El final de la espera

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El ver a Renji con sus pequeños ha hecho que mis ansias por tener al mio entre mis brazos crezca de manera dolorosa. Sakura es la niña más bonita que he visto nunca. Se parece muchisimo a Byakuya, tiene sus ojos azules, su piel palida y el pelo negro de los Kuchiki pero, extrañamente, las puntas de sus cabellos terminan en un tono rojizo similar al de Renji. Es algo que jamás había visto pero supongo que así posee algo también de su padre.

-¿Lloran mucho?-Le pregunto a Renji que sostiene a Sen en sus brazos. Su mechon rojo justo en el flequillo lo hace tremendamente mono.

-Solo cuando tiene hambre o si necesitan un cambio de pañal. Sen llora algo más cuando le dan los gases pero en general son muy buenos. Sorprendentemente buenos.-Dice realmente sorprendido.

-No lo digas muy fuerte o son capaces de cambiar solo por molestarte.-Dice Byakuya apareciendo con un par de biberones.

Yo le paso a la pequeña y veo como se sienta con ella y comienza a darle el biberon mientras Renji hace lo mismo con Sen. Parecen tremendamente coordinados y no es de extrañar ya que llevan dos semanas de practicas. No sé que tendrán pensado hacer a partir de ahora.

-¿Teneis pensado volver al Seiretei?-Pregunto pero en cuanto veo los ojos de Byakuya clavados en los mios siento que me he metido en una zona peligrosa.

-Aun no lo hemos hablado.-Dice Renji intentando no mostrar su preocupación.-Los niños son demasiado pequeños y no queremos exponerlos a ningun tipo de peligro. ¿Tu como lo llevas?

-Bueno, me duele un poco la espalda por el peso de la barriga pero ya no siento nauseas, al contrario, tengo siempre un hambre increible y si por algun motivo no como, este pequeño diablillo se encarga de patearme hasta que le doy de comer.

-Parece que va a ser igual que su padre ¿no?- Yo suspiro con algo de frustración.

-Desgraciadamente eso parece. Solo espero que no sea tan dificil de manejar.

-¿Te esta dando problemas ese espada?-Pregunta Byakuya mirandome con una ceja levantada.

-No exactamente. El problema más serio es que siempre anda a la gresca con mi padre. Se pican en cuanto pueden y la verdad es que me vuelven loco. Luego está el tema del sexo.-Digo como si tal cosa sin percatarme de que Byakuya abre los ojos sorprendido mientras Renji me mira torciendo una sonrisa.- ¿Que?

-No creo que debas hablar de ese tipo de cosas.-Me dice Byakuya volviendo a su seriedad habitual.

-No, que va. Cuenta, cuenta.-Dice Renji recibiendo una amonestación silenciosa por parte de su pareja.

-No te preocupes, Byakuya. No voy a dar detalles. Es solo que no me respeta.-Digo furioso- Le da igual si estoy cansado, molesto o embarazado. Él siempre tiene ganas y poco le importa si yo las tengo tambien.

-Pero ¿te fuerza?

-Bueno... no exactamente...

-¿Que quieres decir?-Me dice mi amigo pelirrojo inclinandose hacia delante.

-No tienes que contestar a eso.-Interviene Byakuya con una gota en la frente y un ligero tic en la ceja.

-Digamos que se las apaña siempre para convencerme.

-Pues entonces está bien.

-No, Renji, no está bien. Eso es chantaje... emocional o sexual o lo que sea pero es chantaje.

-Echalo de tu casa.-Dice Byakuya tan tranquilo.

¿Como voy a echarlo?¿Donde viviría? Además, yo... me gusta tenerlo a mi lado aunque sea pesado y aunque ande molestando todo el día a mi viejo. Al alzar la vista veo como Byakuya esta sonriendo ligeramente. Ah... eso era lo que quería, que yo mismo valorase las cosas buenas de Grimmjow. Madita sea...

Casa de MuñecasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora