En cuánto sentí el fuerte golpe en la cabeza supe que algo estaba mal, me lleve las manos a la nuca y al no sentir nada supe que Anelis estaba en peligro, comencé a correr escaleras abajo. El eco de mis pasos retumbaba en ella, pero con cada nuevo escalón el sonido parecía alejarme más y más, casi como si el mundo entero estuviera disolviéndose a mi alrededor. El aire se sentía espeso, y la tenue luz del pasillo parpadeaba, haciendo que las sombras se distorsionaran en mis ojos borrosos. Pero a pesar de que con cada paso me sentía mas lejano y mi visión comenzaba a apagarse, sabía que aún no podía rendirme. Necesitaba pelear hasta mi último aliento, así que seguí, avance tanto como pude mientras veía todo apagarse y entonces ví a lo lejos esa mata dorada que tanto me enloquecía, sentí mi corazón revivir un poco y con la poca fuerza que me quedaba le suplique —Salva a Ane, salval... —No pude más y me desplome.
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Al caer frente a mi algo en mi interior se rompió, me agache horrorizada y comencé a sacudirlo—Rod despierta, Rodrick maldita sea no me hagas esto.—La desesperación comenzó a apoderarse de mi, a medida que el color abandonaba sus mejillas y mi corazón comenzaba a doler más conforme el suyo se relentizaba, todo mi mundo se congelo y sentí un dolor tan intenso que me hizo doblar. No, no podía ser, tenía que hacer algo. Entonces con el alma en mil pedazos finalmente reaccióne ¡Necesitaba ayuda a Anelis!
Con lágrimas en los ojos le di un corto beso a rod como no lo hacía desde hace tanto y baje corriendo escaleras abajo ante la atenta mirada de todos. Recorrí el salón sin señales de ella hasta que en un rincón ví a Danield quien conversaba con uno de los concejales ajeno a toda la situación —¿Dónde está Ane?.—pregunte con desesperación.Mi tono fue suficiente para descolocarlo—Salio a tomar aire. Pero...—hizo una pausa teniendo preguntar—¿Qué está pasando?
Yo ignore su pregunta y salí corriendo en dirección al jardín buscándola con desesperación, cuando en ello alcance a divisar a lo lejos un destello plata. Corri hasta ella sintiendo como de a poco mi corazón terminaba de quebrarse pero el grito de Danield me recordó que mi corazón no era el único que estaba por hacerse pedazos. La desesperación se apoderó de mi hermano en el momento en que vio a Ane desplomada en el suelo. Corrió hacia ella sin importarle nada más, la tomó en brazos y comenzó a sacudirla suavemente, con las manos temblando y la voz quebrada.—¡Ane! ¡Despierta!—susurró, tratando de ocultar el pánico en su voz. Pero cada segundo que pasaba parecía arrastrar a Ane más lejos, su respiración era apenas perceptible, y Danield sintió el abismo del tiempo acercarse.—Ane, abre los ojos, prometiste desafiar el destino por mi ¡Anelis no me dejes!.— Desesperado, miró alrededor buscando cualquier opción, cualquier salida.
Con lágrimas en los ojos, alzó una mano y comenzó a abrir un portal. Pero a medida que el portal se abría, sus ojos se oscurecieron y una fuerza sombría comenzó a invadirlo. Era un peligro que conocía bien, un límite que parecía siempre dispuesto a cruzar pero que yo no pensaba permitir, en cuanto la negrura empezo a consumirlo corri hasta él y lo empujé con toda mi fuerza impidiendo que terminará de abrir el portal; al caer con él mis manos se aferraron a sus hombros, notando el calor y la tensión bajo su piel. En sus ojos oscuros vi el reflejo de mi propio miedo. Sentí cómo el flujo de su poder luchaba por liberarse de mi agarre, como un río desbordado intentando romper una represa.
—¡Clarys suéltame!—exclamó, empujándome con fuerza nuevamente mientras peleaba con el flujo de poder que brotaba de él. Sus palabras fueron firmes, llenas de un sentimiento inquebrantable—¡TENGO QUE SALVARLA!.—replico con voz quebrada mientras todo su cuerpo temblaba.
— ¡Has cambiado tantas cosas ya! Si vuelves a alterar el tiempo, será el fin. Ya no queda margen para errores, Danield.
—¡Es qué tú no lo entiendes, ella es mi todo! Siento mi cuerpo arrastrarme hacia el abismo y mi corazón relentidarse. ¡No puedo perderla! ¡NO QUIERO PERDERLA!
