18. El último adiós

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—¡No me digas lo que debo o no hacer! sí quiero odiarte por el resto de mis días lo hare y agradece que soy lo suficientemente amable como para solo limitarme a odiarte, porque si no... bueno digamos que lo que tengo en mente para ti no es nada lindo, así que no me provoques ¿Has entendido?.—él trago duro y asintió, Shira en el fondo hacia lo posible por contener la risa. 

Ninguno dijo nada más así que danield  se apresuró a abrió un nuevo portal—Vamos, es hora de continuar con el plan.—asentí y me dispuse a cruzar, pero antes de ello Shira me detuvo e hizo una reverencia— Fue un placer conocerla alteza, espero verla pronto y gracias por no molestarse conmigo. 

—Gracias a ti por salvarme.—sonreí y di un paso hacia el frente, pero Danield me detuvo.

—Creo que será mejor que en esta ocasión lo hagamos juntos.

—Pero Fabián dijo que... 

—Te prometo que en este caso estarás bien, él no sabe lo que dice.—Él aludido le lanza una mirada fulminante, pero se mantiene en silencio, así que tomo eso como una buena señal y asiento. Danield toma mi mano y cruzamos el portal, al hacerlo siento como si atravesara una cortina, una pared invisible que termina por romperse—¿Qué ha sido eso? 

—Atravesaste la ventana temporal, es lo que pasa cuando entras de vuelta a tu línea natural 

—¿Eso significa que al fin logre transportarme? 

Él se encoge de hombros —Con un poco de ayuda, pero si, puede decirse, pero bueno es lo de menos ahora ¿Estas lista? 

Yo ignoro su pregunta, después de ver a Jack la verdad ya no estaba tan segura, así que en su lugar pregunte—¿Dónde estamos? 

El señala al frente—Creo que tú lo sabes mejor que yo

Miro al frente y contempló la casa donde crecí y cientos de recuerdos me invaden, siento como las lágrimas me amenazan y él me abraza para tratar de calmarme —Estaremos aquí si nos necesitas. —asiento dándole las gracias y finalmente me armo de valor

Cruzo la puerta y en cuento lo hago el olor de la cocina me invade—Cariño ¿Eres tú? ¿Por qué has tardado tanto? 

—Perdón mamá, me distraje con algo.—no puedo evitar que un nudo se forme en mi garganta, eso causa que mi voz se quiebre y ella no tarda en notarlo

—¿Ocurre algo?.—ella acaricia mi cabello y yo siento algo dentro de mi romperse, niego, pero ella no parece creerme—¿Estas segura cielo? 

—Si mamá.—no puedo evitarlo y la abrazo 

—¿Y eso porque fue? 

—Es solo que te extrañaba, te quiero mucho mami, en verdad agradezco todo lo que has hecho por mí, me siento feliz de tenerte como madre, aunque no lo diga a menudo.—ella toca mi frente preocupada y de inmediato reacciono y doy un paso atrás temiendo que el hechizo se rompa—¿Por qué te apartas? ¿Qué te ocurre hoy que estás tan rara?

—Te prometo que estoy bien, solo quería decírtelo ¿vale?.—ella asiente no muy convencida y yo subo a mi cuarto antes de que pase algo más        

Después de volver pasaron un par de días sin novedad, por un momento casi pude olvidar todo el drama que me envolvía y volver a mi antigua vida, sabía que no era buena idea hacerlo, pero en cuanto volví me fue imposible no dejarme llevar por un poco de tranquilidad, sin embargo, la ilusión se rompió más temprano que tarde. Salía de una de mis prácticas de laboratorio, era un día caluroso y muchos de los chicos había optado por irse, así que la escuela estaba casi vacía, cuando de pronto fui empujada brutalmente contra los casilleros, sentí como mi cuerpo rebotó por el impacto y me sentí aturdida, todo a mi alrededor se veía borroso y mi cabeza zumbaba

El Secreto De La Sangre RosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora