Serendipia (COMPLETA)

Capítulo 3

Alba lucía triste. Habían pasado pocos días desde el momento que la conocí, y tampoco podía pretender que la conocía lo suficiente para saber su estado de ánimo, pero sus ojos eran tan expresivos, y me gustaban tanto como para no tomarme el tiempo de leerlos, que supe sin tener que preguntarlo que algo le sucedía.

Tenía el presentimiento de que tiene un amor difícil, o no correspondido. Simplemente me parecía que ella era el tipo de chica romántica y entregada que puede vivir el amor intensamente. Por alguna razón que no comprendía, me dolía el sólo pensar que a ella le pueda estar lastimando cualquier cosa.

Por otro lado, había notado que es muy cercana a la chica de ojos azules que siempre la acompañaba; parecían hablar de una forma tan suya y tan mágica que he tenido envidia. Ojalá que yo hubiera tenido la suerte de conocerla de esa forma en que su mejor amiga lo hace. No era que la quisiera como una amiga, pero pensé que tendría que conformarme con ello.

Nunca había entendido la frustración de sentirme atraída por una heterosexual, pues siempre había sido práctica y solamente salía con chicas que compartieran mi orientación.

Sus salidas a las 22:00 no habían dejado de suceder. Es casi religiosa la manera en que esperaba esa hora para salir de la habitación. Al principio buscaba excusas, pero luego lo ha cambiado por simples "Vuelvo en un rato". Aunque la convivencia no había dejado de ser amable, no habíamos pasado a más. Incluso notaba que había ocasiones en que estaba tan triste y desganada que no se tomaba la molestia de mirarme a los ojos cuando le hablaba. No era que no cumpliera con su labor de guía, sino que se limitaba a ello.

Me sentía completamente confundida por ella. Tenía una necesidad de estar cerca, pero al mismo tiempo me daba miedo ser molesta con ella. No había algo qué reclamarle, pues académicamente cumplía a la perfección con todo. Pero yo necesitaba conocerla, vivirla. ¿Sería que tenía que empezar a creer en el amor a primera vista?... Siempre había considerado que algo así no era posible, que incluso era ridículo, pero me refutaba a mí misma cada vez que me sorprendía mirándola con descaro, o pensando en ella a horas aleatorias.

Ya no me podía negar que me sentía profundamente atraída por ella; no había podido sacarme de la cabeza la primera vez que la pude ver, lo que sentí al notar sus ojos clavados en los míos, la descarga eléctrica que sentí por todo mi cuerpo cuando estreché su mano...

Quizás era momento de concentrarme en otras cosas. No era que no disfrutara de pensarla todo el día, pero dejaba de ser sano y agradable cuando me daba cuenta de que quizás nunca tendría oportunidad de representar algo más para ella.

Decidida a no ser una patética "grupie", opté por concentrarme en la escuela, y acercarme un poco más Sabela, quien me elegía constantemente como su compañera en los trabajos en equipo, e incluso me visitaba un par de veces en mi dormitorio con la excusa de tomar uno de mis apuntes que ella "accidentalmente" había perdido en clases.

Aquel día mi profesora de física otra vez me regañó, diciendo que me la vivo en tonterías, como los chicos. Casi muero de risa al escuchar eso, sin embargo tuve que aguantarme para que el regaño no se hiciera más severo. Sabela la miró de mala gana, pero no se animó a decirle palabra alguna.

Yo sólo esperaba que al día siguiente las cosas fueran diferentes, ya que Alba entraría conmigo a la clase, porque todos los guías (que en mi salón solo son 4) tenían que ir a ver el progreso de sus asignados. Me daría mucha vergüenza con ella que tuviera que ver cómo me trataba esa profesora.

Durante el resto de la mañana tomé el resto de mis asignaturas con la mayor calma posible. Por muy raro que aquello me resultara, me sentía cómoda en aquel sitio. Al terminar con mi horario escolar, me dirigí hacia la habitación, y luego de colocar en orden todos mis cuadernos y apuntes, me cambié de ropa por algo más cómodo. Las reglas no eran demasiado estrictas en cuanto a la vestimenta, siempre y cuando no nos encontráramos en horario escolar e hiciera lo posible por cubrir mis múltiples tatuajes.