Experimentando

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Entro en nuestra división y voy directamente a la zona de la taberna. Sé que hoy estarán todos allí, ya que es noche de borrachera. Todos los viernes por la noche nos reuinimos allí y bebemos hasta caer totalmente ebrios. Creo que es el mejor momento para llevar a cabo mi plan, solo espero que no se tuerza todo.

-Oe Yumichika, ¿donde te has metido todo el día?-Veo a mi compañero Ikkaku acercarse a la carrera mientras parece algo molesto. Está tan tremendo como siempre- Tío he tenido que hacer tu trabajo para evitar que el taicho se enfurezca y nos joda la noche.

-Lo siento, tenía un asuntillo personal que organizar.

-¿Un asunto personal?¿Cual?

-Es personal, ya te lo he dicho.-Él me mira confuso y chasquea la lengua molesto.

-Anda vamos a beber y hoy, te toca invitarme por cubrirte.

Cuando entramos en la gran taberna me encuentro con casi toda la división allí dentro y parecen llevar allí ya un par de horas como poco. Al fondo del local veo como mi taicho está riendose a carcajadas mientras da un puñetazo a uno de sus subordinados dejandolo sin respiración. Perfecto, parece que hoy está de muy buen humor. Nos dirigimos a una zona alejada de donde está él y nos sentamos en unos sillones algo raidos ya. Aquí es imposible que nada dure demasiado intacto, la verdad es que estoy rodeado de bestias y cuando se emborrachan son peores aún.

-Asi que un asunto personal ¿eh?

-No le des más vueltas, no pienso decirte nada así que ya puedes dejar de pensar en ello.

-Eres un cabrón hijo de puta, encima que te cubro...

-Y yo te lo voy a agradecer invitandote a copas ¿no te parece suficiente compensación? Además vas a estar en la compañia del ser más hermoso que hay aquí dentro.

Él se rie como siempre que hago alusión a mi aspecto. No sé exactamente si es porque me da como un caso perdido o porque comparte mi opinion.

Tras una hora de copas y chupitos estamos en pleno apogeo de nuestra fiesta. Ikkaku no deja de reirse y contar batallitas que ambos conocemos de memoria pero no me importa escucharlas una y otra vez si es él quien las cuenta. Siempre me ha resultado tan sexy con esos ojos rajados y su esplendida calva. Uf, la verdad es que me pone un monton como se tensa su musculoso cuerpo cuando lucha y como se deja llevar al igual que mi capitan. Son muy parecidos aunque mi capitan es mucho más fuerte que cualquier hombre que haya conocido. Quiero follarmelos a ambos, un trio con ellos sería la ostia, ambos follandome aunque me desgarraran... pero solo es un sueño.

Intento dejar de pensar en ello ya que siento como mi polla está totalmente dura bajo mi uniforme. Sí, creo que mi compañero está perfecto para dar el siguiente paso.

-Oe Ikkaku, aquí hay demasiado ruido y no escucho lo que estás contando ¿por que no nos vamos a un reservado?

-¿No has escuchado nada de lo que te he contado?

-El principio si pero ahora es imposible.

-Ok, vamos.

Yo camino delante de él y elijo el reservado que me conviene. Es un pequeño cubiculo con una mesa baja y varios cojines donde sentarse comodamente. Sin que Ikkaku se fije echo el cerrojo para que nadie nos interrumpa. Coloco nuestros vasos y un par de botellas de sake que he robado por el camino.

-¿Y esto?-Dice sorprendido cuando las ve.

-Regalo de la casa.-Ambos nos reimos arrastrados por el alcohol y aprovecho para sentarme a su lado.-Y ¿por donde ibas?

Casa de MuñecasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora