Capítulo 21 - Feliz cumpleaños...Eve?

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Maratón 1/3

3 Meses Después

Hace dos horas todo lo que hago es pensar en por qué todo el mundo me dice que cambié mucho. La verdad creo que exageran, lo único de diferente en mi vida es que salgo todos los viernes a emborracharme, tener sexo con cualquiera y volver a mi casa a las cuatro de la mañana.

-Eve, ¿estás?-. Escuchó fuera de mi habitación la voz de Sheila, ¿que hace aquí?

-Adelante-. Digo sentándome sobre la cama.

-Prepárate, nos vamos a correr-. ¿Escuché bien?

-¿A correr?-. Pregunto.

-Si, hay que ponernos en forma-. Habla Shei rebuscando entre mi armario.

-Pero si ya estoy en forma-. Me quejo.

-Dirás en forma de pelota-. Insiste mi amiga.

-Eres una exagerada, sólo subí cinco kilos en los últimos tres meses-. Olvidé de mencionar que otra cosa que había de diferente en mi vida es que comía siempre que podía, lo mismo con el alcohol.

-Eso es muchísimo, por esa razon el último chico te rechazó cuando iban a tener sexo-. Comentó extendiendo un conjunto de ropa deportiva.

-Que no me rechazó! Sólo pasó de mi-. Le contradije. Bueno, si me rechazó y Que!?.

-Es lo mismo, en dos días es tu cumpleaños y a parte tienes que distraerte-. Habló Shei.

-Como digas-. Le respondo agarrando la ropa para luego ponermela.

Salimos a correr a la plaza más cercana, al llegar observe todo tipo de personas, algunas venían solas y otras acompañadas, algunas corrían y otras sólo caminaban, algunas hacían ejercicio con los equipos instalados en la plaza y otras preferían hacer ejercicio sin los equipos. Luego de unos minutos, y por estar distrayendome al observar a la gente, sin querer choque con un pequeño niño.

-Perdón, te lastime?-. Pregunté al pequeñin. El se volteó pues estaba de espaldas y entonces pude verlo, esos ojos azules son iguales a los de... Zac.

-Me dolió mucho-. Se quejó el pequeño llevándose la mano a la cabeza.

-Lo siento no fue mi intención, ¿como te llamas pequeño?-. Pregunté agachandome para quedar a su altura.

-Cameron...-. Habló el chiquitín. Pasé saliva y trate de mantener la calma.

-Y tu apellido amiguito?-. No me atreví a llamarlo por el nombre.

-Eve-. Advirtió Sheila quien se encontraba escuchando la charla.

-Brown-. Dijo al parecer aburrido de nuestra pequeña conversación. Mierda ese es el apellido de Zac.

-Cameron ¿que te he dicho de hablar con extraños? ¿Que debias de decir?-. Escuché una voz masculina atrás del pequeño y levanté la mirada para ver de quien se trataba.

-Oh si! Perdón pero mi papi no me deja aceptar dulces raros de desconocidos-. Habló inocentemente el pequeño. ¿Dulces raros? ¿Enserio?.

-Lo siento, sólo me estaba disculpado con el pequeño por haberlo chocado, fue mi error-. Me disculpe con el señor.

-No pasa nada, si nos disculpas... debemos irnos-. Dijo el señor en tono de despedida y caminando en dirección contraria a la nuestra con el pequeño agarrado de su mano.

-Espere!! Señor...-. Me detuve pues no sabía su nombre.

-¿Es enserio?-. Susurró Shei para que sólo yo la escuche.

-Peter, Peter Brown-. Se presentó.

-¿Usted por si acaso no es algún pariente de Zac Brown?-. Pregunté, estaba jugando con fuego y lo sabía.

-Si, de hecho es mi sobrino, ¿por qué? ¿lo conoces?-. Preguntó.

- Si, bueno, sólo soy una vieja amiga-. Aclaré. ¿Un pariente de Zac con el nombre de Cameron? La vida me odia.

-Oh! Entiendo, me encantó conocerte pero debo irme-. Habló el señor y yo asentí.

-Que fue todo eso?-. Preguntó Shei una vez que estuvieron lo suficientemente lejos.

-Una charla-. Respondí obvia y mi amiga sólo negó con la cabeza para seguir corriendo.

Al día siguiente.

-No quiero hacer nada, cuantas veces tengo que decírtelo-. Hablé. Hace más de una hora James me está insistiendo para que hagamos algo por nuestro cumpleaños pero yo no quiero.

Si, James y yo nos llevamos un año, pero nacimos el mismo día.

-Porque? Antes te encantaba el día de nuestro cumpleaños-. Insistió mi hermano.

-No es algo que tenga que importarte, sólo no quiero y ya-. Comenté.

-Evelyn! No hables de esa forma a tu hermano-. Dijo mi padre. Volvieron de su viaje a España hace un mes.

-No te metas! -. Respondí.

-Pero que es lo que te ha pasado en estos meses que no estuvimos?-. Habló mi madre.

-No me pasó nada, sólo no se metan en mis planes. Es mi cumpleaños no el de ustedes-. Sin esperar respuesta alguna subí a mi habitación.

-Evelyn Miller aún no hemos terminado-. Oí la voz de mi madre, pero la ignore.

¿Porque no pueden entender que no quiero nada por mi cumpleaños? No es tan difícil. Pero ese truco ya me lo sé, ellos se aprovechan de que su dos hijos cumplen el mismo día para hacer una fiesta enorme y así poder invitar a sus socios para poder negociar. Como siempre, pensando en su trabajo antes que en sus hijos.

No quiero que me malinterpreten, me encanta cumplir el mismo día que mi hermano y festejar con él pero lo que no me gusta es que mis padres se aprovechen de eso, al final, nunca disfrutamos verdaderamente en familia como ellos lo prometen, ¿por qué? Porque siempre hay trabajo de por medio.

Por unos minutos, me quedo pensando en como sería mi vida si Cameron siguiera aquí conmigo, o si tan sólo estuviese vivo en Canadá. Pero no puedo seguir pensando en él...

Pongo el reproductor de música pero luego de diez canciones me aburro, así que prendo la televisión para ver mi serie en Netflix, luego de cuatro capítulos mi celular comienza a sonar. Pero no atiendo la llamada. Veo las notificaciones.

Una llamada perdida de papá.

Vaya manera de llamar a tu hija que está en la misma casa, una habitación al lado. Decido ignorar las llamadas pero luego escucho que alguien toca mi puerta.

La Nueva Y El MujeriegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora