Holmes "Otra Mujer"

No Eres Tú

No teníamos pistas de nada respecto a la información que Pine consiguió, tampoco la habían atacado, ni siquiera a Sherlock. Lo que comenzó con algo extraño, rápidamente se nos olvidó, ya que Lestrade volvió a contactarnos y con él, los casos, tales se hicieron más frecuentes y difíciles, que todo este tema de la presunta persecución hacia Pine, era un tema que ya casi no abordabamos en la mesa. Si, ya que Moira se había alojado con nosotros por un tiempo indefinido, su casa la había vendido antes de irse a América y Mycroft no estaba. La señora Hudson estaba más que contenta. Además, le daba un aire femenino al departamento, me refiero a uno más juvenil que la casera. Constantemente peleaba con Holmes por el desastre que este dejaba, y ella no paraba de acomodar cosas: "Las cosas estan donde deben estar"-repetía Holmes molesto, "¿Enserio?"-decía ella-"¿Las tazas van en el librero?" "Bueno, debe ser cosa de Británicos"-se burlaba de Sherlock para molestarle. Yo simplemente me reía y la señora Hudson me codeaba con una mirada cómplice.

El tiempo se había ido volando caso tras caso, Moira se notaba tranquila sin embargo pensaba mucho, y todo era causa del intento de asesinato hacia ella, algunos días la encontraba hecha ovillo en el suelo con su mirada pérdida en la ventana. No me gustaba molestarla. Pero un día lloraba tan desconsoladamente que no pude evitar acercarme.

-¿Todo bien?-le había preguntado y ella se lanzó a mis brazos sollozando.

-¡Ay Watson!-exclamó con dolor-¿Qué haría yo sin ustedes?

Jamás entendí aquella pregunta, yo creía que era más que claro que ya éramos algo parecido a una familia (algo disfuncional), pero lo que más se le acercaba. Me imaginé que se sentía sola en alguna extraña forma con su hermana lejos, y de sus padres conocí muy poco, no hablaba mucho de eso. Siempre evitaba el tema con preguntas fuera de contexto. Entonces decidí no preguntar más.

Kate y yo íbamos muy bien, pero no era algo que me gustaba compartir con ellos. Una vez se me ocurrió traerla a casa y Sherlock no paró de decirle cosas. Moira me miraba apenada pero no se atrevía a repender a Holmes. Yo sabía que algo no andaba bien.

Sherlock pasó de ser burlón y de despreciar menos a la otra mujer, a ser distante, ya que los casos lo tenían excitado, tanto, que algunas veces ni siquiera fuimos con él, prefería hacerlos solo. No lo vi acercarse a Moira otro día, y ella tampoco.

Una tarde algo cambió, Moira se acercó y él la ignoró.

-¿Qué le pasa?-preguntó ella molesta y confundida.

-No se de que me habla-dijo Sherlock-Tengo cosas que hacer, voy...-Moira lo interrumpió.

-No va ningún lado, ¿quedó claro?-dijo firme.

Me levanté sigilosamente y ella se giró a mi.

-Usted no se mueva, Watson-dijo-Necesito que escuche.

-Moira...-Holmes habló con un tono que no puede reconocer.

-Sherlock-dijo ella en susurro mirándole a los ojos, se podía notar a kilómetros que estaba herida, él la hirió-Necesito saber, solo...-hizo una pausa larguísima, me estaba preocupando.

-¿Moira?-habló Holmes con un tono de voz más grave de lo normal.

-¿Qué siente por mi, Sherlock?-preguntó decidida.

Insistí de nuevo en irme y ella negó.

-Quiero que escuche lo que Holmes diga, ¿está claro?-asentí intimidado.

-Yo...-Sherlock no respondió.

-Bien-Moira sonrió dolida-Bien.

Se alejó de él, colocó su saco y salió del departamento.

Holmes no dijo una palabra.

-Me duele admitirlo, pero-dije-Hace tiempo que no eres tú-Me miró intentando comprender-Te pedí una cosa, e hiciste lo contrario. No eres el Sherlock que conocí antes de Moira, ni el que vi con ella. Estas, distinto-suspiré y salí a caminar para resolver unos asuntos.