Holmes "Otra Mujer"

Dos Y Uno Para Celebrar

Moira y Miranda cumplían años. Me pasé gran parte del día intentado comunicarme con la gemela que estaba lejos. Pero al parecer su hermana no la dejaba, o bien, era la Señora Hudson, apenas pude felicitarla cuando dijo que tenía que irse a una fiesta con su novio. Lo entendí, al final de cuentas no éramos tan amigos como para obligarla a charlar conmigo.

Moira dejó a la señora Hudson un momento, ya que esta no paraba de decirle cumplidos y apretarle las mejillas. Llegó con nosotros sonriente pero sin lucir soberbia.

-Vamos a salir, vistanse-nos dijo a ambos. Sherlock no hizo ninguna mueca y sólo fue a su habitación, volvió enseguida al igual que yo.

-Antes de salir-me acerqué a ella-Felicidades-le abracé con fuerza y le dí una cajita aterciopelada azul.

-John, esto no...-iba a excusarse y le interrumpí.

-Sólo abrala-ella sonrió con un brillo en sus ojos, ese brillo que se había perdido hace tiempo. Pero ahora está de vuelta.

Abrió la caja con extremo cuidado y sus ojos se aguaron cuando vio el contenido. Sacó un medallón dorado que conseguí para ella. Lo abrió y se lanzó a mi rápidamente.

-Es muy hermoso, John-me besó la mejilla dejando sus lágrimas en mi rostro, le devolví la sonrisa-Gracias.

Coloqué dentro del medallón las imágenes que robé del USB, al principio me pareció poco apropiado pero realmente aquellas fotos eran demasiado divinas. En la parte de abajo coloqué la foto de los dos Holmes, ella y yo alimentado palomas, y en la parte de arriba la imagen de la Señora Hudson y Miranda. La tapa del medallón tenía un grabado en letra cursiva; "Gracias por ser parte de nuestra aventura."

Nos miró con dulzura y sin perder ese brillo.

-Vamos-se giró-Hice una reservación.

-Espere-Holmes le ordenó cohibido-También tengo algo para usted.

Ella frunció su ceño y me miró con una sonrisa nerviosa, yo me encogí de hombros dándole a entender que no tenía idea.

Le entregó una cajita, al mismo tiempo le tocó el hombro y besó su mejilla. Aquello la dejó extrañada y puede que petrificada, pues no fue hasta unos segundos después cuando se animó a abrir el regalo.

Con nerviosismo quitó el largo y fino listón blanco que envolvía el presente, varias veces estuvo a punto de dejarlo caer, sus manos no paraban de temblar. Entonces al abrir la caja, el signo de interrogación se plantó en su frente pero al mismo tiempo pareció relajarse, pues sus hombros cayeron, sacó una llave diminuta con diseños delgados y rió sin comprender. Sherlock le semi-sonrió y yo entrecerré mis ojos.

Tomó la llave que parecía abrir un candado extraño. La insertó en el listón y con delicadeza se la puso de collar.

-Gracias-sonrió algo forzada y salimos del apartamento.

Subimos a un taxi y no dijimos ninguna palabra. Ella estaba en una esquina y Holmes en la otra, dejándome a mi, obviamente en medio. No me quejé, después de aquel momento tan extraño no se me ocurriría una queja.

Moira se petrificó por un momento y después pareció relajarse, se acercó a mi coquetamente, pero yo sabía que actuaba.

-John-susurró con una sonrisa falsa-Ese tipo fue quien intentó matarme al salir del aeropuerto.

Entonces me entró el pánico. Fue un mal día para dejar mi arma en casa.