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Perdón por ser así jajaja


Si se sinceraba consigo mismo, nunca había disfrutado de las fiestas, le gustaba la elegancia de todo y lo refinado de las bebidas y bocadillos que los meseros ofrecían, pero hablar con personas que apenas conocía o que había visto una o dos veces por cuestiones de trabajo no era de su agrado.

—Quita esa cara, Joshua.

El nombrado volteó hacia atrás, alzando una ceja y bebiendo de su copa mientras intentaba ignorar las palabras de su padre.

—Así es mi cara, papá—respondió Josh alzando los hombros—Acostúmbrate.

—Si, bueno, con esa expresión solamente asustas a todos—dijo con molestia—Sobre todo a las mujeres.

Un resoplido fue todo lo que Josh hizo, sabía que quería sacar a la luz esa platica acerca de conseguir pareja, alguien atractiva y que estuviera a su altura, no era que Josh fuera feo, pero sus habilidades de coqueteo estaban más que muertas y normalmente no le agradaba mucho a las chicas por ser callado y mandón, de todas formas, tampoco era como que a Josh le urgía tener pareja era una sus menores preocupaciones, pero al parecer que tu hijo de 29 años aún no estuviera comprometido era una vergüenza.

—¿Vas a empezar con eso otra vez?—Josh lo miró ceñudo, tomando otra copa de vino de la charola que los meseros llevaban con ellos.

—Sí, Joshua, otra vez—replicó el padre molesto—Y lo haré tantas veces como quiera, ¿lo entiendes?.

—Sí, entiendo que te guste ser un dolor en los huevos—respondió Josh en un suspiró.

—Cuando hablas de esa forma no puedo estar cerca tuyo—dijo entredientes, alejándose de Josh.

El pelinegro rodó los ojos y también se alejó de ahí, mirando a todas las personas del lugar, todos vestidos de forma elegante y pretenciosa, sonriendo y riendo, todo ese rollo le molestaba, le resultaba fastidioso pretender ser alguien refinado y de buenos modales, siempre lo fue pero no por gusto, tenía que ser un buen niño o sino haría quedar mal a su muy importante padre dueño de una compañía de autos último modeló.

—Todo esto está muy aburrido—pensó Josh dando otro trago a la copa.

—¡¿Qué crees que haces?!

O quizá habló muy rápido.

—No grites de esa forma—le recriminó una mujer atractiva que estaba junto a otro hombre a uno de los meseros—No puedo creer que tengan a un mesero tan grosero aquí.

—¿Disculpe?—reclamó el mesero castaño, mirando con molestia a la mujer y al hombre que la acompañaba—El único grosero y pervertido aquí es este tipo, me tocó el trasero por si no se dio cuenta.

—¿Cómo puedes acusar a mi esposo de algo así?—inquirió ella con indignación.

—Sólo le estoy informando que al parecer las vaginas no son el único gusto de su esposo—le dijo en tono burlón.

—Voy a reportar tu comportamiento, muchacho—le amenazó la mujer.

—¿Y qué dirá en ese reporte?—dijo el castaño riendo—¿Qué su esposo me quiso meter los dedos por el culo?, no creo que eso se vea bien.

La mujer abrió su boca sorprendida y después hizo un gesto enfurecido, parándose frente a el mesero y alzando el mentón con superioridad.

—¿Quién te crees que eres para hablarme así?—dijo ella en voz baja—Eres un simple mediocre y pobre mesero.

Vulgar   {joshler}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora