Enamorándome De La Misión ||CNCO||

Capítulo 23: Al rescate.

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—Christopher no está muerto. Pero lo estará si no vamos por él en las próximas 20 horas. —confiesa por fin Damon.

—¿A qué estás jugando? Esto no me divierte. —Me acerco a él, agarrándolo del cuello de su camiseta, bastante molesta—. ¿Entonces me mentiste antes?

—No del todo, me gustaría explicarte, pero estoy seguro de que no lo entenderías. —dice, para luego sonreírme, lo que me molesta aún más al ver que no lo está tomando en serio.

Estoy casi segura de que me hubiera visto intimidante de no ser porque soy más bajita que él.

—Te lo advierto, Damon. Si esto es otra mentira, te voy a...

De repente, nos movimos muy rápido, y yo estaba contra la pared. Una de las manos de Damon estaba sobre mi cuello. Estaba realmente sorprendida y confundida por lo que acababa de pasar.

—Uy, ¿qué harás? Ilumíname. Tengo curiosidad. —suelta, interrumpiendo mi amenaza, y me da otra de sus miradas retadoras que ya empezaban a fastidiarme junto con su sonrisa de lado.

Por fin me soltó y se alejó de mí.

—Déjate de amenazas patéticas y aprovecha que estoy dispuesto a decirte en dónde está tu amiguito. —dice cruzado de brazos mientras rueda los ojos.

—¿Cómo hiciste aquello? —cuestiono aún con cierta sorpresa en el rostro.

—Como dije... No lo entenderías. —repite Damon encogiéndose de hombros.

—Te lo explicaremos cuando regresemos con Christopher. Te ayudaré, Francesca. —dice Bonnie a mi lado, poniendo una de sus manos sobre mi hombro. Me limito a asentir.

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Zabdiel:

Me encuentro estacionando mi auto en frente del apartamento que compartía con Valerie. Tomo el ascensor llegando a mi piso. Me detengo frente a la puerta algo nervioso. Dudo un momento, pero siento necesario explicarle todo.

Toco la puerta varias veces. Mackenzie es la que abre la puerta y no se sorprende de mi llegada.

—No creo que sea buen momento. —intenta decir ella, saliendo y cerrando la puerta detrás de ella.

—Después de que ya se sabe esto, créeme que a partir de ahora no habrá buen momento para nada.

—Ella no quiere verte ahora. —dice con una expresión de seriedad en la cara, y asumo que Mackenzie también está molesta.

—Necesito explicarle las cosas. Tengo que hablar con Valerie ahora. —insisto, y ella suspira.

La puerta se abre de repente, dejando ver a Valerie muy molesta con una maleta a un lado.

—¿Explicarme qué, Zabdiel? ¿Que estuviste mintiéndome por más de un año?

—Sí, mentí. Lo siento. Pero créeme cuando te digo que en serio te amo. —intento acercarme a ella y lo único que recibo es una bofetada.

—No vuelvas a decirme eso. —dice con lágrimas en los ojos—. Me traicionaste a mí y a nuestros amigos. No sé si pueda perdonarte eso.

—Valerie...

—No quiero verte, Zabdiel. —dice dejando la maleta afuera de la casa.

—¿Me estás echando? —pregunto y no puedo evitar sentirme dolido por esto.

—Tranquilo. La que se va soy yo. —termina por salir de la casa y arrastra su maleta yéndose. Mackenzie la sigue.

—¡Valerie, espera! ¡No hagas esto! —le grito para que regrese, pero no lo hace, ni siquiera mira hacia atrás.