XIX

3.3K 319 17
                                    

(L)

Percy miró al cielo exasperado y se deslizó hasta quedar abrazando sus rodillas en el piso.

Apoyó su cabeza en ellas y suspiro pesadamente.

- Jamás me lo perdonaré, jamas- parloteaba.

Aún estaba un poco conmocionada por la escena que había presenciado.

Literalmente Nico y Percy se habrían matado con las miradas por un arco, que aún no sabía de quién era y porque estaba ahí.

- No te culpes Percy- dijo Annabeth agachándose junto a él tomándole la mano.- Entiéndelo, el está...un poco consternado.

- Lo sé, es solo qué...creí que ya me había perdonado.

Will tocó mi hombro.

- Ven- dijo con un movimiento de cabeza- Mejor dejemos que hablen a solas.

Le asentí, y cuando habíamos dado unos pasos junto a Rachel, Annabeth nos llamó.

- Encontramos la moneda- dijo lanzándola.

La atrapé antes de que cayera al suelo y me fijé en ella.

Parecía una simple moneda de un centavo, a excepción que relucía como oro aún en la oscuridad y tenía unas extrañas siglas grabadas. Al principio no las había entendido, pero luego me fijé en que eran letras griegas.

αλήθεια

-¿"Verdad"?- dije confundida.

- Guárdala bien- dijo Annabeth- la necesitaremos.

Me sentí un poco extraña, pero agradecida, que Annabeth me confiara algo tan importante en la misión.

No sabía luchar, ni siquiera tenía un arma, no tenia ni la mínima idea de lo que debía hacer. Pero ahora Annabeth me había dado algo por el que sentirme parte del grupo. Y protegería a esta moneda cueste lo que cueste.

Llegamos hasta el bar de Hebe y nos dirigimos hacia unas habitaciones que tenían detrás.

Eran tres habitaciones con una litera en cada una.

Annabeth y Percy dormirían en una y Will y Nico (si es que se dignaba en aparecer) en otra.

Por lo que me tocó dormir junto con Rachel.

-¿Crees que es buena idea? - le pregunté acostándome.

Habíamos acordado que ella dormiría arriba, le tenía vértigo a las alturas por más mínimas que fueran.

- ¿El que?- me contestó desde encima mío.

- Dormir en medio de una misión.

Los rizos colorados de Rachel se asomaron junto con su pecosa cara.

- Menos preguntas, más descanso- me dijo- Está puede ser la última vez que duermas bien por días. Mejor aprovecharla.

- Si, pero...nada, tienes razón. Mejor dormir.

Me di la vuelta quedando en una posición en la cual no podía ver mi rostro
Rachel no se movió. Frunció sus labios y junto sus pobladas cejas pelirrojas.

- Estás preocupada- me dijo.

Me di la vuelta rápidamente.

- ¿Que?.

De un salto se bajó de la segunda litera y se sentó a los pies de mi cama.

- Por Nico- me dijo- estás preocupada por él.

Me incorporé tratando de procesar sus palabras.

- Claro que no- dije con una risita nerviosa. Pero no podía ocultarle nada a Rachel, baje mis hombros en señal de rendición- ¿Tanto se nota?.

Agarró mi mano como lo hizo a la mañana.

- Escucha Lilia, Nico está bien- dijo con una sonrisa reconfortante- Desde que lo conozco jamás está mucho con las personas. No cruza palabras con nadie. Y eso es normal para nosotros. A veces desaparece y vuelve como si nada.- respiró hondo- El está bien...tiene un largo pasado. Y estoy segurisima que algún día te lo contará. Confía en mí, sus destinos están entrelazados.

No entendí a lo que se había referido con que nuestros destinos estaban entrelazados. Pero no me dio tiempo a preguntarle.

Se subió rápidamente a la cama y apagó la luz.

Y no me quedó otra que dormirme.

Rogaba por qué los sueños no volvieran.

Esa vocecita me preocupaba mucho.

Pero soy Lilia Green, la persona con más mala suerte del mundo.

Nuevamente me encontraba en el claro, con la luna alumbrando a mi cabeza y los árboles al rededor mío, un lugar que ya me se me estaba haciendo familiar.

El búho ululaba a mi derecha con sus intensos ojos de destellos amarillos.

-Ella tratará de quitarte la Lilia.

Por un segundo creí que el búho me había hablado, pero reconocí la voz de entre las sombras.

- ¿Por qué me perturbas?- le grite frustrada.

Estaba harta de los sueños de semidioses. Nico me había dicho que la mayoría eran verdades y que presagiaban sucesos a ocurrir o ya pasados.

- Pregunta incorrecta- dijo la voz- Lo que debes preguntarme es: ¿cómo protegeré la moneda?

-¿Por qué crees que está en peligro?- dije cautelosamente.

No sabía cómo pero sentí que la extraña voz me estaba mirando con esa expresión severa que tenía Annabeth la cual te decía "si no haces lo que digo, te irá mal".

- Está bien, está bien- dije rindiendome y sin  ganas- ¿Cómo protegeré la moneda?

Una pequeña sombra apareció encima mío. Tapó la luna como en mi sueño anterior.

Sentí mi pulso acelerarse. Odiaba la oscuridad.

- No hay tiempo- dijo la voz desesperada- Ella sabe que estoy aquí.

- ¿Quién?- dije rápidamente- ¿Quien es la que está haciendo todo esto?

El búho voló hacia el oscuro cielo y desapareció en las sombras.

Las hojas comenzaron a agitarse, y los árboles danzaban desesperados.

-¡No puedo quedarme!- me dijo- La única manera de negociar esa moneda es diciendo la verdad, así como también es la única forma de protegerla.

-¿Que quieres decir?- logré decir temblando.

- El que la tenga en su posesión no puede mentir- dijo con pena- No mientas Lilia, se desintegrara  si  lo  haces y no podrán recuperar el fuego de Hestia.

Una risa malévola surgió de lo más profundo del bosque.
Unos cuervos salieron volando despavoridos de sus nidos.

Cada vez se sentía más cerca.

-¡¡Corre!!

No lo pensé dos veces. Me largué a correr lo más rápido que pude entre los árboles y la incesante oscuridad. Tropecé con ramas, y me raspe cara y brazos. Pero esa risa me seguía.

Y cada vez estaba cerca.

-¡¡Lilia!!




Los Reyes del Inframundo ━♛ (ɴɪᴄᴏ ᴅɪ ᴀɴɢᴇʟᴏ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora