21: Elección.

1.7K 269 85
                                    

   Katsuki escuchó el ruido de un coche aproximándose por la carretera. Siempre alerta, acostumbrado a moverse de prisa, se puso en pie de un salto y lanzando maldiciones.

   - Vístete, Izuku. Rápido- le ordenó en voz baja. Se puso los vaqueros y la camisa en el momento en que el chirrido de los viejos goznes del portón anunciaba que alguien estaba entrando.

   No había necesidad de asomarse a la ventana para ver de quién se trataba, reconoció al instante el motor del todoterreno de Shinso.

   - Mierda- murmuró entre dientes. Se pasó una mano por el pelo, tratando de reflexionar. Cogió la pistola y se la metió en la cintura d e los pantalones.

   - ¿Qué sucede?- Izuku ya estaba vestido y estaba tratando de arreglarse el pelo frente al espejo- ¿Es tu madre?- sólo de pensar cómo podría reaccionar aquella mujer horrible si lo pillaba allí, se revolvía el estómago.

   - Peor aún- respondió Katsuki, agitado- Por favor, siéntate en el escritorio y haz como que estudias. Coge unos libros, dibuja, pero no salgas de la habitación bajo ningún concepto.

   - Me estás asustando.

   - Quédate quieto y bien calladito- repitió Katsuki.

   Sin dar más explicaciones, acudió a abrir; Shinso estaba llamando a la puerta como si quisiera echarla abajo.

   - ¡Ya voy!- gritó Katsuki, intentando mantener la voz firme. Su rostro no dejaba traspasar ninguna emoción cuando encontró cara a cara con el hijo de Shota- ¿Qué demonios haces aquí?

   - Pasaba por aquí y he pensado que podía parar a saludarte- respondió Shinso con una mueca. Entró en la casa y, a juzgar por sus gestos rápidos y nerviosos, debía de estar colocado. Katsuki lo dejó trastear en la cocina mientras buscaba algo de comer y de beber.

   - ¿Hoy no te quedan sobras?- preguntó, con la cabeza en la nevera.

   - No. Mi madre ha ido al pueblo a visitar a su hermana- respondió Katsuki, mirando su cuarto de reojo. Esperaba que Izuku no hiciera ningún ruido.

   Shinso se asomó desde la cocina con un plato lleno de pimientos asados en la mano.

   - ¿Entonces estás solito en casa?

   - Sí.

   - Pues entonces he venido a traerte buenas noticias- anunció Shinso- Pero antes necesito comer algo.

   Katsuki lo siguió a la cocina y lo observó, nervioso, mientras abría la despensa para coger el pan. Puso todo sobre la mesa descuidadamente y despedazó el pan sin cortarlo, tirando migas por doquier.

   Luego bebió agua directamente de la botella, con la boca pringosa del aceite  de los pimientos.

   - Estás muy callado- dijo con la boca llena- Y como siempre, tienes cara de capullo. Crees que pones cara de tío duro, pero no. Es la cara de un auténtico capullo.

   Katsuki no entró a la provocación.

   - Mira, tengo que estudiar. Dime lo que tengas que decirme y déjame en paz.

   Shinso lo miró con desprecio.

   - Te sienta bien esa cicatriz en la cara. Si quieres, te hago una igual en el otro lado.

   - He prometido a Shota que no te seguiría el juego. Pero no pongas a prueba mi paciencia- replicó Katsuki. Si Izuku no hubiera estado en la otra habitación, habría sido el momento adecuado para devolverselas todas juntas.

Die TogetherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora