Dejándose llevar

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El placer lo embarga todo. El placer y el calor. Siento como mi piel se eriza con cada embestida, como mi cuerpo le acepta una y otra vez, sintiendolo cada vez más y más profundo. Mis gemidos escapan descontrolados de mi boca mientras siento como pronto me correré. Oh, Dios. Ni siquiera soy consciente de mis actos, solo puedo dejarme llevar por el placer, por el aroma de su piel tostada, por la pasión de sus besos que me arrastran hasta una espiral que ya no puedo ni quiero detener. En el instante en que me corro, grito su nombre.

-¡Renji!

Me incorporó rápidamente y me quedo sentado en mi cama, en medio de una oscuridad que solo la luz de la luna es capaz de rasgar. Mi respiración está acelerada, al igual que mi pulso y mi corazón palpita en mi pecho como si estubiera a punto de romperme las costillas para escapar de su encierro. ¡Dios!¿Que ha sido eso?¿Un sueño? Pero, era tan real. Me apresuro a encender la lamparita que tengo sobre mi mesita de noche y la luz llena mi habitación. Me paso una mano por la frente y compruebo que estoy sudando y mis largos cabellos se me pegan tanto a la cara como al cuello.

Estoy solo en mi habitación, en la mansion Kuchiki y llevo puesto mi yukata blanco, con el que suelo dormir. Una sensación humeda y algo desagradable me advierte que mi erotico sueño ha tenido consecuencias. Hago una mueca de disgusto. Hacía mucho que algo así no me pasaba pero, lo más extraño es que nunca había tenido un sueño de este tipo tan vívido y real. Era como si realmente estuviera allí, en el apartamento de mi teniente, con él. Casi puedo saborear el sabor de su esencia bajando por mi garganta y... me atrevo a llevar una mano hasta mi trasero comprobando que, está totalmente dilatado y sensible.

-Por kami... ¿que me está pasando?

Todo ha sido tan real, mis atenciones sexuales a mi teniente, su posterior posesión de mi cuerpo. Aun puedo sentir claramente el roce de su enorme polla penetrandome y haciendome sentir lleno. ¿Como es posible que haya soñado con él? Yo, hace mucho tiempo que no siento niguna atracción por Renji. Durante un largo periodo de tiempo, si abarqué esos sentimientos hacia él pero, tras una de nuestras duras batallas, aquel sentimiento simplemente desapareció para no volver hasta... ahora... ¿Que demonios me está sucediendo?

Entro en el despacho de la sexta división y compruebo con cierto alivio que Renji aún no ha llegado. Por un lado era lo que esperaba, no me siento preparado para encararlo despues del sueño de anoche. Todavía puedo sentir su sabor, sus caricias por todo mi cuerpo. Es como si se hubieran grabado a fuego en mi piel y fuera incapaz de borrarlas. Pero por otro lado, me molesta que aún no haya llegado. Se supone que hoy debía llegar antes para adelantar el papeleo atrasado. ¿En qué está pensando?

La puerta se abre y nuestras miradas se curzan. En cuanto sus oscuros ojos se posan en los mios es como si me quedara atrapado en ellos. Si, esos ojos son los que anoche me miraban con pasión y deseo. Mis ojos recorren su piel hasta sus labios, esos labios que devoraba anoche y que me devoraban a mi. La sensación de ardor en mi cara me hace darme la vuelta rompiendo el extraño contanco que parecía mantenernos unidos. Ha sido tan raro, tan absorvente. Definitivamente tendré que ir a ver a Unohana taicho a que me haga un pequeño chequeo. Tal vez estoy incubando algo raro y me está haciendo tener extrañas alucinaciones.

-Buenos días taicho, siento el retraso.

-Si llegas con retraso ya no son buenos días, Renji.-No puedo evitar sentirme extrañamente molesto en su contra.

-Lo siento, taicho. No volverá a suceder.-Dice apresurandose a tomar asiento y comenzar con el trabajo.

-Eso espero, Renji. Eres mi teniente y como tal, deberías comportarte.

Pasado medio día, Renji me interrumpe para depositar mi almuerzo a un lado de mi mesa. Me he metido tanto en el trabajo para olvidarme de todo el lío que hay en mi cabeza que no me he dado cuenta ni de la hora que era.

Casa de MuñecasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora