Capítulo 12

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POV's Natalia

Cada parte de mi cuerpo se estremecía mientras estaba sintiendo la forma en que Alba movía sus caderas de manera rítmica mientras me besaba. Ambas teníamos el pijama puesto, el cabello amarrado en una coleta, y la piel ardiendo de una forma casi épica.

Sus mejillas se encontraban ruborizadas, como pocas veces la había visto. El color claro de sus ojos ahora estaba casi extinto, pues los encontré más oscuros que nunca. Alguna vez había leído que cuando eso sucedía, era gracias a que las pupilas tenían una dilatación mayor, como respuesta física a la excitación, y en ese momento, que Alba respiraba con dificultad y se movía cada vez con más fuerza junto a mi cadera, lo creí por completo.

Sentí frecuentemente que jalaba mis labios entre sus dientes. Lo hacía de una forma tan precisa, que hubiera podido jurar que era consciente de todo lo que estaba provocando en mí. Sonreía mientras se alejaba, sólo para volver con un impulso bastante bien calculado a seguir castigándome sólo con sus labios y su lengua.

No sabía cómo habíamos llegado a ese punto; lo último que recordaba era tenerla abrazada fuertemente junto a mí, tras decirle lo mucho que me gustaba la forma en que olía su cabello. La intención era entrelazar nuestras manos y dormir, para luego irme hacia mi cama cerca de la media noche, pero algo salió mal en ese plan, cuando echó su cadera hacia atrás, haciendo algo de presión en mi entrepierna con su trasero. Sin evitarlo, solté un suspiro que nos había puesto en la situación en la que nos encontrábamos.

Ella estaba cada vez menos tranquila.

Me acerqué a su cuello, y empecé a buscarme en él. Su respiración cercana a mi oído me hacía estremecer de la forma en que nada lo había hecho en mi vida. Lo único en lo que podía pensar era en quitarle la ropa, y fue así como terminé por colar mi mano por debajo de su pijama, para encontrarme con un brassier que marcaba de manera perfecta su pecho. La miré como pidiendo permiso para despojarla de él, que era mi último obstáculo antes de llegar a tener contacto directo con sus senos. Ella accedió fácilmente y entonces también lo arranqué con suavidad, para terminar encontrándome con la visión más bella que mis ojos hubiesen podido merecer. Ahí estaban sus senos desnudos ante mí. Con mi boca empecé a acariciarlos de forma suave, casi rozándolos con movimientos circulares, pero después de un tiempo comencé a sentir la insuficiencia de esa caricia y aumenté el ritmo de mis movimientos mientras yo misma me despojaba de mi ropa.


Mi boca iba descendiendo por su vientre. Otra vez la miré para preguntarle sin palabras si estaba de acuerdo en que siguiera mi descenso, y otra vez ella accedió.

Deslicé su pantalón hacia abajo, poco a poco, como quien aprecia una obra de arte. Pude sentir su nerviosismo, pues ella temblaba debajo de mí. Pensé que sería bueno hacer que se tranquilizara, así que sin dejar de quitar su pantalón me acerqué y apenas rocé sus labios, para después dirigirme hasta su oreja. La besé también, y luego dije lo que estaba sintiendo: "Eres hermosa, Alba Reche"...


Ella se estremeció y yo nuevamente bajé hacia su abdomen. La coloqué suavemente al borde de la cama, mientras me arrodillaba ante sus piernas. Mi cabeza se perdió en su entrepierna y mi lengua recorría cada espacio de la misma. Disfruté cuanto pude de su sabor, lo que hacía que a mi también llegara el placer al sentirla tan mía.

-"No pares por favor" -me decía entre gemidos, y por supuesto, yo seguí con ella, en todo momento. Arqueó su espalda después de unos minutos y exhaló de manera maravillosa, que me hizo suspirar. Subí a sus labios y observé como su piel estaba roja por el calor. Sus ojos brillaban de una forma tan especial que me reflejaba en ellos, y aquella sonrisa que tanto me gustaba se encontraba más extensa que nunca. Me acerqué para besarla, y ella correspondió por unos segundos, para después caer de forma graciosa sobre el colchón.

Serendipia (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora