Capítulo 12

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Los días siguientes fueron frenéticos. Para su desconcierto, Severus Snape se encontró en un centro comercial muggle con un ansioso jovencito a su lado. Él nunca había comprado en un centro comercial, y lo encontró bastante interesante. Si el mundo mágico fuera más grande, esta era una idea que podría ser adoptada: una gran fábrica abandonada, por ejemplo, serviría para ubicar docenas de negocios y tiendas, manteniendo completa seguridad. Caminaron, uniéndose a la multitud de muggles, y Snape se maravilló ante la cantidad de cosas buenas que producía el mundo muggle. El mundo mágico era un mundo de artesanos, no de producción masiva. Magos y brujas tendían a crear cosas únicas. Incluso las escobas eran construidas en forma individual, inclusive cuando eran de un mismo diseño. La producción en línea era desconocida allí, y mirando como el trabajo de su padre en una fábrica le había quitado el espíritu al hombre, Snape pensó que era para mejor. Aun así, era importante recordar que muggles talentosos habían producido obras de notable valor y belleza. Él y Harry eran mestizos, y debían comprender el mundo mágico y el muggle

...incluso si ese comprensión tenía que expandirse al arte de comprar el calzado adecuado para un niño en crecimiento. Él y Harry hicieron una lista antes de dejar Privet Drive: una cuidadosa lista detallando las necesidades de Harry en la casa y en la escuela. El calzado había sido lo primero de la lista, pero no era todo lo que el chico necesitaba. Snape había pensado que también necesitaría jeans y poleras, pero examinar el contenido de la imponente cómoda de Harry, reveló otras deficiencias.

Cuando abrió el tercer cajón, Harry saltó gritando—¡No mire eso, Profesor! —.

Pero Snape ya había visto la pila de harapientos y feos calzoncillos grises. Se detuvo, peleando el impulso de saltar por la habitación, gritando "¡Karma! ¡Karma!". Cosa que habría convencido al chico de que había perdido la cabeza. Respiro profundamente, y espero que fuera cierto que los muertos velaban a los vivos. James Potter una vez había humillado viciosamente a Snape por usar el mismo tipo de lastimosa ropa interior. Si James Potter estaba mirando ahora, Snape calculaba que cualquier venganza que le debía por esa broma había sido pagada con creces.

Él no gritó, o salto, o se burló del chico. En vez de eso, sacó los tristes objetos... obviamente de Dudley, y los miró con desprecio—A menos que tenga algún tipo de apego sentimental por estos trapos, ¡Le sugiero que nos deshagamos de ellos de inmediato! —.

Lanzó el primer calzoncillo al aire y le disparó un "¡Incendio!". Ardió en llamas y luego se disolvió en cenizas. Harry se quedó con la boca abierta en shock y luego se largó a reír. Tomó un puñado de calzoncillos y los fue arrojando al aire como si fueran discos de tiro. Snape los incendio sin falta. Después de un rato, las risas de Harry cambiaron a tos, y abrió la ventana para dejar escapar el humo.

Así que "Ropa interior", fue escrito justo debajo de "Calzado" en la lista de compras. Y luego "Calcetines". Además, Harry no tenía pijamas, bata o pantuflas. Snape le explico por qué necesitaría esas cosas en Hogwarts. Cuidadosa y frugalmente gastaron la mayor parte de las ochenta libras de Vernon, y Harry tenía la base de un decente guardarropa para cuando terminaron. Harry compró sus audífonos, y buscaron en varias cajas de Cintas musicales. Snape le explicó a Harry porque necesitaba escuchar a The Who y Pink Floyd.

De hecho, Snape decidió que él también necesitaba salir más al mundo muggle. Había vivido en un barrio decadente cuando era un niño, y nunca había tenido el dinero para apreciar las partes más interesantes de la vida muggle.

Él no habría ido solo de todas maneras. No se le había ocurrido, no desde que había tenido la edad suficiente y había comenzado a trabajar, el visitar los lugares de los que había oído cuando estaba en la escuela primaria. Sin embargo, con la educación de un jovencito por considerar, ahora creía que le correspondía escoltar a Harry en un número de salidas que sirvieran para ampliar los horizontes del niño. Decidió que sería benéfico que algunas veces tomaran el tren, así Harry podría comprender mejor la locación y las distancias. Ayudaría al niño cuando comenzara a aprender a aparecerse. Por supuesto, el hecho de que Snape disfrutaba viajar en tren hacia la idea adicionalmente agradable. Hasta que tomaron el tren hasta Londres para un paseo por la Torre de Londres y el Museo Británico, Harry nunca había andado en tren. Snape lo hizo estudiar el mapa del tren subterráneo, y se preocupó de que Harry comprendiera como volver como un muggle si tenía que hacerlo. En voz baja, Snape complemento la información con hechos importantes del mundo mágico.

The Best Revenge - Arsinoe De BlassenvilleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora