El Secreto De La Sangre Rosa

10. Susurros del tiempo

—Todo esto es muy subreal.

—Ya te acostumbraras.

—¿A ti cuánto te llevo acostumbrarte, Leopold?

—Mi caso fue distinto al tuyo y ya deja ese nombre en paz.

—No puedo evitarlo, es muy divertido.

—¡Qué no! Ahora déjate de arrebatos y volvamos a dormir.—esta vez parecía que realmente lo había molestado, así que decidí dejarlo estar y solo asentir.

Danield me guío hasta mi cuarto, en el trayecto restante ninguno dijo nada —Hemos llegado, que pases una buena noche o bueno, lo que resta de ella.

—Nos vemos Leopold.—dije riendo

—¡Anelis!.—refunfuño molesto

Yo alce las manos en señal de rendición—Okey, okey, hagamos un trato yo prometo no volver a usar ese nombre si a cambio tu dejas de llamarme Anelis.

—Si lo hago me meteré en problemas.

—¿Por qué? Solo es un nombre, no es gran cosa.

—Eres una Sharrow, vaya que lo es.

—Y tu eres un fastidio, nos vemos mañana.—dicho esto entre a mi cuarto y cerré la puerta, inmediatamente mi doncella corrió hacia mi.

—Señorita, permítame alistarla para dormir.—hasta ese momento no repare en que aún llevaba puesto aquel vestido azul.

Negué con la cabeza—Gracias, puedo sola
—Pero señorita...
—Pero nada, ve a dormir, es tarde

Ella suspiró resignada y desapareció por el pasillo, en cuanto intente quitarme está pesadilla de vestido me arrepentiré al instante de haberla dejado marchar, después de un rato me di por vencida y solo me deje caer en la cama, luego de ello solo fueron necesarios algunos minutos para que el sueño me ganará, mientras dormía me pareció escuchar que alguien me llamaba pero decidí ignorarlo y continuar descansando en los brazos de Morfeo...

Corro tan rápido como puedo, volteo pero para mí mala suerte sigue tras de mí, se que si me alcanza es el fin de eso no tengo duda, tengo que correr no puedo permitir que él gane, tengo que escapar, es la única manera de salvar a August, la única manera de reparar lo que rompí  y la única forma de recuperarlo a él.

Cada vez están más cerca, cada paso me acerca a mi fin, veo un callejón, corro y me escondo, creo escuchar que se alejan, pero no puedo estar segura de ello, tan rápido como me es posible abro un portal y salto...

Despierto sudada y con la respiración agitada, el vestido del día anterior se encuentra arrugado y desaliñado por haber dormido con el, siento que mi cabello está hecho un nudo y mi maquillaje se ha corrido por el sudor, estoy hecha un asco, las imágenes de lo ocurrido se repiten una y otra vez en mi cabeza ¿Quién me perseguía y por qué? Pero más importante aún como me quitaba esa sensación de mal presagio y como podía saber que no era verdad ¿A quien necesitaba salvar?

Suspiro y trato de alejar los pensamientos, me pongo de pie y voy a lavarme la cara, me la mojo un par de veces hasta que siento que estoy limpia y mis nervios se han calmado.

Luego de ello me pasó los dedos por el cabello intentando desenredarlo un poco, hago algunas muecas cuando mis dedos se enredan en mi cabello y termino por jalarme, con cuidado intento liberar los nudos, cuando considero que me veo medianamente decente vuelvo al cuarto, al hacerlo me encuentro con mi doncella quien termina de darle los últimos toques a la cama, al verla un sonrojo se forma en mi rostro, ella voltea y me ve, puedo ver el asombro en su rostro —Señorita, pero que...