Flashback 3.

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Aquel 22 de Diciembre de 2017 no era uno normal, fue la fecha en que cambió la vida para muchas personas, entre ellas destacando a Daniel Stone y Lucy Ferrer

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Aquel 22 de Diciembre de 2017 no era uno normal, fue la fecha en que cambió la vida para muchas personas, entre ellas destacando a Daniel Stone y Lucy Ferrer. Una llamada los cambió a ambos. Diego ha muerto...

El día para Lucy empezó bastante normal, nada fuera de lo común, se encontraba con su mejor amiga Camille en su habitación, como los últimos tres días.

—¿Ya arreglaste las cosas con Diego? —preguntó Camille, recostada boca arriba en la cama de Lucy, revisando su inicio de Facebook.

—No me ha contestado las llamadas... —contestó Lucy con tristeza, guardando su ropa recién lavada en su closet.

—Que raro, creí que él te contestaría de inmediato. Hace sólo unas semanas él te marcaba como veinte veces al día, y te enviaba al menos unos cincuenta mensajes para saber cómo estabas. Me es difícil creer que te ha olvidado de la noche a la mañana desde que salimos de vacaciones.

—Cam, no necesito que me recuerdes que no le contestaba sus llamadas, ni que borré todos y cada uno de los mensajes que me mandó. Sé perfectamente lo que hice. Aunque admito que sí es un poco raro que desde el día que salimos él ya no me haya mandado nada. Probablemente ya conoció a alguien más.

—Lo dudo mucho. Él te ama. Lo conozco de hace un tiempo, desaparecer no es algo que él haría, ni siquiera me contesta a mí los mensajes, ¡a mí! Es más, no se ha conectado a Facebook.

—No sigas, Camille, ya me siento mal por todo lo que le hice pasar. Yo quiero regresar con él, pero no sé si me podrá perdonar, es decir, ¿Y si ya ha conocido a alguien y ahora es feliz? No quiero ser yo la culpable de su nueva ruptura...

—Deja de decir estupideces. Él te ama y punto, si es el puto destino ustedes dos terminarán juntos.

—¿Y si no?

—Si no es así, simplemente lo sabrás.

—Te detesto cuando eres tan directa.

—Cariño, la vida no es dulce, siempre va a haber amarguras y penas que tendrás que soportar, yo sólo trato de que no te acostumbres a que la vida sea color de rosa.

—Sí, sí, ya te entendí. ¿Pero qué hago?¿Ir a su casa? Por si lo olvidaste sus padres me odian.

—¿Y? Serás novia de su hijo, no de ellos —soltó Camille bromeando—. Ya hablando en serio, Lu, no te rindas tan fácil si en verdad lo quieres. Él no se ha dado por vencido, puedo casi asegurar a que salió de vacaciones a alguna playa o yo qué sé y probablemente no tiene señal, pero cuando regrese te va a seguir adorando como nunca. Sólo dale un poco de tiempo para digerir lo que pasó.

—No sé qué haría sin ti, Cam —dijo la pelirroja, acercándose hasta su amiga para abrazarla.

—No podrías vivir sin mí, ¿cierto? —bromeó la pelinegra.

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