A lo lejos lo observaba divertirse sin su presencia, siempre con una sonrisa encantadora que iluminaba el día de cualquiera que lo empieza con el pie izquierdo. Pero él sabía muy bien que aquella singular sonrisa que tenía forma de corazón, era más falsa que su autoestima. Lo conocía bien, sus gustos, peculiaridades, gestos y podría apostar a que también conocía lo que llegaba a estar pasando por aquella alocada mente. La combinación que utilizaba en la escuela y su casa como también sus secretos más raros, malicioso o bochornosos.
Si, lo sabía todo incluso que mientras hablaba con aquel grupo de amigos que tenia, sentía su mirada en el. Pero solo ignoraba el como su mirar pedía que al menos se conectarán sus ojos una única vez. Sólo una y tal vez y este feliz hasta final de mes.
Deja de observarlo desde la ventana de aquella aula vacía del lugar en el que se escondía cuando ciertas personas lo buscaban con no muy buenas intenciones hacia su persona. Era la antigua aula que utilizaba el club de arte qué debido a que no la utilizaban con el fin del nombre fue desalojada y olvidada para un uso nuevo y más apto.
Suspira mientras cierra la puerta corrediza del lugar y la trababa con seguro y llave, por precaución a que alguien más intenté quitarle el único refugio que tenía, antes de toda acción revisa si es que dejó una ventana abierta por si las dudas. Con más tranquilidad se retira al comprobar que si lo había echo.
Mira la hora con su celular, 16:15p.m., hace tres horas que debió haberse ido. Por suerte para el y su madre solo preguntaría si volvía ha andar de puta.Una risilla irónica sale de sus labios por aquel pensamiento, si tan solo esa mujer supiera cuan virgen es su hijo, lo máximo que a perdido a sido su primer beso. Y para suerte había sido con la persona que le gustaba. Valió la pena, incluso si con ello perdió algo mucho más grande, una amistad que en su imaginación pudo ser algo más.
Pero no fue solo eso, perdió no solo a uno, sino a dos personas importantes, una más que otra.
Ya eran y media para cuando había llegado a su dulce y lindo hogar.
En el umbral se vieron botellas de alcohol que tiró apenas las vio. Entró a su casa siendo recibido por un imponente silencio que lo acompañaría hasta la noche y principio de la mañana siguiente.
Decidiendo por aprovechar esa grandiosa oportunidad sube a su cuarto, remanga sus mangas hasta el codo, tira su mochila al piso y de su armario saca una maleta de tonos grises y negros y mete toda su ropa. De su clóset retira una que otra cosa que le parece importante. Agarra otra maleta y en ella guarda los objetos con más valores sentimentales que aprecia demasiado como para dejarlas y que después descubra que fueron vendidas con insensibilidad.
Esta vez estaba demasiado decidido, se hospedaria en uno de los cuartos de la universidad.
Deja afuera de su habitación las maletas y se queda unos minutos viendo su cuarto, extrañaría la brisa que salía de su ventana cuando siempre la dejaba accidentalmente abierta, también su estantería y dibujos que abandona a elección. Su armario era lo más valioso que tenía, lástima que no podía llevarlo consigo.
Aparta su flequillo negro que obstruía su vista poniéndolo detrás de su oreja y con total tristeza pone las maletas en el baúl de su auto. Dejando como una última nota a su progenitora que avisaba que había salido y que la comida se encontraba en el microondas. La última comida que le prepararía.
No fue tan difícil como lo pensó, al principio no quiso irse pero era para su propio bien.
Conduce hasta detrás de la Universidad en donde el edificio de dormitorios del establecimiento estudiantil estaba. Deja su coche en el estacionamiento y baja sus maletas, pone seguro al auto y camina un poco hasta llegar al edificio.
Es bien recibido por ChanYeol, el encargado de las habitaciones masculinas. Quien al verlo le entrega con una sonrisa de felicidad la habitación 134340 que tenía guardada hace y tiempo largo para sólo el.
—Que suerte tenerte aquí, TaeHyung. —menciona sin borrar aquella sonrisa de satisfacción.
—Gracias. —se dispone a responder únicamente el susodicho.
No queriendo la ayuda que le ofrecía se dirige al elevador cargando sus cosas y presiona el antepenúltimo piso en el que se encontraba su cuarto.
No era su primera vez ahí y sospechaba que tampoco sería la última en aquel lugar.
Cuando por fin se encuentra en su cuarto deja las maletas en el piso y se dirigue a la cama de dos plazas y se tira rebotando pequeñas veces hasta quedar suelto, deja de tensarse y relaja el cuerpo.
Él, a diferencia de los demás, no tenía que compartir cuarto con otra persona como se debería. Pues ser amigo o cercano al encargado te daba un grandioso benefició que sin duda aprovechaba. Aunque la cama en donde estaba tenía que ser sí o sí usada por dos persona el no tenía el porqué.
Se regocijaba al tener un trato especial, lo hacía sentirse especial.ChanYeol era lo más cercano a un padre que podría tener.
Y con aquel pensamiento y abrumantes emociones, cae sumido al silencio del sueño.
Holiss, pues sólo vengo a decir que este Drabbles es más largo pero para no darle tanta vuelta lo dejo ahí.
LizziaX_
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Drabbles≈ └KookV┘
FanficHistorias que están en borradores, ideas que surgen e historias que tienen nueva posibilidad de poder ser leídas. Todo eso puesto aquí.