No sé ni la hora que es. Hemos salidos unos cuantos a beber, como casi siempre y, de nuevo, me he pasado. Siento como el suelo se mueve bajo mis pies y como mi estomgo lucha por mantener su contenido dentro. Bueno, más bien soy yo el que lucha por que siga dentro porque lo que es mi estomago me lo está poniendo dificil.
Aún no sé por que acepto siempre los retos de mis compañeros a ver quien aguanta más alcohol. Esta vez ha sido Rangiku y luego Hisagi. Vencerles no es el problema, el verdadero problema es hacerlo primero con uno y luego con el otro. Así, es normal que acabe siempre con estas cogorzas. Llego cerca de las instalaciones de la doceava division. Aquel sitio siempre me ha dado ciertos escalofríos, sobre todo cuando pienso en su capitan, Mayuri Kurotsuchi. Desde que vencimos a Aizen ha cambiado su look y creo que ahora es más escalofríante que antes, si es que eso podría ser. Paso junto al Departamento de Investigación y Desarrollo acelerando mi paso a pesar de seguir sintiendo unas irremediables nauseas. Estoy seguro de que todos los que trabajan aquí son bichos raros como el capitan de la doce.
Al doblar una esquina choco con algo, más bien con alguien pero, debido a mi estado de embriaguez no soy capaz de fijar mi vista en esa persona hasta que he dado con mi trasero contra el frio suelo. Al elevar la mirada siento como todo en mi cuerpo se me congela.
-¿Estas bien?
Delante de mi, mostrando una de sus más calidas y falsas sonrisas me encuentro con Aizen Sousuke.
-Imposible...-balbuceo mientras no consigo hacer que mi cuerpo se mueva.-Tu... tu estas...
-¿Muerto?
La voz familiar de Kurotsuchi taicho me sorprende tras Aizen que se me ha quedado mirando de manera sorprendida. Miro a los ojos amarillos del siniestro capitan y veo como Aizen lo mira con cierta preocupación y este le hace un gesto para que se aparte. Este obedece fielmente y se mantiene a un costado de la calle esperando sumisamente a que hablemos. El capitan de la doce me alarga una mano pero evito el contacto con ella y me incorporo solo. Ya apenas siento el mareo que tenía, se me ha pasado con el susto que estos mal nacidos me han dado.
-Esto tenía que quedar en un secreto pero creo que ha sido un error por mi parte pensar que un simple paseo nocturno no traería consecuencias.-Miro al capitan sin entender muy bien lo que está ocurriendo pero él se me adelanta- Supongo que te estarás preguntando que hace Aizen Sousuke paseando conmigo por la noche por las calles del seiretei ¿no?
-Más bien me preguntaba como es posible que estubiera libre, ya que se supone que está bajo arresto en la prisión de máxima seguridad.
No puedo evitar mirar hacia Aizen pero él desvía la mirada, lo cual me deja un poco confuso. Su mirada esquiva no mostraba nada de la maldad o locura que lo caracterizan, lo cual no es muy normal aunque, ya demostró lo buen actor que era cuando nos engaño a todos haciendose pasar por buena persona y por muerto para luego darnos el golpe de gracia con su traición.
-¿Usted tambien eres un traidor taicho?
-No me hagas reir, jovencito.-Me mira con cierta desidia para luego acercarse hasta Aizen y acariciarle la cara.-Ven conmigo.
Me lo pienso antes de seguirlos observando como Aizen camina tras Kurotsuchi sin mediar palabra. Entramos en el Departamento de Investigación y Desarrollo por lo que parece ser una entrada lateral bastante discreta. Si no fuera porque voy con el capitan ni siquiera me habría percatado de su presencia. Caminamos por un pasillo levemente iluminado hasta que entramos en un gran despacho.
-¿Nunca habías estado aquí, Abarai kun?-me pregunta a la vez que toma asiento tras una gran mesa de madera cubierta por dos pantallas de ordenador y un teclado bastante grande en medio.
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Casa de Muñecas
FanfictionEn una noche de borrachera, Renji descubre un terrible secreto. Las consecuencias de este acto desencadenaran un sin fin de situaciones en las que el pelirrojo pondra a prueba su cordura, su corazon e incluso su integridad fisica. *Esta historia co...