❍┆Causis 18

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—¿Qué hacías?

Los cayucos dedos de su mano acariciaban delicadamente mi brazo, baja espalda y costado de la cara; completamente sedado, el calor que brotaba de su cuerpo me hacía sentir demasiado bien, un contacto por primera vez directo con su abdomen con demasía temporal.

Me sentía en estos momentos el chico más afortunado del mundo. Capaz de tener al chico más genial, y solamente mío.

—Revisaba los documentos de entrega y salida de la mercancía —Sus ojos miraban crudamente a la mesa donde descansaban desordenados todos aquellos documentos y ese mapa que anteriormente había divisado.

Las caricias de momentos se detuvieron de momento y quise hacer un repetido puchero por esa delicada falta de contacto.

—¿En serio estás bien con todo esto? No te quiero forzar a nada, ni que lo hagas por sentirte presionado.

Sonreí, pero al momento en que pensé en volverle a aclarar que no me alejarían en lo absoluto me miró serio.

—Es realmente en serio JungKook. Esto es un asunto delicado. Y si estás conmigo estás entrelazado con ellos también. Ahora formaran parte de tu vida y jamás podrás deshacerte de ellos. ¿Me entiendes bebé?

La manera en que me desmenuzaba solamente con la mirada acaloró mi cuerpo, jamás sintiendo esa sensación de poder tan divino en mi interior. Sus verdes ojos perforando los míos, su ronca voz endulzando mis sentidos.

Sus carnosos labios se acercaron a mi oreja, una especie de cosquilleo bajando desde esa zona hasta mi bajo abdomen, soltando un sonoro suspiro de satisfacción. Su lengua acariciando cada borde, como si supiera donde las caricias me hicieran temblar, cada punto nervioso. Una sensación que no conocía, pero que estaba a escasos pasos de desesperarme.

Sus besos bajaron a mi cuello, debajo de la zona donde delineaba, detrás de esta, mucho más céntrica.  Mis ojos se habían cerrado y no me había percatado de que mis intrépidos dedos estaban acariciando sus hebras doradas y rizadas.

—Dime JungKook ¿Estás dispuesto a todo esto? —la voz ronca me sacó de paso interiormente.

—Sí lo estoy. —Mis ojos aún cerrados lucharon por abrirse, mirado entre cerrados la cercanía de su rostro, dándome la posibilidad de olisquear su delicioso aroma. Agarré nuevamente su cabello acercándolo a mí, demandando cercanía—. Muy en serio.

La ladina sonrisa erizó mis vellos y sus rasposos labios tomaron los míos con fuerza, sacándome el gemido más profundo que pudiera haber tenido en toda mi vida. Las manos de TaeHyung sostenían mi cuerpo, pero sentía como estas deseaban apretar mucho más. Me dejé caer contra el sofá, abriendo mis piernas para que pudiese posicionarse entre ellas. Rara sensación de sentirme dominado.

Jamás había tenido sexo, y con un hombre no me imaginaba como sería exactamente la sensación, Pero según había averiguado, parecía ser demasiado placentera.

Los dedos fríos se encontraron bajo mi polera recorriendo la piel de mi estómago y bíceps que comenzaban a ser trabajados, contrayendo cuando un escalofrío me recorría. Su boca acalorada y mojada bailando con su lengua sobre la mía. Realmente me estaba sintiendo como si estuviese en un paraíso de deseo carnal. Mis manos tomaron posesión de su torso, haciendo caricias por todo este sin dejar de recorrer ningún tramo. Su piel delicada y más oscura que la mía soltaba un calor que me golpeaba.

El evidente sonido del cinto comenzar a ser desatado llamó mi atención, sin embargo, era tanta la atención que me había olvidado y solamente quería que acabase de des vestirme para no sentirme ahorcado en ropa. Sus besos descendían por toda la extensión de mi cuello hacia abajo, mi estómago encogiéndose mucho más por el resto de los mismos con intensidad mientras se deshacían del pantalón que aún colgaba de mis caderas. Un notable bulto formándose bajo mi pelvis.

𝐌𝐨𝐭𝐢𝐟𝐬. • [𝐓𝐚𝐞𝐊𝐨𝐨𝐤]. 𝐅𝐢𝐧𝐚𝐥𝐢𝐳𝐚𝐝𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora