❍┆Causis 13

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La moto parqueó frente al albergue. Suspiré cuando tuve que alejar las manos de ese cuerpo de caluroso, me resultaba tan confortable que el frío realmente separaba crudamente el calor. Dejé el casco en sus manos y me arreglé los cabellos antes de ponerle las gafas.

La cara feliz de TaeHyung me contagió al verle y le devolví el gesto con una suave sonrisa.

—Hoy ha sido uno de los mejores días de mi vida bebé. Estoy tan feliz.

Quería lloriquear del hormiguero que estaba sintiendo en mis mejillas y el humo húmedo extasiado de mi cerebro.

—Y-yo también lo creo —murmuré escondiendo mis manos en los bolsillos del abrigo para calentarlas y evitar que acecharan los risos rubios de su cabello.

Era raro, me sentía incómodo cada vez que le miraba sin algún objetivo en concreto, pero eso a la vez me reconfortaba y me llenaba de esa incógnitas que me mariposeaban el estómago.

—¿Q-quieres... subir a mi casa? —pregunté casi en un murmuro incómodo y desvergonzado a la vez.

¿En qué pensé en ese momento?

Nada ¿no? Había invitado a TaeHyung a mi habitación y con ningún objetivo en común. O sea, llevábamos saliendo hacía dos mes y más. Tenía la libertad de invitarlo a mi casa desde hacía tiempo, sin embargo nuestra relación era lo suficientemente independiente como para no incluir visita a casas ajenas.

Pero yo estaba dispuesto, muy en el fondo. Yo quería conocer a TaeHyung, yo quería seguir siendo el centro de su atención y haría lo que fuera por mantenerla justo en mí.

El cerrojo sonó al dar la segunda vuelta y la puerta se abrió dejándome ver el interior de mi humilde morada. Entré dándole paso a Tae para que pasara y cerré la puerta a sus espaldas. Corrí a dejar la mochila y encender las luces. Mis manos titiritaron un poco por el nervio hasta luego volver a introducirse en los bolsillos.

—¿Quieres... tomar algo? Agua, jugo...

—No, estoy bien.

Los ojos verdosos me miraron con cariño y yo tuve un impulso de acercarme y volverlo a rodear como minutos antes.

—P-puedes sentarte —tartamudeé incómodo. Tae miró a sus espaldas el sofá y se dirigió a él sentándose.

Yo volví a morderme los labios sin saber qué hacer, o que decir, o cómo actuar y corrí a pensar en algo rápido que me viniese la mente.

—Y-yo iré a darme un baño rápido y regreso. ¿Te importa? —Mi lengua casi llegó a enredarse maldecí en mi mente mi estúpida actitud.

Tae asintió con normalidad y le encendí el televisor para que no estuviese en completo silencio.

Entré a la habitación respirando hondo hasta que mis pulmones se sintieran a tope de este y exhale dejando que nuevamente estos vaciaran. Giré la cabeza a la derecha, encontrándome un yo completamente trasparente y me volví a caer en el agujero.

¿Por qué me resultaba tan difícil últimamente mirarme y no encontrar flechas denotando mis defectos?

La palabras de HaNeul parecieron aparecer en escritos rayados sobre en cristal cuando me acerque un poco: débil, blanco, suave, ingenuo...

Odiaba esa palabras y estas se estaban revirando contra mí cuando jamás las había visto, jamás se habían reflejado en mí.

Unas manos cubiertas de tinta negra rodearon mi torso y un muro se instaló en mi espalda, permitiéndome sentir sus curvas. Los risos rubios de TaeHyung explotaron sobre mi hombro izquierdo junto a aquellos ojos que penetraron el cristal del espejo.

𝐌𝐨𝐭𝐢𝐟𝐬. • [𝐓𝐚𝐞𝐊𝐨𝐨𝐤]. 𝐅𝐢𝐧𝐚𝐥𝐢𝐳𝐚𝐝𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora