Drabbles≈ └KookV┘

└Seleccionado por el Diablo┘

Nada sería diferente, nada les ayudaría a librarse de aquello a lo que tanto le teme la gente del pueblo. Pero...¿Verdaderamente creen que es malo?, Para el simplemente es como cualquiera otra cosa . Le teme más a sus padres que a él, al Diablo.

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— Cariño, Tae. Acércate.–
El nombrado hace caso y a pasos ligeros va donde su madre. Estaban en el jardín del castillo real, lugar favorita del príncipe, pero si se encontraba solo era mejor; apreciar las flores es su pasatiempo favorita, ver los pájaros y escuchar su cantar lo calman,con asombro halagar lo que la naturaleza da y reposar su cuerpo bajo la sombra de un árbol.

Esas cosas habitualmente hacia cuando estaba solo, pero cuando su madre e invitados estaban, tenía que quedarse parado o sentado en la fuente de agua con espera a que lo necesitasen para algo, dando sonrisas forzadas a las personas que intentaban coquetear consigo. Le incomodaba tener que ser un adorno digno de admiración.

— Sí madre– contesta amablemente. Aunque odia estar hay, no tenía derecho a dejar mal vista a quien le otorgó la vida. Todavía no encontraba razón para odiarla.

Estaba de visita el príncipe de otro reino, lo mellizos Park BoGum y JiMin.

— BoGummie, este es mí hijo TaeHyung. Saluda Tae–

— Es un gusto conocerlo príncipe BoGum, soy Kim TaeHyung. –se presente con el diálogo que siempre le enseñaron desde su niñez.

— El gusto es todo mío, príncipe Kim. Reina HyunAh, nunca me ah dicho que tenía una hermosura de hijo.– dice coqueto.

—Lo heredó de su padre.–

Su madre le hace un asentamiento de cabeza a la silla y se sienta cordialmente en ella cruzándose de piernas haciendo lo mismo con su manos que las reposa en su rodilla izquierda cruzada.

En eso empiezan a volver a hablar, de como la señora Park está en espera de su tercer hijo, como gobiernan los Choi, de si ya se enteraron que han habido ataques impredecibles a los reinos cercanos al suyo y que tuviesen cuidado.

Cosas de las que no presto atención por ver una cabellera negra en movimiento.

Con respeto se levanta de la mesa y con la plática de que va a ver al otro invitados se larga. No había mentido, iba a ver lo que hacía.

Lo había visto dar vuelta el jardín que era amplio y salir para quedar frente al bosque.

Luego de ratitos buscando, no lo encuentra.

— Asíque tú eres Kim TaeHyung, por fin te encontré.–

Dio un salto por el susto que le dio y se llevó su mano al pecho tratando de calmar su corazoncito.

—Que susto señor Park JiMin– formula una oración cuando se calma.

— Ay, ni que fuera tan viejo. Dime JiMin, Kim. No estoy acostumbrado a las formalidades–

— En ese caso, también llámame por mí nombre y no apellido.–

— No puedo.–

— ¿Porque?–

— Porque me matará si le faltó el respeto. Ahora, acompáñame a un lugar–

Lo antes dicho por el príncipe le dejó muy curioso. Más el apuro que este tenía por llevarlo a cierto lugar provocó el olvido de las palabras anteriormente dichas.