Capítulo 9: Traslado.

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Narra Francesca:

El viento fuerte en el momento, los árboles moviéndose con fuerza, el auto incendiándose, todo al mismo tiempo que la ira se apoderó de mí cuando me maltrataron y Kay y sus hombres planeaban salirse con la suya.

No sé si sea sensato pensar que lo anterior mencionado lo haya causado yo de alguna forma, ya que... ¿Cómo podría? Aunque con lo del auto incendiándose de la nada me hace dudar de si lo que pienso son solo locuras y tal vez se trate de algo más.

— ¿Te molesta si me siento aquí? —Pregunta el Agente Vélez logrando que despegue la vista de lo que hay tras la ventana y salga de mis pensamientos.

—Claro. — Dicho esto se sienta a mi lado. Nosotros y todo el equipo B íbamos en un avión privado de la Agencia hacia New York.

—¿Estás bien?

—¿Por qué la pregunta?

—Te golpearon fuertemente con una pala, a mí igual y estoy con un terrible dolor de cabeza. — Se queja un poco para luego reír. Esa risa...

—Me encuentro igual, pero puedo soportarlo. —río un poco.

—Lamento no haber podido ayudarte. Debí estar más alerta, quizás así no hubiera terminado en el suelo. — Dice algo apenado.

—Pude arreglarmelas sola de todas formas. No te preocupes. El entrenamiento tuvo su efecto en mí. — Sonrío.

(...)

Ya estábamos en la casa de seguridad. Era de noche y todo lo ocurrido antes y durante el viaje nos tenía agotados, sobre todo a mí. No me tocó compartir habitación, eramos un número impar y digamos que de mi equipo soy la única mujer. Así que entré a mi habitación y caí rendida en mi cama, no tuve que esforzarme para conciliar el sueño, me dormí al instante.

Narra Francine:

Luke, Kay y yo discutíamos acerca de lo que pasó hoy. Estábamos bastante molestos de que no pudiera hacer las cosas bien.

—¿No se supone que eres superior a ella porque tienes poderes? — Le recuerdo a Kay.

—Ella también es una bruja, Francine. —Replica Kay frente a mí.

— Ella ni siquiera está enterada de eso, Kay. — Ruedo los ojos frustrada.

—Pudiste vencerla, Kay. No lo hiciste. Era una buena oportunidad para tenerlas a las tres, solo hubiera faltado Lauren. Lo echaste a perder. — Dice Luke esta vez bastante molestos. _ No nos estás siendo muy útil.

— En eso tienes razón. Necesito recuperar mis poderes. —Dije de acuerdo con Luke.

— ¿Las cosas son así? ¿Un error y adiós? Yo a ustedes les he ayudado bastante. —Replica Kay enfadada. Las cosas en el lugar empezaron a moverse.

— No estamos para aguantar errores. —Dije igual de enfadada. —Esto es importante, debe salir como lo planee.

—Ya veremos como lo logran sin mí. — Dijo saliendo de la habitación dando un puertazo, luego los objetos de cristal presentes en la habitación terminaron en pedazos.

Narra Mackenzie:

Me encontraba llegando del aeropuerto junto con los demás, habíamos llegado a España. Bajamos todos del auto en la cochera de la casa de seguridad de la Agencia. Fui al maletero y saqué mi maleta, estaba algo pesada.

—¿Quieres que la lleve por ti? — Pregunta Joel a mi lado.

—No es necesario. —Trato de decir sin que se note mi nerviosismo.

—Parece estar pesada. Vamos, Déjame llevarla. —Dicho esto la toma caminando hasta la casa, y yo solo observando como se va.

— Se te va a caer la baba de nuevo, Mackenzie. — Canturrea en voz baja Valerie caminando a mi lado. No pude evitar emocionarme un poco por el momento que acaba de pasar.

Narra Valerie:

Los demás agentes y yo nos turnábamos para estar cerca de Lauren, mi turno y el de Zabdiel había pasado. Me acerco a él que desde antes de viajar se encontraba callado y tenso.

—Hola. —Lo abrazo por detrás.

—Hola. — Dice mirando aún a la nada.

— ¿Te sucede algo? — Pregunto y él se voltea. — Me tienes algo preocupada.

—Estoy bien. Es solo que...

—¿Es por lo del rastreador? ¿Estás desconfiando de mí?

—No, claro que no. No es eso.

—Desde eso que estás así. —Bajo la vista.

—Nunca desconfiaría de ti, Valerie. —Dice él entrelazando nuestras manos.

—¿Qué sucede entonces? — Levanto la vista.

—Todavía estoy preocupado por lo de tu accidente, fue hace poco y ya sabes...

—Ay, Zabdiel. Estoy bien. — Lo abrazo.

Narra Francesca:

Me despierto a mitad de la madrugada algo incómoda, uno nunca duerme bien los primeros días de cambiarse de espacio. Bajo a la cocina por un poco de agua y escucho unos sollozos provenientes de la sala antes de entre a la sala escucho la voz de Christopher.

— ¿Emma, qué haces aquí? — Pregunta Christopher algo somnoliento. Yo solo observo desde una esquina.

—Papá es secuestrado, mamá y Lucy están lejos, alguien nos persigue y no sé cuanto tiempo estaremos aquí, cuánto tiempo estaré lejos de ellos. —Continúa sollozando Emma.

—Sé que esto es demasiado para ti y Chloe. Sé que los extrañas. — Dice sentándose a su lado. — Pero pronto estarán todos juntos sin estar bajo peligro. Mi equipo y yo haremos todo lo posible para lograr eso. Te lo prometo. — Ella lo abraza. — Ve a dormir. ¿Sí? — Emma asiente y se levanta pasando a un lado de mí.

—¿Agente Horan? — Dice Vélez y volteo a verlo.

—Agente Vélez. — Digo exaltada. El plan era irme antes de que me vieran, pero fracasé.

— ¿Llevas rato ahí?

— Quizás. — Río un poco. — Fuiste muy lindo con Emma.

—Oh, vaya. — Ríe apenado. — Sí, está pasando por un momento difícil.

—Sí... Bueno... Yo solo venía por agua. Así que...

—De acuerdo. Adiós, Agente Horan. — Se despide y me dispongo a entrar a la cocina. Tratando de evitar pensamientos sobre Christopher que querían colarse en mi mente.

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Enamorándome De La Misión ||CNCO||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora