❍┆Causis 1

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El día seguía transcurriendo. Parecía de momentos perderme, no había hecho muchas personas conocidas y tampoco aún me socializaba con los alrededores. Había dado otros largos turnos de clases y luego almorcé en la cafetería central. Los profesores me habían dado el material necesario con el cual ponerme al día y estaba agradecido eternamente de ello cuando llegué a casa y pude dar un largo suspiro de descanso al lanzarme al sofá de la sala.

El pequeño albergue donde me encontraba daba departamentos pequeños para las personas que se trasladaban de ciudades para estudiar. Era un lugar bastante humilde además de ser pequeño. Pero al ser uno solo, es decir yo, no me molestaba en lo absoluto. Sus suaves paredes de color crema, con un pequeño televisor sobre una mesa y una alfombra de gamuza con pigmentos negros y cobres; el sofá de dos plazas y un butacón a un lado como juego. A la izquierda estaba la pequeña cocina con mesetas y un minirefrigerio, y a la derecha el baño, que conectaba desde la sala y el cuarto que estaba a un lado de este, con una cama, dos almohadas y dos colchas, una mesa de noche y el armario.
Era solitario después de todo en las noches, cuando no tenía con quien hablar y solo mirar la televisión.

Me había hecho algo para comer mientras miraba las anotaciones que los profesores me habían dado para ponerme al día con las asignaturas. No había sido demasiado y todo era bastante legible y comprensible. Había terminado de estudiar casi a media noche y solamente pensaba en una ducha y volverme a acostar sobre la cama. Pero las fuerzas con las que había comenzado el primer día parecían gravedad tirando de mi cuerpo hacia el suelo.

Caí en la cama, sin ni siquiera cubrirme o sacarme los pantalones o ramera.

—¡JungKook! —Miré a mis espaldas buscando a la persona que llamaba por mi nombre. HaNeul trotó hacia mí con una cálida sonrisa mientras sostenía su bandeja de almuerzo—. ¿Puedo sentarme a almorzar contigo?

—C-claro —murmuré cuando estaba a punto de sentarme en una mesa un poco más allá de las centrales, pegado a los ventanales.

Ya hacía una semana que había comenzado a hablar con personas que compartieran las mismas clases que yo. Entre ellas HaNeul parecía ser la más cercana. Había sido demasiado atenta y generosa conmigo. Tenía una linda aura y parecía bastante refrescante y reconfortante. Era una chica sencilla y atractiva. A veces pensaba que por andar conmigo las personas opinarían mal de ella.

—Gracias. —Dejó la bandeja sobre la mesa antes de deslizarse por el asiento. Tenía un lindo cabello rubio y espesas pestañas, era lo que más la caracterizan—. ¿Cómo te ha ido en la clase de derecho hoy?

—Muy bien supongo —casi murmuré—. Es muy interesante esto de los derechos y deberes de los ciudadanos.

—Qué bueno que te guste, yo realmente no lo soportaría. —Dio una ladina sonrisa antes de darle su primer bocado a su sándwich de jamón y verduras.

HaNeul se había acercado a mí la primera semana en la que me integré, había sido la primera persona con la que entablé una conversación de casi basado en monosílabos, pero al menos era algo. Se había brindado a explicar cómo funcionaba el colegio y me había ayudado en mi integración. La universidad estaba resultando mucho más reconfortante de lo que me imaginaba. Las clases me estaban yendo bien, terminaba mis deberes luego del almuerzo si no tenía más imparticiones y luego me iba a casa.

—¿Y cómo te va todo? —preguntó.

—Creo que todo bastante bien. Hasta ahora estoy agradecido de que tengo el tiempo necesario para estudiar.

—Eso es bueno. Estoy segura de que eres de ese tipo de chicos que saca brillantes nota en sus exámenes —Sonrió contagiándome, era bastante fácil que me sonrojara con sus miradas tiernas—. ¿Sigues trabajando? —volvió a preguntar y asentí mientras tomaba de la caja de jugo.

𝐌𝐨𝐭𝐢𝐟𝐬. • [𝐓𝐚𝐞𝐊𝐨𝐨𝐤]. 𝐅𝐢𝐧𝐚𝐥𝐢𝐳𝐚𝐝𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora