Casa de Muñecas

Rozando la felicidad

-Ginjo te he dicho que no.-Le digo empujandole con todas mis fuerzas. Entonces siento como él me golpea en la cara y todo comienza a darme vueltas.

Practicamente quedo tendido en el sofá como un muñeco de trapo mientras siento como Ginjo tira de mis pantalones para sacarmelos de las piernas. Luego tira de ambos lados del cuello de mi camisa haciendo que los botones salten por los aires y yo me quejo al sentir como la tela me quema la piel del cuello por el tirón. Todo parece relentizado e intento moverme para eviarlo pero no soy capaz. Me duele muchisimo la cara y la cabeza. Esa punzada no deja de atravesarme mientras siento como Ginjo me contempla deleitandose con mi palida piel y comienza a pasar sus dedos desde mi abultado vientre hasta mis pezones. Yo no quiero que me toque así, no quiero que me haga sentir nada pero él se agacha y muerde una de las bolitas que se han endurecido por sus caricias arrancandome un quejido por el dolor. Luego baja ambas manos por los laterales de mi cuerpo hasta clavar sus dedos de manera dolorosa en mis caderas, las cuales alza para rozar su polla contra la mia.

-Oh, Ichigo, no tienes ni idea de las ganas que tenía de follarme este precioso culo que tienes.

-Como se te ocurra tan siquiera imaginarlo pedazo de mierda, perderas la polla antes que las manos.

Giro la cabeza hacia la entrada y tardo más de cinco segundos en procesar lo que estoy viendo. El color azul se mueve rapidamente hacia mi y sé que él ha venido. Grimmjow. Ni siquiera sé porqué hace lo que hace. Él aparece cuando quiere y dice todas esas tonterías que desvaratan mi mundo pero ahora mismo, es la persona que más deseaba ver.

Siento un tirón cuando Ginjo sale volando de entre mis piernas y me quedo tendido en el sillón. Cierro los ojos e intento ignorar el dolor y el mareo para conseguir incorporarme y ver como, tal como prometió, Grimmjow le ha cortado una mano a Ginjo que grita furioso. Este toma su colgante y hace crecer su espada a lo que Grimmjow ensancha su sonrisa mostrando casi todos sus afilados dientes. En menos de un segundo cambia de forma y ya no es el chico salvajemente guapo que yo conozco. Su cuerpo esta completamente cubierto por una especie de coraza blanca a modo de armadura. Sus piernas son como las de una pantera a partir de la rodilla y sus manos son afiladas garras que atacan una y otra vez a Ginjo. Su pelo azul le pasa la cintura y tiene una larga cola que sale del final de su espalda. ¡Es un hollow! No... es algo diferente... es... es... la resurrección de un espada...

Escucho a Ginjo gritar cuando, finalmente le arranca con sus afilados colmillos la otra mano y cae de espaldas quedando sentado contra la pared. Yo miro atonito la escena sin poder ni querer moverme lo cual me deja aun más helado. ¿No se supone que es el padre de mi hijo?¿No se supone que querría hacer el amor con él?¿No se supone que debería salvarlo? No. La respuesta es tan clara en mi mente como la sangre que salpica la pared cuando Grimmjow alza la propia espada de Ginjo y lo corta por la mitad. Luego, lentamente se vuelve hacia mi y me clava esos ojos tan salvajes, tan intensos y yo solo puedo perderme en ellos mientras suelta la espada y se acerca hasta donde permanezco sentado.

-¿Estas bien?¿Ha llegado a hacerte algo?-Yo niego con la cabeza y veo como suspira pera luego mirarme serio de nuevo.-¡Joder, Ichigo! Mira que te lo advertí. ¿Por que no pudiste hacerme caso?

-Por que no te conozco.

-Eto... bueno pues... entonces no deberías estar en bolas. Así solo haces que me entren unas ganas brutales de follarte... que por cierto, llevamos una eternidad desde la ultima vez.

Yo lo miro y veo que su humor ha cambiado totalmente. Me mira sonriendome con lascivia y yo trago saliva mientras me apresuro a ponerme los pantalones y cerrarme la camisa como puedo.

-Ya estamos de nuevo en plan estrechos...-Dice chasqueando la lengua. Suspira cerrando los ojos y veo como vuelve a su forma humana. Si, sin duda lo prefiero así.