VIII

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(L)

- ¿Estás seguro Nico?- dijo Annabeth- No me parece muy buena idea. Es demasiado peligroso y Lilia no tiene experiencia alguna.

Nico me miró expectante.

- Más que seguro- dijo él.

En ese momento me sentía morir. Estaba aterrorizada.

¿Dirigir una búsqueda? La profecía lo decía claramente pero... No me sentía capaz

Quirón se mantuvo callado todo ese tiempo.

- Creo que- habló- Nico...tiene razón. Yo...hace mucho tiempo que no veía a hijos semidioses de Perséfone. Tu llegada no es casualidad.

Mi última esperanza de no ir se había ido por el drenaje.

En serio creía que Quirón, siendo un hombre (¿o caballo?) responsable me prohibiría ir.

Pero me equivoqué.

- Entonces héroes- nos dijo Quirón- saldrán mañana temprano. Les recomiendo dormir bien esta noche y preparar todo lo que necesitarán. Buenas noches.

Si, que emoción ir a una aventura de vida o muerte. Obviamente lo que quería hacer en estas vacaciones.

Todos empezaron a salir hacia sus cabañas en excepción de Rachel, Nico y yo.

- Quirón- me dirigí a él- Donde dormiré yo. Digo, supongo que ahora que fui reconocida no puedo volver a la cabaña de Hermes ¿Verdad?.

- Estás en lo cierto- contestó- No te preocupes querida, mandaremos a hacer tu cabaña cuanto antes. Hasta eso dormirás aquí con nosotros. Tenemos habitaciones extras.

Esto sonaría raro. ¿Dormir en la misma casa con un dios y un centauro? Solo pasa en esta realidad.

Me despedí de Rachel y Nico (un poco incómodo) y seguí a Quirón

Me guío hasta una habitación al final de un pasillo en la segunda planta.

- Es lo mejor que tenemos para brindarte- dijo apenado- Digamos que las arpías de la limpieza no son tan generosas a veces. Y una casa habitada por un dios berrinchero y juerguista y un viejo centauro con cascos en vez de pies no suele aparentar mucho.

La pequeña habitación tenía una cama postrada contra una ventana que daba al bosque, una diminuta mesa con una lámpara llena de polvo, un ropero y un espejo. Me hacía acordar mucho a mi antigua habitacion.

- No pediría nada más acogedor que esto. Gracias señor Quirón- dije.

Quirón me sonrió y con un gesto de la mano hizo como si no tuviera importancia.

- Descansa bien, lo necesitarás.

Dicho esto se retiró dejándome a solas con mis pensamientos turbulentos.

¿Si fallaba en la misión? ¿Si los guiaba por un camino equivocado y terminábamos muriendo todos? ¿Si no era yo la de la profecía?

"Ya basta" me dije. Debía confiar en mí misma, si yo no lo hacía nadie más lo haría.

Dejé mi mochila en la mesa y me acosté en mi cama.
Estaba tan agotada que ni siquiera me di cuenta cuando caí en los brazos de Morfeo (literalmente, porque ahora sabía que si existía éste dios)
Pero no fue tan agradable.

Soñé que estaba en un bosque.

Estaba parada en el centro de un claro.
Las ojas emitían un brillo morado y la luna se alzaba por encima de mi cabeza. A mí derecha  había un búho en la rama de un árbol, sus ojos me miraban fijamente como queriéndome decir algo, o prevenirme.

Advertí que algo se movía por las hojas. Me quedé estática en mi lugar.

-Ten cuidado

La voz provenía del medio de los árboles pero no divisaba de quien ( o qué) era.

-¿Q..quien anda ahí?

Empezó a correr un viento bruto y las hojas se removieron más. Los árboles amenazaban con caerse y unas nubes taparon la única luz que había, la luna. Estaba en total oscuridad.

Empecé a temblar, sentía que me faltaba el aire. Odiaba la oscuridad, todo lo malo puede pasar en la oscuridad. Y más en medio de un bosque

- ¡Huye!- gritó la voz con mayor potencia- ¡Antes de que te encuentre y sea demasiado tarde!

La voz se fue apaciguando, parecía que se estaba alejando.

Las nubes siguieron su rumbo y la luz de la luna volvió a iluminar el claro. Aún estaba aterrada y no podía moverme, me di vuelta despacio y...

-¡Lilia!

Me desperté envuelta en sudor, aún estaba todo oscuro y temía que lo del bosque fuera real.

Por suerte para mí, solo había sido eso, un sueño. Y a quien tenía al frente mío era a Nico, no a ese oscuro y tétrico panorama.
- Q..que pasó

Nico me miró con una mezcla de preocupación y cautela.

- Tuviste una pesadilla- me dijo sentándose a los pies de la cama- Estabas hablando dormida, demasiado fuerte para mi gusto. Por eso vine a ver qué... te sucedía.

Se sonrojó hasta las orejas y miró al piso apenado, se veía muy lindo cohibido.

- Lo siento, no pretendía hacerlo- le dije apenada.

Nos quedamos callados, evitando nuestras miradas.

Lo admito, era incómodo estar con él a solas. Su aura era tan... misteriosa y compleja que te dejaba confundida. Nunca traté con muchas personas pero estar en el campamento significaría que podría hacer amigos. Las personas eran amables, aunque las bromas me disgustaban, me habían hecho sentir como en casa. En especial Annabeth.

Pero Nico era diferente. Era como si, el solo hecho de tener que cruzar una palabra con alguien lo repugnara o lo atemorizaba. Sus conversaciones eran cortas y concretas, sin muchas vueltas que darle a la manivela.

Que estuviera aquí, sentado en mi cama, preocupado por mi, en plena madrugada era tan extraño como desconcentrante.

- Que fue lo que soñaste.- preguntó rompiendo el incómodo silencio.

Respiré hondo, medio temblando y le conté mi sueño.

- ¿Una voz te decía que huyeras?

Asentí.

Se quedó pensativo por un tiempo.

- Los sueños de los semidioses- me dijo- no siempre solo son eso, sueños. Debes tener cuidado.

Eso no me calmó.

Si los sueños de semidioses eran augurios malos, o a veces buenos significaba que esa voz me estaba advirtiendo de algo peligroso.

- Eso me tranquiliza mucho- le dije irónicamente.

Nico sonrió de medio lado y se puso a mirar por la ventana pensativo.

Frunció el seño y movió la cabeza como queriendo quitar un pensamiento de su cabeza

- Mañana será un día largo- dijo parándose para irse- A los dos nos conviene dormir. Te prometo que no volverás a soñar con esa cosa.

Y sin más, se dirigió a la puerta y se fué.

Puedo asegurarles que no volví a soñar con esa voz. Tampoco le temía, me avisaba de un peligro. Me decía que tuviera cuidado. No, no le temía.

Si soñé con unos ojos, fríos pero cautivadores. Esos ojos que rondaban en mi mente desde que lo conocí. Soñé con ese chico que preocupado, había ido a verme.

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Holaa a todos los semidioses aquí presentes. Sé que estuve vaaaarios días sin actualizar, fueron por problemas personales...

Desde hoy ya retomaré el ritmo de antes así que solo estén atentos.

Graciasss a todos







Los Reyes del Inframundo ━♛ (ɴɪᴄᴏ ᴅɪ ᴀɴɢᴇʟᴏ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora