Las buenas decisiones no son algo que caractericen a Scarlett Miller, pero, ¿quién la puede culpar después de la pérdida de su mamá?
Empezar desde cero en una internado lejos de su familia no fue una decisión fácil, ni mucho menos la correcta. Ella...
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Dios, como odio esta clase, definitivamente si no estuviera con Daniel a lado me estaría muriendo de aburrimiento.
El profesor Colville se encuentra dando su aburrida clase de las Leyes de Newton, solo se la pasa hablando y hablando, blah, blah, blah. Espero que termine muy pronto o si no me terminaré durmiendo.
-Pss, Scarlett, no te duermas -masculla Daniel, golpeándome con leve fuerza con su codo en mi brazo-. Sé que está aburrida, pero te van a regañar.
-Siento que en cualquier momento voy a caer dormida.
-No digas idioteces, Scarlett. Ya has soportado está clase por un mes, ¿qué te cuesta soportarla otros cuatro meses?
-Agh, basta, no me lo recuerdes
-Señorita Miller, ya que la veo tan comunicativa, ¿podría repetir lo que acabo de decir?
-Umhum... -me pongo de pie, siento como todos voltean a verme, incluido Daniel, el cual se está aguantando la risa.
-La escucho -vulve a hablar el profesor Colville alias "viejito aburrido".
-Estaba hablando de la segunda ley de Newton -informa Daniel en voz baja para que el maestro no pudiera oírlo.
-B-bueno usted explicaba la segunda ley de Newton, profesor -contesto.
-¿Y sabe lo que explica la segunda ley de Newton?
-Claro, pero para que dejar que yo lo haga cuando usted puede dar la clase -¿Qué comentario tan más estúpido acabo de hacer?-, pero si lo que quiere es que le diga, lo haré. La segunda ley de Newton es también conocida como la ley de la fuerza y establece que las aceleraciones que experimenta un cuerpo son proporcionales a las fuerzas que recibe.
Que bueno que estudié anoche, de no haberlo hecho no podría contestarle al profesor. Aunque también agradezco lo que está escrito en el pizarrón.
-Correcto. Pero no se lo contaré como participación, debido a que ha tomado mi clase como su hora para entretener al joven Stone.
Dicho esto todos sueltan unas risitas, mientras que Clarissa hace un comentario estúpido.
-Rarito y rarita. Hacen buena pareja, no te ofendas Matt.
Perra. La odio con todo mi ser.
-No me ofendo, al contrario, Clarissa. Mi novia por muy "rarita" que sea, es más linda, con carisma y es mucho más inteligente que tú. Así que no, no estoy ofendido.
Sonrío disimuladamente para que no me vuelvan a regañar. Siento calientes mis mejillas, seguramente estoy sonrojada. Pero lo que dijo fue tan lindo que no lo puedo evitar, lástima que lleve evitándome desde que volvió del hospital.
El profesor los calla y continúa con su clase.
-Vaya, el drama sí que te despierta, ¿verdad? -comenta Daniel sin voltearme a ver.