Capítulo 08

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Snape marcho a Hogwarts en alas de justa indignación. Las grandes puertas se abrieron de golpe. Filch venía corriendo, con la boca abierta, y luego se alejó al ver el rostro del Maestro de Pociones. La Sra. Norris maulló y se alejó hacia la seguridad. Snape ignoró a ambos igualmente, preocupado en su destino.

Subiendo un tramo de escaleras, luego otro. Por un pasillo sin fin. Otro tramo de escaleras trato de detenerlo, y le lanzó una llamarada de fuego azul. Y le obedeció dócilmente. Él estaba haciendo bastante ruido, pero sencillamente no le importaba. Fue cuando iba ascendiendo el último tramo de las largas escaleras cuando se dio cuenta de que alguien estaba llamando su nombre.

—¡Severus! ¡Detente! —McGonagall iba corriendo tras él, las faldas de su túnica levantada—¡Detente! ¿Qué sucedió? ¡Severus! —Ella movió su varita y una pared de piedra bloqueo su camino. Snape casi se queda sin cerebro al tratar de no chocar con ella. Se detuvo de golpe y maldijo viciosamente.

>> ¡Severus! —La subdirectora se aferró el costado, respirando entrecortadamente—¿Qué sucedió? ¿Harry está bien? —.

Snape considero hacer explotar la transfigurada pared en mil pedazos, pero sabía que solo haría las cosas peores. Se giró hacia la sorprendida bruja, gruñendo.

—¡No! ¡Las cosas no están bien! ¿Tú sabes lo que esos malditos muggles le han estado haciendo todos estos años? ¿Alguna vez te preguntaste? Me pregunto si el maldito Albus sabía, y si lo hacía, ¡tendrá que responderme! —.

Ella le agarro un hombro y lo forzó a que la mirara—¿Harry esta lastimado? —.

La cruda mirada de dolor surcando su rostro lo compuso. Esto no era culpa de ella, bueno no completamente. Ella igual debió haber visitado al chico.

—Él pasó los últimos diez años como un elfo doméstico—Le dijo directamente—Se le permitía ir a la escuela, pero era castigado si se atrevía a superar al matón de su primo. Él cocina y limpia y es usado como un esclavo en el jardín: todo por mínimas raciones, la ropa usada de su primo, y el privilegio...—Bufo en su horrorizado rostro—...de que le permitieran dormir en el piso de la alacena bajo las escaleras junto con las cubetas y las arañas. Antes de hoy, nunca había tenido ropas que le quedaran bien, o un trozo de pastel que no hubiera sido rescatado del basurero, o una verdadera conversación con un adulto que le deseara el bien. Mi llegada enojo tanto a los muggles que trataron de dispararnos a nuestra llegada. El tío muggle ha querido deshacerse del chico por años, de la forma más directa, pero no se atrevía. Hoy estuvo demasiado cerca—.

—¿Y tú lo dejaste allí? —Minerva preguntó, horrorizada.

—Los muggles están en sus habitaciones bajo un hechizo Morpheus. El chico está en su nueva habitación, la que era la segunda habitación de su primo bien protegido. No quiero que Albus descarte lo que tengo que decir. No podía arriesgarme a traer al chico a Hogwarts con una promesa de seguridad, solo para que Albus lo mande de vuelta donde esos monstruos. Voy a volver a Privet Drive mañana temprano, debo hablar con Albus ahora. ¿Está en su oficina? —.

—Si... eso creo—Ella desapareció la muralla de piedra, y comenzó a caminar a su lado—¡Voy contigo...! —.

—Bien—Gruñó él—Quiero un testigo. Si el viejo siquiera piensa en lanzarme un Obliviate, lo lamentara—.

—-¡E iré contigo a ver a Harry en la mañana! —.

—Como gustes. También quiero un testigo allí. ¡Y llevaré una cámara! —.

 ¡Y llevaré una cámara! —

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The Best Revenge - Arsinoe De BlassenvilleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora