El Secreto De La Sangre Rosa

9. Pelea misteriosa

Las palabras de Daniel resonaron en mi interior pero en cuanto nuestras miradas chocaron fue como si todo a nuestro alrededor se detuviera y nada más existía, jamás había experimentado algo así, era como si un vendaval sacudiera todo mi cuerpo de pronto un carraspeó nos trajo de vuelta a la realidad, ambos giramos, encontrándonos con Fabián notoriamente molesto, con los brazos cruzados y el ceño fruncido. —Lamento interrumpir este bello reencuentro pero...¡¿Qué rayos haces aquí?!. —La manera en que dijo esto último me hizo estremecer, se que no lo conozco de mucho pero hasta hace un momento hubiese jurado que no era una persona colérica.

Daniel por su parte no pareció sorprendido por su reacción, simplemente alzó la cabeza y le replico —No tengo por qué darte explicaciones Fabián, pero por si lo has olvidado está también es mi casa.—dijo esto último tan calmado como le fue posible pero eso no basto para ocultar la tensión que se  respiraba en el aire  ¿Cuál era el problema de estos dos? ¿Y qué quería decir con que está era su casa?

—¡Eso no pareció importante cuando nos abandonaste! ¡No pareció importarte cuando Lana se fue! 

—Tuve mis razones y sobre Lana ella tomo su decisión, sabes que no había nada que pudiésemos hacer.

—Seguro, sigue diciéndotelo hasta que te lo creas, eres un egoísta ¡Eso es lo qué eres!

Daniel bufo molesto —No tienes derecho a juzgarme así ¡Tú no sabes nada!

—Tal vez no, pero estás aquí sin anunciarte justo después de haber sido atacados ¿No te parece sospechoso?

—¿Qué insinuas?

—No he insinuado nada, solo resaltó lo evidente.

—¡Pues no tienes derecho a acusarme de esa forma.!

—¡Haré lo que se me de en gana!

—Cuida tu tono, recuerda con quien estás hablando

—¡Ahora te crees mejor por tener un título! Poco te importo ese titulo cuando ella lo necesitaba.

—Por última vez, era solo un niño, ni tu ni yo podíamos hacer nada en ese entonces ¡Déjalo estar!

Fabián giro los ojos—No pretendo tragarme tus mentiras.

Daniel suspiro frustrado—Cree lo que quieras, pero cálmate de una vez, estás armando un gran alboroto y no creo que a Sir Agus le haga mucha gracias si llega a enterarse.

Fabián giro los ojos molesto, hizo una reverencia, acompañada de una sonrisa burlona—Como usted ordene, señor.—dicho esto dió media vuelta y se marchó dando un portazo.

Daniel suspiro frustrado y se sentó a mi lado, en ese momento regrese a la realidad y muchas preguntas me asaltaron —¿Qué fue todo eso? ¿Quién  es Lana? .—Él volteó a verme, podía notar su sorpresa, aparentemente se había olvidado de mí presencia.

—Ella es, era una vieja amiga de Fabián y mía cuando éramos niños, es una larga historia y no quiero agobiarte con eso.—Estuve tentada a indagar más pero la sombra en sus ojos me hizo ver qué era mejor no seguir por ese camino.

Así que en lugar de insistir en algo que no me diría preferí preguntar aquello que me molestaba desde que lo ví —¿Cómo es que estás aquí?

—Es aquí donde debia estar.
—Yo no pregunte eso ¿Cuál es tu papel en todo esto?

El nego—Entiendo que estés confundida y en verdad lamento ponerte en esta situación tan confusa.—se llevo las manos al pelo—A veces soy un poco impulsivo y la verdad no lo pensé muy bien cuando vine aquí.