Yo gire los ojos viendo lo ciego que era y revele aquella marca que tanto me había esforzado por ocultar —Entiendo tu dolor mejor que nadie, pero está no es la manera ¡Se lo prometiste a ella!.—Mi hermano me miró con dolor pero dejo de luchar yo suspiré aliviada y corrí hacia Ane, sabía que Danield no podría cambiar las cosas pero yo si, justo cuando estaba por saltar la voz impasible de Lind me detuvo
—Yo no haría eso si fuera tú, al menos no si quiero arreglar las cosas.—En cuanto mi hermano lo vio arremetió contra él golpeándolo con fuerza.
—¡Todo esto es tu culpa! ¡ERES UN MONSTRUO! ¡UN MALDITO MONSTRUO! No mereces la compasión que ella estaba dispuesta a darte.
Lind con el labio partido y el rostro ensangrentado sonrió de lado—Yo le dije que se cuidara de Alia y les estoy ayudando ahora.
Danield estaba por replicar pero en ese instante, llegó Camil, cargando un cuerpo inerte, el de Alia, y lo colocó frente a Lind.—Nosotros también te advertimos, Lind—dijo Camil con voz firme y solemne—. Jugar sucio siempre trae consecuencias.
Lind miró el cuerpo de Alia, y por primera vez, su fría máscara se quebró. Una sombra de dolor y arrepentimiento se reflejó en sus ojos, sorprendiendo a todos los que lo rodeabamos. El peso de sus decisiones finalmente lo alcanzo, y con cada segundo que miraba el rostro sin vida de Alia, el hombre implacable que alguna vez fue comenzó a desmoronarse. Rápidamente empujó a Danield y corrió hacia ella, en cuanto sintió su corazón casi inerte comenzó a llorar lastimosamente transformandose en un caos de emociones. Los músculos de su mandíbula se tensaron, y por primera vez, vi en sus ojos un brillo de vulnerabilidad. Se dejó caer junto a ella y mientras la sangre en su rostro contrastaba con la palidez de su piel, su expresión se fracturó en un grito silencioso de dolor —Te dije que no pelearas en nombre de ellos, te dije que solo debíamos ser nosotros dos.
En otras circunstancias me habría conmovido el gesto pero conforme el aire me faltaba más y más, sabía que ya no quedaba tiempo, me apresure a reabrir el portal pero apenas termine Lind desesperado me empujó a un lado—¡Si haces eso los perderemos a todos!
Yo trate de quitarmelo de encima—¡Los perderemos si no hago esto!
El arrojo al suelo un pequeño reloj de arena, en cuanto lo ví palidecí y fue mi turno de arremeter contra él, me gire y comencé a golpearlo mientras con la poca fuerza que me quedaba soltaba todo mi poder magníficando su dolor, él gritaba y se retorcía Pero no me parecía suficiente, tenía que pagar por haberse atrevido a tanto, tenía que pagar por usar una artimaña tan ruin. Comenzó a jadear por falta de aire Pero ni aún así me detuve, nada me importaba. Ya nada tenía sentido y justo cuando estaba por ponerle fin a su misera existencia, un par de manos me sostuvieron jalandome lejos de él.
Entonces Alin me arrojo a un lado y juntando sus manos extendió alrededor nuestro una brillante luz, tan brillante que transformó todo a nuestro alrededor en un océano de blancura por unos momentos incluso sus ojos destellaron haciendo la luz tan cegadora que tuve que apartar la vista. Luego de eso la luz se extendió más y más, como una piedra siendo arrojada al agua liberando pequeñas vibraciones. El eco de su luz se repitió hasta que ella no pudo más y se desplomó en el suelo. Al hacerlo su hermana corrió con pánico hacia ella, Pero al ver que aún respiraba suspiro aliviada y con lágrimas en sus ojos acaricio su cabello—No vuelvas a hacer algo tan tonto.
Yo me incorpore y al hacerlo quedé pasmada al ver un par de hojas suspendidas en el aire—¿Camil que ...? ¿Acaso...?
Ella suspiro—Si lo hizo, Alin nos congelo. Pero no durará mucho, así que dejen de pelear y busquen como solucionar este lío.
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El Secreto De La Sangre Rosa
FantasíaSiempre he temido a la obscuridad, me aterra lo poco que veo en ella y lo fácil que las criaturas se esconden, le temo a la obscuridad porque cuando la luz se aleja el mundo se vuelve sombrío y parece carecer de sentido, le temo a la obscuridad porq...