Capítulo 13

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Sobra decir que lo único que no hicimos durante esa tarde fue ver la película.

Al igual que ella lo había dicho, a ambas nos resultó muy complicado conformarnos con el beso que nos dimos apenas comenzó la cinta que habíamos elegido para ver.

Nunca me había sentido de aquella manera, y debía aceptar que tenía miedo por ello. No era que temiera a Alba, sino a lo que sentía por ella. Ni siquiera me había detenido a pensar qué era lo que teníamos, o si hacía falta etiquetarlo de alguna forma. Lo cierto era que estar junto a ella era una de las cosas más bonitas que me habían pasado en la vida, y me sentía profundamente agradecida por ello.

Al llegar la noche, las dos estábamos completamente rendidas. Sus grandes ojos estaban casi cerrados en el momento en que le propuse que nos acomodáramos para dormir, y tenía una voz tan ronca y tan floja, que me costaba un poco comprender su negativa.

Al darme cuenta de que no lograría hacerla levantar para que pudiera cubrirla, decidí levantarme, ir hacia mi cama para deshacerla y luego volver por ella, para llevarla en brazos. Se abrazó a mi cuello con tanta ternura, que me hizo suspirar sin preocupación de que me escuchara.

Tras taparla y asegurarme que estuviera completamente dormida, me quedé contemplándola por unos instantes.

No había una sola cosa en su fisionomía que no me pareciera perfecta. Sus ojos, aun cerrados, eran hermosos. La forma en que alzaba un poco su boca, apretándola. El rubor en su piel blanca... Alba era la mujer más bonita que había visto, que había besado y con la que había estado. Me sentía tan afortunada que por unos instantes sólo podía pensar en despertarla para seguir besándola.

Sin embargo, no lo hice. Ojalá lo hubiera hecho.

A la mañana siguiente, abrí los ojos, esperando a que las cosas siguieran siendo tan mágicas como una noche antes, sin embargo, fue el golpe de realidad más duro que había tenido en mucho tiempo.

Busqué a Alba por todos lados, sin encontrarla. Sorprendida, me levanté con rapidez, vistiéndome con la ropa que encontré en el camino, y finalmente colocándome el jersey en color mostaza que tanto le gustaba utilizar en las mañanas más frías. Me tomé la libertad, debido al grado de confianza que habíamos adquirido la noche anterior, y asumiendo que no tendría problema con ello.

La esperé durante unos minutos, aguardando a que volviera de donde quiera que estuviera. Traté de despejar mi mente realizando algo más, por lo que ordené la ropa que había lavado unos días antes, mientras escuchaba una canción desde mi teléfono móvil.

Habían pasado cerca de 30 minutos, y Alba todavía no regresaba. Me pregunté si sería buena idea llamarla al móvil, pero cuando intenté hacerlo, la llamada fue desviada al buzón de voz de manera inmediata, dejándome claro que estaba apagado, al no timbrar una sola vez.

Un tanto más preocupada, pero sin querer parecer intrusiva, decidí que podría salir a buscar algo para desayunar para cuando volviera. Me hice a la idea de que estaría realizando algún deber escolar, o que simplemente se había salido a tomar un poco de aire fresco mientras yo despertaba.

Por un instante me sentí algo cabreada, quizás por la idea que me había formado inconscientemente, de despertar junto a ella y llenarla de mimos. Sin embargo, después llegué a la conclusión interna de que no me encontraba en la posición para exigir que algo así sucediera, considerando que no teníamos términos establecidos en lo que sea que estuviera sucediendo.

Caminando con prisa hacia una de las cafeterías ubicadas en el patio central del instituto, decidí acortar el camino, yendo por un sendero que quedaba tras un edificio. Casi nadie lo utilizaba, pues algunos lo consideraban un camino "más largo", además de que estaba rodeado de muchas plantas y árboles, lo cual hacía que luciera un poco oscuro y "escondido". Sin embargo, era uno de mis sitios favoritos del colegio, puesto que a veces podía escaparme cuando necesitaba estar a solas, o simplemente respirar un poco más de aire, alejada de la mayoría de mis compañeros.

Serendipia (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora