Capítulo 8: Kay Kook.

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Narra Francesca:

Christopher y yo salimos al estacionamiento de la Agencia y fuimos hasta nuestros autos. Ambos nos miramos por un momento y luego a nuestros autos.

—¿En cuál vamos? —pregunta Christopher mientras mete sus manos en los bolsillos.

— En el mío. — digo con simpleza.

—No es por nada, pero no confío en tu auto. — yo ladeo un poco mi cabeza algo confundida por lo que dijo..

—¿A qué te refieres con eso? ¿No se supone que arreglaste mi auto esta mañana? — Me cruzo de brazos y lo observo esperando su respuesta.

—Soy bueno arreglando autos, pero no tanto. —Suelta nada más.

—¿Es en serio? —Miro mi auto y luego a él. —Eres una estafa, Vélez. —Él ríe  y no pude evitar reír también.

—Bromeaba, vamos en el tuyo. —Sonríe.

— Después de meterme desconfianza, como no. — Le doy mis llaves dando entender que lo dejaré conducir.

Dado que la jefa había dicho que directo al aeropuerto, Vélez metió en el baúl de mi auto su pequeña maleta junto a la mía, luego subió al auto del lado del asiento del conductor y echó a andar.

Chloe y Emma, eran las chicas que el agente Vélez y yo debíamos recoger, se encontraban en una casa de seguridad de la Agencia que estaba a 15 minutos. Según me habían informado no podríamos pasar enseguida a la casa debido a un hechizo que Lauren le había puesto a la casa impidiendo que nadie pudiera entrar a la casa, quién lo intentara saldría disparado hacia atrás, ya que era como un campo de fuerza invisible.

—Magia, brujas, criaturas sobrenaturales. Que loco ¿No? — habla Vélez por primera vez en todo el rato como si supiera que estaba pensando.

—Sí, de hecho sí. Siempre he escuchado sobre ello, y que resulte ser real me parece genial. —Contesto mirándolo. — La jefa habló sobre integrarnos a la UESCS luego de la misión, así que estaremos bien metidos en ese mundo sobrenatural.

— Sí. ¿Qué crees que hacen ahí? — Pregunta Christopher.

—No lo sé, no han dado mucho detalles de eso. — Miro por la ventana. — ¿Eres mecánico?

—No, realmente. Pero sé algunas cosas, por eso lo del "Soy bueno, pero no tanto".

— Ya veo. —Río un poco.

— Mi padre sí lo es, me enseñó lo poco que sé. — Sonríe y se detiene debido al semáforo en rojo.

— ¿Sabes? No entiendo aquella frase de anoche. — ladeo mi cabeza y lo miro con un poco de curiosidad.

—¿Qué frase? — Me ve confundido.

—Cuando dijiste que no me podrías simpatizar. La verdad eres muy amable, y es agradable estar contigo. ¿Por qué pensarías eso?

— Es... complicado. — Él suspira.

—De todas formas... Me simpatizas, Vélez. —Sonrío, él solo me mira en silencio, cuando parece que se decide a contestar se escuchan el sonido de las bocinas de los autos de atrás, ambos miramos al frente y efectivamente el semáforo estaba en verde. Vélez me da una última mirada para luego empezar a conducir sin decir nada, dejándome todavía un poco la duda de lo que había dicho la noche anterior.

Luego de 5 minutos llegamos a la casa de seguridad, luego de estar estacionados, bajamos del auto y cruzamos la calle. Al entrar al jardín nos sorprendimos al ver todo tan vacío.

Enamorándome De La Misión ||CNCO||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora