Instintos Básicos

599 32 17
                                    

He perdido la cuenta de los días o semanas que llevamos aquí encerrados. Hasta Grimmjow se ha cansado de protestar como hacía los primeros dias. Ya solo le escucho gritar cuando vienen a sacarnos sangre o alguna otra muestra. Ese tipo tan raro que nos trajo aquí nos visita casi a diario y, además de todas esas pruebas físicas no ha dejado de hacernos preguntas sobre nosotros, nuestros origenes, nuestros poderes, sobre como conseguimos sobrevivir al enfrentamiento de Karakura, incluso nos ha hecho preguntas bastante intimas. Supongo que se abrurre muchisimo si no tiene otra cosa que hacer que venir aquí a charlar sobre gustos sexuales y cosas similares. No tengo ni idea de lo que tiene planeado para nosotros y, en realidad, me da igual.

Desde que perdí a Lily nada me ata a la vida, nada me importa y nada me motiva ni siquiera a escaparme de aquí. ¿A donde iría, de regreso a Hueco Mundo donde casi todos los hollows que viven allí se apartan de mi para no morir por mi alto reiatsu?¿Al mundo humano donde nadie podría verme a menos que fueran shinigamis? Está visto que mi destino es la soledad y la verdad, este encierro me favorece en ese sentido.

Escucho como la puerta se abre pero ni siquiera me molesto en abrir los ojos para mirar quien ha entrado. Seguramente sea ese pesado de cientifico loco o cualquiera de sus ayudantes pero tras unos segundos de silencio siento un reiatsu totalmente diferente. Giro la cabeza y, desde mi posición tumbada en la cama veo a un shinigami que no reconozco. Permanece junto a la puerta y me está mirando con unos increibles ojos azul grisaceo que despiertan algo en mi interior. Me incorporo y me fijo mejor en él, sin duda es un hombre bastante hermoso a pesar de ser un tio. No es que me vayan los tíos pero tampoco me importaría follarme a uno si es capaz de ponerme caliente.

-Buenos días Stark sama.-Le escucho decir mientras hace una pequeña reverencia. Al hacer ese movimiento su largo cabello oscuro se mueve y se lo aparta con un gesto sutil y delicado. Sin duda es diferente a todos los shinigamis con los que me he encontrado aunque me resulta ligeramente familiar.

-Veo que sabes mi nombre pero, yo no sé el tuyo.

-Soy Soujun.

-Muy bien Soujun ¿y tu a por que has venido?

El shinigami se acerca sorprendiendome por su intensa mirada. Yo estoy sentado en la cama y me quedo paralizado al sentir como se agacha un poco para besarme. Mis ojos se abren de par en par mientras siento como sus suaves labios pellizcan los mios humedeciendolos y como su lengua los acaricia haciendo que un escalofrío me recorra por completo. Ni siquiera me lo pienso cuando lo tomo por la nuca poniendome en pie y entrando con mi lengua en su boca. Su sabor es extraordinario y siento como mi entrepierna comienza a endurecerse contra su cuerpo. Él me rodea con sus brazos y lo aprieto contra mi mostrandole mi estado de exictación pero, al hacerlo, compruebo que su estado no es muy diferente al mio.

-Ah... hazmelo Stark sama...-Me susurra en la boca mientras veo como comienza a desvestirse.

¡Por Dios! ¿En serio quiere que me lo folle? Mi mente no es capaz de pensar en el mismo instante en que la palidez de su piel queda atrapada en mi mirada. Su cuerpo es perfecto, delgado, de piel suave e inmaculada, fibroso pero a la vez delicado. Soujun me empuja un poco hasta que me hace caer sobre la cama para comenzar a gatear sobre mi cuerpo y volver a besarme. Sus suaves cabellos me acarician la cara y yo lo tomo de nuevo por la nuca y la espalda para hacerlo caer sobre mi. Ruedo dejandolo bajo mi cuerpo, conmigo entre sus piernas y mi cordura parece querer gritar cuando veo como echa la cabeza hacia atras dejandome expuesto su largo cuello.

-Oh... espero que sepas lo que estas pidiendome porque en cuanto empecemos no pienso parar aunque me supliques.-Él parece asustarse durante unos segundos pero inmediatamente sus ojos se llena de un brillo que me recuerda mucho a la lujuria. Me toma de la nuca y me acerca a su boca lamiendome los labios de una forma totalmente erotica.

Casa de MuñecasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora