II

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“All teenagers
scare the livin' shit
out of me...”
。❀♛ೃ━━━━━━━━━━━━ೃ♛❀。

”。❀♛ೃ━━━━━━━━━━━━ೃ♛❀。

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🌼🌒

(capítulo dos)
Convenciendo a la flor”

⁽ᴺ⁾
Abrí los ojos cuando sentí que las patas de la señorita O'Leary chocaban en tierra firme. Un aire fresco y extrañamente perfumado me pegó en las mejillas, envolviendome por completo.
La pequeña casa, ubicada en los lindos de un barrio tranquilo y sereno, se alzaba frente a nosotros a solo unos cuantos metros.

Era casi medianoche y las luces estaban apagadas, exceptuando por la de la entrada. Observe la dirección nuevamente:

"Oregon, Portland (Goose Hollow)
- Familia Green"

Me aseguré de que exactamente era allí a dónde debía dirigirme. El buzón no tenía nombre, y Annabeth tampoco me había indicado el número de calle o vivienda. Pero la señorita O'Leary había llegado hasta ahí, justo el frente. Y por alguna razón sentía que era la correcta.

Un jardín lleno flores adornaba la entrada y un camino de piedra lo surcaba hasta la puerta.

Había de todo tipo de plantas y de todo color. Hasta algunas exóticas que ni siquiera podrían crecer aquí en Oregón. Siendo sincero, era lo único anormal en esa calle que gritaba "aquí anduvo un dios”, y me arraigaria a ello.

- Quédate esperando aquí preciosa- hablé a la señorita O'Leary mientras de un salto abandonaba su lomo. Suponía que ya de por sí era atemorizante que te digan que eres un semidiós, y ver a un perro de tres metros no ayudaría a recomponerte. La dejé echada al lado de la verja que separaba la calle de la propiedad y casi inmediatamente quedó dormida. No la culpaba, ella hacía el mayor trabajo energético en estos viajes...

Trastabille un poco al acercarme hasta la vereda, pues a mí también me venían mal los viajes sombra. Respiré hondo para despejar el mareo que sentía y traté de correr la cancela en vano, pues tenía un candado en ella. Opté por treparme cuidadosamente por encima de la verja, pero era algo alta y terminaba en puntas filosas. Otro viaje sombra, pero a un destino tan corto, como el otro lado de la cerca, no funcionaría. Pero no necesité recurrir a medidas drásticas, ya que a un costado, en medio de unos arbustos que decoraba la verja, había una abertura por la cual podía pasar sin problemas. Solo esperaba que no tuvieran alarmas, de lo contrario el campamento se tendría que encargar de los problemas legales.

Me metí en medio de esos arbustos, tratando de que la cara no me quedara tan rasguñada por las ramitas sueltas, pero cubrirme el rostro y gatear a la vez es difícil, por lo que fue inservible.
Me incorporé de un salto al lado de una pequeña fuente rodeada de margaritas y me sacudí las hojas y el barro lo más que pude. Mí mejilla derecha sangraba un poco por los rasguños, nada que no podía soportar.

Los Reyes del Inframundo ━♛ (ɴɪᴄᴏ ᴅɪ ᴀɴɢᴇʟᴏ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora