Cara a cara

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Una nueva penetración, un nuevo gemido y termino corriendome de nuevo sobre mis sabanas. Jadeo mientras trago la saliva que se acumula en mi boca y aprieto las sabanas entre mis manos sintiendome tremendamente furioso. ¿Por qué me sigue ocurriendo esto?¿Es una especie de castigo? Llevo una semana sin ver a Renji. Una semana desde que estuviera a punto de matarlo y desde ese mismo día no he parado de sentir como si estuviera con él, como si hicieramos el amor una y otra y otra vez. La situación es peor que antes de estar con él y no tengo ni idea de qué puede ser la causa. ¿Acaso mi cuerpo se rebela contra mi decisión de alejarlo de mi?

He tenido que dejar de ir a la división alegando estar enfermo pero ¿que es esta enfermedad? Mi cuerpo está exhausto, mi polla me escuece de tanto masturbarme incluso sin quererlo, a penas me queda semen en el cuerpo de las veces que me he corrido aunque siempre parece quedar un poco para la siguiente corrida. Ya ni siquiera me toco. He intentado pensar en otras cosas, no tocarme a ver si así no llegaba al orgasmo pero llega de todas formas y cada vez es más y más fuerte. Me arrasa por completo, siento mi cuerpo temblar con el doloroso placer y siento que mi mente queda nublada para pensar o hacer cualquier cosa. Solo existe el placer. Y Renji. No puedo dejar de pensar en él, de sentirlo por todas las partes de mi cuerpo, lamiendome, besandome, penetrandome... lo odio tanto por lo que me ha hecho, por lo que me sigue haciendo.

Escucho unos golpes en la puerta y me apresuro a salir de la cama y tapar todo el estopicio. Me pongo un yukata negro y me apresuro a abrir. Los ojos preocupados de mi amigo Ukitake me miran y por un instante susupiro. Al menos no es Renji, aunque no sé ni porque he pensado que podría ser él. Seguramente estará con ese amante que tiene.

-Buenas tardes Byakuya, ¿como te encuentras?

-Bien.-Le digo saliendo de la habitación, sin duda despues de todo el dia ahí dentro corriendome una vez tras otra el cuarto tiene que oler a zorruno.- ¿Te apetece un té?

-Claro.

Pasamos hasta una de las salas que dan al jardin interior. Las puertas correderas estan abiertas y la brisa fresca de principios de otoño se cuela erizandome la piel. Me viene bien ya que siento mi cuerpo arder.

-Me he enterado que llevas una semana indispuesto sin ir por tu división.-Me dice mi amigo claramente preocupado.

-Si pero no es nada grave. No te preocupes. Seguramente estaré bien en un par de días.

-Me alegro.

-Y tu ¿como has seguido?

-Bien, aunque ahora que se acerca el invierno debo cuidarme más.

-Siento haberte preocupado haciendo que vinieras aquí... ah...

Abro los ojos y me llevo la mano a la boca sintiendo como mi cuerpo comienza de nuevo su proceso de excitación. ¡No! Delante de Ukitake no, por favor.

-Bya... Byakuya... ¿estas bien?-me dice apoyando su mano en mi hombro. Un nuevo escalofrío al sentir una lengua imaginaria sobre mi polla hace que me doble un poco hacia delante y tenga que apoyar ambas manos en el suelo.

-Ah... si... estoy... bien... ah...

-Yo no diría eso exactamente. Te ves... excitado...-Yo aprieto los ojos y siento como mi polla se levanta abultando la fina tela del yukata.- Byakuya en serio... ¿que te está sucediendo?

-Ah... Uki... take... ah... es... es complicado...

Mi amigo se apresura a cerrar con pestillo la puerta para evitar que algun criado se acerque al escuchar mis gemidos. También corre las puertas que dan al jadín y me mira con preocupación mientras yo no sé ni como mirarlo a él.

Casa de MuñecasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora