XXXI

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(L)

El silencio había reinado entre Nico y yo desde que decidí escurrirme tras él al escucharlo correr hacia el bosque.
Me había preocupado tanto, no sabía que era lo que podría pasar por la cabeza de un hijo de Hades. Así que lo segui a hurtadillas.
Me escondi al ver ese brillo, y no se me ocurrió mejor idea que espiarlo.

Mí subconsciente gritaba que era incorrecto, pero no podía dejar que algo le pasase.

Y ahora estabamos sentados, hombro con hombro en la rama dónde se había recostado Nico.
Debajo de nuestros pies los demás aún dormían, ingenuos a la gran escena antes presenciada.
No sabía cómo reaccionar. Que decirle para reconfortarlo.
Estaba destruido, ensimismado, sus ojos miraban hacía el claro.
Quería abrazarlo, darle alguna palabra alentadora.

Cuando lo vi llorar, derrumbarse, temí por él. Cuando me acerque a el creí que me gritaría que me largara, que se enojaría o se esfumaria entre sus sombras como siempre hacía...así que el asombro que sentí cuando me abrazó fue realmente extraño.

No me atrevía a iniciar una conversación con él. En serio ¿que le dirías a alguien quien tuvo una discusión con una luz o lo que sea que fuera ella?
Solo el nombre se me hizo normal: Bianca.
El nombre por el que Nico había peleado con Percy.

- Era Bianca

Me quedé helada, no esperaba escucharlo hablar.

Por fin me miró, y puedo jurar que jamás en mí vida vería una mirada tan cargada de dolor y pena como la de él. Por los dioses, solo tenía catorce años ¿toda esa angustia tenía dentro de él? ¿Cómo podía vivir? Aún era demasiado joven.

No dije nada, tenía mí boca media abierta lo que me hacía quedar como una estúpida de primera. Pero mí cerebro aún no procesaba nada de eso.

Nico se sonrió de medio lado.

- Creo que, ahora que viste y escuchaste todo eso- me dijo apartando nuevamente la mirada- mereces una explicación.

Su voz sonaba más ronca de lo normal, y un poco congestionada luego de haber llorado. Aún tenía sus mejillas surcadas por las maracas de sus lágrimas. Y la sombra que los árboles dibujaban lo hacían parecer realmente tenebroso.

Comenzó a hablar. Sin puntapié. Sin siquiera presionarlo. Simplemente largó todo.

Me contó de su infancia en Italia, de su madre y de Bianca. Quería que la tierra me tragara y terminar en lo más profundo del Averno. Bianca era su hermana, y yo me había inventado mil historias en mí cabeza. Que estúpida era.

Me contó cómo su padre los llevó a un hotel que al parecer congelaba el tiempo. 28 de enero de 1924 creía Nico que era su fecha de nacimiento. Nadie jamás se lo había confirmado.

Habló sobre su tiempo en el colegio, como Percy, Thalía, Annabeth y Grover los habian rescatado de ese monstruo que el me había hablado la primera vez que nos vimos.

Contó sobre sus escasos días en el campamento, los cuales recordaba habían sido los más felices de su vida.
Bianca se había unido a las cazadoras, y había participado en una importante misión para salvar al Olimpo.

- La tiraron hacía el foso como si fuera reemplazable- dijo con todo el odio que pudiera cargar su voz- La mandaron a una muerte segura. Ella...

Se le quebró la voz.

- Ella murió- dijo en un susurro- Se sacrificó por todos. Por mí. Traté de recuperarla, de traerla de nuevo, pero...

- Pero...- le incite a seguir.

- No quiso escucharme. Pase días y noches interminables junto a ese estúpido de Minos tratando de buscar una forma de devolverla a la vida ¿Acaso se preocupó de cuántas tiendas de McDonald's tuve que asaltar por la noche, entrando a hurtadillas para robar cada Happy Meal que necesitara?

Algo en mí estómago se revolvió. Instintivamente mí cabeza me llevo a mis recuerdos, y la imagen perfecta de mí sueño sobre un niño cantando en el bosque inundó mis pensamientos.
Había sido Nico, había soñado con él tratando de revivir a su hermana.

- ¿Por eso tu odio hacia las cazadoras?- dije solamente. No le diría que había soñado con él, por lo menos no ahora. Suponía que era algo personal, y que ya esté compartiendo su vida conmigo es más que suficiente.

- ¿Tanto se nota?- río secamente.

Me encogí de hombros. No lo culpaba.
Ahora entendía más lo que pasaba por su cabeza.

- Si te sirve de consuelo- comencé a decir- No estás solo, Nico.

El negó con la cabeza.

- No lo entiendes- dijo- Jamás encontraré mí lugar...soy un marginado. De pies a cabeza. Donde pise todos me miran extraño. Además yo...

Calló. Su mirada inconcientemente se posó en Percy y Annabeth durmiendo abrazados.
Se los veía tan bien uno junto al otro, era la pareja perfecta por dónde los vieras.

- ¿Tú...?- lo presioné a seguir.

- Tampoco entenderías- cerró sus ojos con fuerza.

Tomé su mano entre las mías.

- Déjame intentar entenderte.

Me miró y suspiró.

- Yo huí del campamento-se notaba que reunió todo el valor que tenía y pronunció unas palabras que no esperaba escuchar de sus labios- Huí por miedo a mis sentimientos. Mis sentimientos por Percy.

Mí cara de sorpresa no tardó en hacerse notar. Abrí mis ojos lo más que pude.
Traté de decirle algo como "está bien, lo entiendo", pero el gran nudo que se iba formando en mí garganta no me dejó.
Intenté volver a encontrar el aire para confortarlo y cuando estaba por hablar el me calló.

- Pero ya no me gusta Percy- me dijo estrechando más mí mano- Creo que estaba confundido. Lo vi como a un héroe y...era aún joven e inexperto al mundo. Eso que sentí está enterrado y jamás volverá a salir.

Solté aire que no sabía que tenía guardado.

- Y...¿él lo sabe?

- No- negó rotundamente- Jamás lo sabrá, no necesita saberlo. Eres la primera a quien se lo cuento...

- Vaya- dije- Jamás creí que hubieras pasado por tanto.

Separé nuestras manos solo para tocar su mejilla y limpiar los restos de lágrimas.
Sostuvimos miradas y algo se revolvió dentro mío.

Dentro mío no quería que el sufriera, nadie merece sufrir. Nadie.

Nico di Angelo había cambiado mí mundo, literalmente.
Yo quería cambiar el suyo.Quería que volviera a ser feliz.
Más ahora que había compartido conmigo sus sentimientos. Y yo le prometí algo a la voz que me atormentaba en mis sueños.
Si, esa voz era Bianca. Me dijo que evitara que cayera nuevamente en el rencor, y yo lo haría.
Por ella, por Bianca, y el anhelo de ver a su hermano ser feliz de nuevo.

Los Reyes del Inframundo ━♛ (ɴɪᴄᴏ ᴅɪ ᴀɴɢᴇʟᴏ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora