Se siente mirado y esa es una sensación bastante incómoda y más cuando odia ser el centro de atención.
Puede reconocer el significado que transmitían aquellas miradas y el de algunas cabezas mirando abajo, algunos rezando por el y sus seres más queridos llorando a más no poder.Le daba cierta alegría, una muy poca. Casi nunca se sintió querido por quienes le rodeaban pero grande fue su sorpresa al haber recibido una orden y, teniendo que cumplirla si o sí, salieran a defenderlo quienes él consideraba insensibles personas hipócritas. Reprime una sonrisa, no era el momento.
Su piel blanca cubierta por una tela sedosa y más blanca casi transparente adornada; un brazalete de oro fino apresaba sus muñecas, cadenas chicas y delicadas con joyas incrustadas recorrían el simple vestuario superior que tenía, sus orejas con perforaciones recientemente echas que no dolieron nada y que a su imagen le daba más atractivo, su pelo levantado y separado mostraba su rostro maquillado perfectamente, en sus dedos anillos preciosamente envidiables, su parte inferior tapada con una tela ajustada en la que se guardaba lo restante de la ropa superior y sus zapatos negros con una sutil plataforma que no era necesaria por ya tener altura de sobra.
Un hombre sin duda precioso.En su frente tres guardias, uno al frente y los otros dos en ambos costados, lo guiaban. Por detrás sabía que dos guardias armados se encontraban por si osaba a revelarse en el trayecto al gran salón.
—¡Ya están aquí! —pudo escuchar muy claramente aunque eso antes dicho fue pronunciado en un susurro.
Las dos puertas grandes echas de madera fueron abiertas por aquellos guardias que antes estaban a sus dos lados.
En el interior un festín estaba siendo realizado, personas muy elegantes charlaban, bebían, disfrutaban sin preocupación.
El silencio inundó todo el lugar que incluso se pudo escuchar el caminar veloz que ejercía. Susurros empezaron a surgir y bulliciosos comentarios fueron su recibida.
En el trono del que organizó la fiesta se pudo apreciar un joven desinteresado que observaba cada movimiento que hacía el de hebras oscuras.
Mujeres dotadas se le acercaron descaradamente restregando sus dotes en su pecho, algunos hombres lo veían con celos y otros lo comían con la mirada. Inconcientemente su rostro se desfiguró haciendo una mueca y apartándose bruscamente cuando apenas sintió un rosé en su brazo, dejando a uno de los guardias para que se encargase de ese problema. Su lengua empujo su mejilla izquierda por acto de reflejo antes de que su rostro se volviera neutro como hace minutos atrás estaba.
El rey se sentó recto en su trono ahora más interesado al ver cada acción echa por aquel joven que no se dio cuenta de ello.
Fue guiado para subir un escalón y estar a lado del trono real. Las personas se les quedaron viendo ya entendiendo todo, y en sus rostros se pudo apreciar una lástima ajena que lo ofendió.
El podría hacerlo, estaba seguro de que viviría por sobre todos los anteriores.
—Presentando a Jeon JungKook, nuevo prometido y tal vez futuro rey gobernante de nuestro reino y esposo de Kim TaeHyung. —presento—
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Drabbles≈ └KookV┘
FanfictionHistorias que están en borradores, ideas que surgen e historias que tienen nueva posibilidad de poder ser leídas. Todo eso puesto aquí.