Capítulo 4 ( Eres extraño )

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Habíamos pasado bastante tiempo lejos de casa. Fuimos al médico a que el doctor pudiera revisarme, ver como he estado luego de la caída. Lila iba siempre de la mano de Bruno, le encantaba aquel chico, ¿y yo? Bueno... yo iba cojeando bien gracias, mientras Aiden iba a la par mía, atento a que no me pasara nada.

Él había estado recibiendo llamadas de una tal Esther, ¿Quién era? No tengo ni la menor idea. Pero se le veía muy cómodo hablando con la chica, muy interesado.

En ningún momento dejé la cara de culo desde que salimos de mi casa, él tampoco me había dirigido la palabra, así nos la pasamos todo el día y aquí estabamos, en el centro comercial.

—Bueno, tendré que ver.

Aún seguía hablando con la fulana.

—No, no, me encantaría, créeme, pero he estado un poco ocupado —en cuanto terminó de decir aquellas palabras, los dos nos miramos.

Claro, está ocupado cuidando de mí.

—Veré que puedo hacer, ¿si? Mañana te llamo, Esther -bufó desde que colgó la llamada.

—No tienes que estarme cuidando todo el tiempo -intenté comportarme a pesar de todo. No había escapatoria con él, ya está involucrado con mi madre, ¿Que puedo hacer si no esperar?

–Oh, claro que tengo que hacerlo — agachó la mirada.

–Puedo quedarme en la casa de Lila — respondí. Se rio como si le hubiera contado un chiste.

—Esa es la peor opción que podría tener —buscó con la mirada a su amigo. Estaban viendo vestidos para Lila. Muy provocativos claro está, pero...

—¿Por qué están buscando vestidos de gala? -pregunté curiosa.

—No tengo idea. Seguro la llevará a una fiesta elegante —respondió sin prestarme mucha atención realmente.

Bruno nos miró fuera de la tienda y se acercó a nosotros mientras su novia estaba en el vestidor.

—Oye, ¿Qué harás entonces? —preguntó cruzándose de brazos.

—¿Qué haré de qué? —preguntó extrañado.

Bruno lo miró como si estuviera bromeando, esperando una respuesta más coherente. Cuando no vio ni la semejanza de lo que esperaba lo miró serio.

—Aiden —lo nombró el rubio, y fingió calma—. mañana es la fiesta de empleados —Siguió mirando al castaño esperando alguna reacción, alguna señal de que sabía de lo que hablaba—. Tu padre dijo que te iba a avisar –bufó

—Estoy de vacaciones, Bruno — respondió aún desconcertado.

–Sí, y tu padre dijo que igual debías de estar. Es muy importante —Lila salió del vestidor con un hermoso vestido. Dejó con la boca abierta a Bruno cuando la observó detalladamente de pies a cabeza. Le dedicó una sonrisa provocativa y la chica sonrió igual.

–Logan estará allá, será importante. Más te vale ir buscando pareja —le informó aún sin mirarnos, hipnotizado por Lila. Se volvió hacia ella y nos dejó solos ahí, aún fuera de la tienda.

–¿De que habla, exactamente? –el frio que sentía en esos momentos me congelaba, no llevaba nada que me abrigara, solo una cursi pijama. Sí, he recorrido toda la ciudad en pijama. Actitud ante todo bebe.

—De que tengo un gran problema sobre mis hombros —sonaba cansado. Desordenó su cabello, frustrado.

El tal Logan debía de ser muy importante.

Reí por lo bajo, con disimulo.

—¿De qué te ries? —espetó con molestia.

—No tienes más remedio que dejarme sola, Aiden, iré llamando a Esteban para que me saqué de mi casa, no puedo durar ni un minuto más sin hacer nada.

Nuestro pequeño accidente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora