de socios y me gustaría que toda nuestra familia asista-. Habló. Lo mire por unos segundos, ya sabía la respuesta pero quería hacerle creer que lo estaba pensando.

-He dicho todos Evelyn-. Volvió a decir antes de dejar que responda.

-Que más da-. Le dije alzandome de hombros.

-Bien, prepárate ya que salimos en dos horas-. Habló. Me bañe, me vestí y comí algo porque moría de hambre.

Dos horas más tarde toda mi familia se encontraba en un lujoso edificio bien decorado por la celebración de....un momento, ¿de qué es la celebración?.

-En que piensas?-. Preguntó Sthefy al tiempo que extendió su brazo para ofrecerme una bebida.

-Nada importante, ¿que es?-. Hablé señalando la bebida.

-Vodka-. Contestó mi amiga.

-Está fuerte, como me gusta-. Comenté.

-No has notado que ese señor de allá te está mirando mucho?-. Habló Sthefy señalando con la mirada a alguna persona que estaba a mis espaldas.

-Quien?-. Pregunté al voltearme para ver a la persona.

-El de traje azul marino-. Contestó.

-Pues está bastante bueno-. Confesé. Y es la verdad, su físico no está nada mal.

-Estas loca? Tendrá unos 30 como mínimo-. Habló Sthefy como si fuera demasiado.

-Pues pienso averiguarlo-. Respondí

-Y Zac?-. Creí que ya había dejado en claro que no quería que lo nombraran.

-Por mi se puede ir a la Mierda, no fue capaz de hablarme en 3 malditos meses-. Respondí.

-Pero fuiste tu la que cometió el error-. Habló.

-Eso ya lo se-. Dije fulminandola con la mirada.

-Sólo intenta no gemir el nombre de Cameron mientras lo hagan, te hace mal-. Habló dándole un trago a su bebida.

Desde que murió siempre que tengo sexo gimo su nombre pensando que lo estoy haciendo con él y no con un extraño, casi nunca me reprochan pues están más ocupados saciandose de placer, lo máximo que hacían era mirarme raro o preguntarme quien era Cameron, lo cual obviamente no respondía.

-Lo intentaré-. Dije y mi amiga rio.

Unas horas después, nose cómo ni cuándo pero me encuentro besando al bomobonazo.

-Cuantos años tienes?-. Pregunté para sacarme de las dudas al momento que me acorralaba a la pared.

-28 y tu?-. Habló de forma entrecortada.

-17, mañana 18-. Comenté profundizando el beso.

-Eres menor de edad?-. Preguntó el bombón deteniendo totalmente el apasionado beso.

- Si... Y?-. Dije atrevidamente.

-No creo que haya problema, ahora son las 11:55 y mientras llegamos al hotel de aquí a la vuelta ya vas a ser completamente legal para mi-. Dijo divertido.

-Shh, hablas mucho-. Hablé callandolo con un dedo. Me agarró del brazo para dirigirme al hotel.

No creo que mis padres se molesten si salgo de su tan preciada fiesta para tener sexo con un desconocido y además de 28 años.

-Llegamos-. Dijo el mayor para luego tomarme de las piernas obligadome a rodear su cintura con ellas. Me besó salvajemente de una forma que nadie de los imbéciles con quienes me había acostado lo había hecho. Al llegar a la cama me recosto suavemente para despues arrebatarme las prendas velozmente. Yo hice lo mismo con su ropa, unos segundos después ambos estábamos completamente desnudos. De mis labios bajo hasta una de mis tetas y lamio cada centímetro de ésta, siguió bajando hasta llegar a mi ya mojada feminidad, metió sus dedos estimulando mi clítoris haciendo que forme un perfecto arco con la espalda.

Rápidamente se puso el condón y en un hábil movimiento entró en mi de una sola estocada, gemi alto al sentir su miembro, es demasiado grande, pensé y reí ante ese pensamiento.

-Que es lo gracioso?-. Dijo deteniéndose por completo.

-No te detengas-. Ordené y continuó con lo suyo. Las estocadas eran cada vez más fuertes y rápidas, con una de sus manos masajeaba mis tetas y pellizco mi pezón.

-Mas...Si....así Cameron-. Y aquí estaba yo, de vuelta gimiendo su nombre. El mayor, al escuchar esto se detuvo nuevamente.

-Quien es Cameron?-. Pregunto sin salir de mi.

-Eso no tiene porque importarte-. Le contesto sin mirarle a los ojos.

-Claro que tiene que importarme si te estás imaginando a otro hombre mientras tenemos sexo-. Dijo mientras salía de mi.

-Tu lo has dicho, es sexo, no debería importarte-. Inisiti. Mientras me sentaba sobre la cama.

-Es un exnovio ¿no es así?, ¿que te hizo? ¿te engañó? ¿te dejó?-. Cuestionó quitándose el condón para luego tirarlo a la basura.

-No es tu maldito problema-. Este tipo ya me está sacando de mis casillas.

-Vamos, ya pase por esa edad, se que algo te hizo-. Insistió poniéndose el boxer y luego el pantalón.

-Se murió, eso me hizo, se murió maldita sea-. Dije gritándole.

-Lo siento-. Habló tranquilo.

-No, no lo sientes, ni siquiera me conoces-. Le recordé.

-Tienes razón, pero por lo que se ve te duele mucho, deberías dejar de pensar en él mientras tienes sexo, de esa forma no te sirve tener sexo-. Dijo en la puerta de la habitación.

-¿Por qué dices que no me sirve el sexo?-. Pregunté todavía sentada en la cama.

-Tienes sexo solo para olvidarlo, se te nota mucho pero no te sirve si lo recuerdas mientras lo haces. Si quieres, yo te puedo enseñar a olvidarlo, ahi tienes mi número y dirección-. Habló señalando una nota en la mesa de noche para luego guiñarme el ojo y salir de la habitación dejándome desconcertada. ¿Y éste cuando dejó eso ahí?.

La Nueva Y El MujeriegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora