Un doloroso adiós

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Cuando Ginjo vuelve a besarme siento como mi cuerpo reacciona sin poder controlarlo. Sus labios son suaves y me besan lentamente mientras su lengua se abre paso hasta dar con la mia y acariciarla. Sus brazos están alrededor de mi cuerpo y practicamente estamos tumbados en el sofá. Yo enredo mis dedos en sus cabellos para atraerlo hacia mí y siento que sonríe con este gesto.

-¿Que te hace tanta gracia?

-No es gracia es solo...-Dice besandome de nuevo sin dejar de mirarme-... que había deseado tanto estar así que me parece casi imposible que esté sucediendo.

¿Como puede ser tan encantador? Dice y hace justo lo que quiero, lo que necesito. Siento como mi cara arde y no puedo más que besarlo dejandome arrastrar por la gran necesidad que tengo de sentirme realmente amado. Sus besos son suaves pero apasionados, nada que ver con la arrolladora brutalidad de ese pantera egocentrico y egoista. De repente me veo pensando en Gimmjow. En la primera vez que me obligó a besarlo, la primera vez que me sostuvo del cabello, tan diferente a como Ginjo lo está acariciando, la primera vez me me mordió hundiendo sus afilados dientes en la piel de mi cuello hasta hacerme sangrar mientras que Ginjo lo hace casi como una provocadora caricia.

-Ah...- Jadeo intentando tomar aire. No quiero pensar en él cuando estoy con Ginjo, cuando el hombre que está cumpliendo todos mis sueños está mirandome con esa intensidad que hace que mi cuerpo tiemble.

-¿Estas bien?-Me susurra en los labios.

-Caliente...-Ni siquiera sé como he podido soltar eso pero Ginjo comienza a reirse y entonces soy consciente de la burrada que ha salido de mi boca.- Yo... lo siento... no quise...

-No pasa nada. No esperaba ese nivel de sinceridad pero, me gusta.

Siento como su mano asciende del sofá hasta mi muslo y como, poco a poco, va acariciandome hasta llegar a mi abultada entrepierna. Yo miro instintivamente hacia la barra y veo que Giriko san ha desaparecido. ¿Lo habrá hecho aposta? Ginjo aprovecha para morderme el cuello y hacer que todo mi cuerpo se estremezca. Su mano me acaricia por encima de la ropa y comienza a desabrocharme el pantalon dejando libre mi ereccion aun dentro de mis boxers.

-Si que tienes calor...

Yo no puedo contestar al ver sus ojos, brillantes por el deseo. Dios, ¿como no me había fijado en lo increiblemente sexy que es? Tal vez solo lo veía como la persona que podría hacer posible el que mis poderes regresaran pero ahora que lo siento sobre mi, mirandome así, tocandome cada vez más intimamente y besandome con tanta pasión a la vez que sentimiento, no puedo evitar pensar que debería de haber sido él. Él debió ser quien compartiera mi primera vez, mi primer beso, mi primera relación y no ese estupido el cual soy incapaz de apartar de mi mente.

Cuando me doy cuenta siento como la boca de Ginjo rodea mi polla y suelto un gemido que arrastra todo el placer que siento dejandome totalmente avergonzado por mi descaro pero, parece que a Ginjo no le molesta ya que ni siquiera se aparta para mirarme, tan solo vuelve a introducirse mi polla en la boca devorandola por completo. Yo comienzo a sentir como el placer se extiende desde mi entrepierna hasta cada celula de mi cuerpo, gimiendo sin control cuando comienza a acariciar mis testiculos. Yo me recuesto en el sofá cerrando los ojos. Solo quiero sentir, solo quiero dejarme llevar y no pensar en lo que vendrá despues. Unos ojos azul turquesa aparecen en mi mente, mirandome con lascivia, con descaro pero tambien con deseo, pasión y sobervia. Casi puedo escuchar su voz gimiendo mi nombre, mi apodo que tanto detesto, gimiendo de manera ronca mientras aprieta los dientes hundiendose en mi cuerpo una y otra vez aunque me duela, aunque yo no quiera sentir el placer al que me está forzando.

En el instante en que me corro su nombre sale de mi boca como una exhalación y no es hasta unos segundos despues que me doy cuenta de ello. Miro a Ginjo que se me ha quedado mirando algo serio y no sé exactamente como explicarlo hasta que escucho una respiración agitada en la puerta del local y veo esos ojos azules clavados en mi con un fuego de ira que se clava en el fondo de mi alma.

Casa de MuñecasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora