Un nuevo comienzo

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No puedo creer que haya tomado esta estúpida decisión, pero debo admitir que será lo mejor para mi después de los problemas que tuve en mi anterior escuela y digo anterior porque ahora me dirijo a una nueva, es un internado para jóvenes adolescentes, necesito esto, realmente lo necesito. Miro por la ventana del auto y solo logro ver como me alejo más y más de mi hogar, mi papá está a lado mío y me sonríe con cierta ternura y con un poco de melancolía.

—Tranquila hija, solo será temporal, supongo.—dice mi padre mientras me acaricia la cabeza— además, tú misma elegiste el internado y dijiste que te parecía lindo.

—Lo sé papá es solo que... simplemente no me quiero ir, a pesar de los problemas que tuve de alguna manera voy a extrañar estar aquí.

—Eso lo sé muy bien hija y lo comprendo, pero tienes que aceptar que esto es lo mejor, puedes empezar completamente desde cero. Además nos veremos en navidad y cuando finalice el semestre, claro, si es lo que quieres.

Asiento con la cabeza y me quedo callada después de oír sus palabras, me recargo sobre la ventana del auto viendo todo el paisaje. Pasaron casi cuatro horas de viaje y me quedé  dormida aproximadamente como a la mitad del camino. Mi papá me mueve un poco del hombro y me avisa que ya hemos  llegado, me asomo un poco por la ventana y logro ver como las rejas del internado comienzan a abrirse, al abrirse logro ver a varios chicos caminando por ese patio y veo como me miran con cierta curiosidad, algunos me sonríen y otros solo me miran con extrañeza.

Cuando el auto por fin se detiene salgo apresuradamente y doy un gran respiro, ya que no estoy acostumbrada a viajes largos y ya necesitaba aire fresco con urgencia sino lo hacía sentía que probablemente vomitaría o me desmayaría. Mi padre sale casi inmediatamente que yo y empezó a observar todo su alrededor, vio un gran edificio que estaba en frente de nosotros, también observó a algunos de los chicos y chicas que pasaban por ahí. Me mira por unos instantes, después de eso ayuda al conductor a sacar mi equipaje el cual dejan en el suelo, me da una de mis bolsas de mano, me da un abrazo y un beso en la frente.

— Bueno hija, hemos llegado. Sabes que te esperamos en las vacaciones de navidad, o incluso si lo quieres podemos venir por ti los fines de semana...

— Papá tranquilo, estaré bien. Además uno de los objetivos de que esté aquí es que sea de alguna manera más sociable y si voy a la casa los fines de semana no lo lograré tan fácil.

— Está bien mi princesa. ¿Sabes? Te pareces a tu mamá cuando era joven, ella decía que te parecías a mí, pero la verdad es que no.

— Papá...— Agacha la cabeza y se le hacen lágrimas en los ojos.

—Perdón hija, en vez de darte una buena despedida te estoy poniendo triste.

— No te disculpes papá, no es tu culpa lo que pasó. Te prometo que estaré bien, te escribiré cada que pueda, ya verás que te voy a enorgullecer con mis buenas calificaciones y además haré buenos amigos, te lo prometo.—  Asiente con la cabeza, me da un último abrazo y se mete al coche.

Al ver como se alejaba cada vez más el coche sentí como si me oprimieran el pecho, lo extrañaría demasiado, a él y a mis dos hermanas. Cuando se cerraron la rejas para dejar salir al coche sabía que tendría que afrontar el estar sola... O tal vez no, al menos no por mucho. En ese momento escuché la voz de un muchacho. Voltee en su dirección y me sonrió, al ver su expresión tan feliz le devolví la sonrisa.

— Hola hermosa, ¿Cómo te llamas?— dijo aquél muchacho tan guapo que al oír sus palabras no pude evitar sonrojarme un poco.

— Hola, me llamo Scarlett, Scarlett Miller, un placer.

— El placer es todo mío Scarlett Miller. Oh, lo lamento no me he presentado debidamente, mi nombre es Matthew Dominic Cortés, pero puedes decirme solo Matt.

— Mucho gusto Matt, fue un gusto haberte conocido, pero ya tengo que irme y...

— ¿Qué? No, no te vayas, si quieres te acompaño, además sirve que te ayudo a cargar esas maletas. Es más, se ve que eres nueva y te puedo dar un tour por el colegio, ¿aceptas?

— De acuerdo, primero tengo que ir a la dirección porque en realidad no sé en que dormitorio me tocó ni las materias que tendré etcétera.

— Muy bien, primero deja cargo tus maletas.— Él se dirige hacia donde están mis maletas y las carga— ahora sígueme, verás, este internado consta de siete edificios, que van en orden alfabético de la A hasta la G, también están por otra parte la dirección, las canchas de futbol, la alberca, un pequeño bosque detrás de los edificios y ya, eso es prácticamente todo supongo. Ah no, lo olvidaba, tenemos nuestra cafetería  y un pequeño edificio fantasma.

— ¿Edificio fantasma?  Estas jugando ¿no? ¿Y qué es? Un edificio que no se terminó de construir y que pasan cosas extrañas supongo — él emite una pequeña risa y después niega con la cabeza.

— Es algo parecido, es un edificio común y corriente, pero hace quince años hubo un accidente y el edificio se quemó, murieron alrededor de cincuenta jóvenes. Después de eso el edificio quedó inhabilitado y todos por miedosos votaron por no volver a entrar, algunos chicos entran en busca de "emociones fuertes y paranormales" pero cuando salen no quieren volver a entrar, es solo una historia, tranquila.

— En realidad yo no estoy asustada ¿Y tú? .— Sonrío heroicamente y Matt imita mi acción.

—Claro que no, hablas de mí, yo no le tengo miedo a nada.

Seguimos caminando hasta llegar a la dirección en donde él dejó mis maletas y se sentó afuera de la oficina de la directora, la conocida señora Dumont, en lo que yo entraba a platicar con ella para  conocerla, obtener las llaves de  mi dormitorio y mi horario de clases. Al cabo de una hora de una buena plática y unos momentos agradables con ella me dio las llaves de mi dormitorio y de su impresora sacó mi horario. Ahora solo quedaba ir hasta el edificio F para empezar a desempacar y a esperar al lunes que empezarían las clases.

InternadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora