8. ¿Por qué a mi?

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Las palabras se repetían sin cesar en mi cabeza, no entendía muy bien de dónde venía la voz pero hacía eco en mi interior.Me lleve las manos a la cabeza tratando de que parará, poco a poco el resonar de la voz disminuyó siendo reemplazado por el sonido de agua corriendo, mi visión se puso borrosa, trate de parpadear y aclarar mi vista pero cuando lo conseguí ví ante mi un espejo de agua ¿Era real? ¿Dónde estaba Fabián?.

Di un paso al frente e intenté tocarla pero al hacerlo el agua comenzó a volverse turbia, se movió ligeramente pero lo suficiente para ya no distinguir mi reflejo, cuando el movimiento para veo reflejada en el agua a una pequeña niña tras de mí, volteo y ella corre a abrazar al que parece ser un August un par de años más joven, inmediatamente me reconozco en aquella pequeña, puedo notar la tristeza en su mirada, trato de acercarme y cuando lo hago siento que soy arrastrada hacia la niña, veo a través de sus ojos pero no tengo control, solo soy un simple espectador, sin embargo puedo sentir su tristeza.

"—¿En serio tengo que irme?.—pregunta la pequeña.

—Es lo mejor pequeña, solo así estarás a salvó.

—¿Pero y si los hombres malos regresan y tú no estás?

—Tranquila, aunque no me veas no te dejare sola, seré como tú ángel guardián y me aseguraré de que nada te pase.

—¿Me lo prometes?

—Te lo prometo peque.

Ella lo abrazó llorando, él correspondió el abrazo triste y puso una mano sobre su frente.

—Ahora es momento de olvidar, hasta que tú hora de florecer llegue, es momento de soñar mi pequeña, recuerda que siempre estaré para protegerte.—August beso la frente de la niña y entonces esta se sumio en un profundo sueño"

Mi cabeza comenzó a dolerme y entonces lo entendí, era un recuerdo, realmente no estaba soñando, esto era real. Yo era una sharrow, quise gritar, pero antes de poder hacerlo mi cabeza comenzó a dar vueltas y sentí que algo me jalaba, luego una luz cegadora me atrapó y abrí los ojos de golpe, mi respiración era entrecortada, me agaché tratando de respirar, Fabián puso una mano en mi hombro y me miró preocupado—Señorita ¿Se encuentra bien?.—negué

 —No, pero lo estaré, llévame con August, es momento de conocer la verdad.—Él me miró sonriente y asintió

—¡Andando señorita!.—yo lo miré molesta y gire los ojos.—¡Lo lamento!

—Solo camina.—él asintió.

Comenzamos a caminar a traves de la arboleda, cuando de pronto escuche una voz, era áspera y gruesa, conseguía ponerme la piel de gallina, aquellas palabras consiguieron aterrarme ¿Quien era? ¿Qué quería decir con eso?


"Cuidate Anelis, serás mía"

Mire a todos lados un tanto exaltada
—¿Qué ocurre?.—pregunto Fabián preocupado.

—¿Acaso no escuchaste eso?

El arqueo una ceja —Yo no escuché nada.


"Recuperaré lo que es mío"


—Ahí está de nuevo esa voz aterradora!  ¿En verdad no escuchas nada?—él negó y puso una mano en mi hombro para tratar de calmarme, pero de pronto su mirada se tornó sería, se llevó las manos a la cabeza y el pánico comenzó a invadirle —¡Ane debemos correr!.—Tomo mi mano y comenzó a tirar de mi
—¡Date prisa!

El Secreto De La Sangre RosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora