Capítulo 21

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¡Qué verano! Snape colapso en su raído sillón en Spinner's End, feliz de por fin tener tiempo para sí mismo. Harry estaba tan listo como podía estar para entrar a Hogwarts. En su última semana de libertad, los dos habían subido los cerros en Cornwall, explorado las Islas, recorrido Kew Gardens, y cenado una vez más con los Malfoy. Snape había visto Terminator II dos veces, a petición de Harry, estremeciéndose ante el increíble volumen de sonido y la sobrecogedora intensidad de las imágenes. Los efectos especiales muggle de seguro habían hecho grandes progresos.

Hoy habían preparado dos pociones, las últimas de una serie de seis que Snape había creído le darían a Harry una base razonable en técnica e ingredientes. Ya que Albus se resistía a la idea de Harry en Hogwarts antes del primero de septiembre, Snape escrupulosamente había limpiado su humilde morada y habían preparado allí las pociones. Harry parecía no notar la pobreza de Spinner's End, solamente comentando sobre la cantidad de libros y lo genial que era tener la escalera escondida tras un librero. Habían trabajado en la maltratada mesa de la cocina, deteniéndose para comer unos sándwiches que hicieron juntos. Al atardecer, había llevado a Harry de vuelta a Privet Drive, y habían compartido la deliciosa cena que Muffy había servido. Viendo al niño frente a él, un niño tan pequeño, aunque había crecido casi dos pulgadas desde que lo había conocido, Snape encontró que era una lucha no ahogar al niño con consejos de última hora.

—Voy a preguntarte a ti primero cuando estemos en Pociones, Harry. Es importante que tus compañeros comprendan que tú eres un estudiante serio, no solo un niño disfrutando de su fama—.

Harry asintió—No quiero que la gente crea que me importa ser famoso. Pero tampoco quiero que crean que soy una especie de sabelotodo que cree que es superior a todos—.

Después de algunas ansiosas advertencias más, Snape vio que Harry estaba luchando por no rodar los ojos. Cerró su boca y volvió su atención a su crème brulee. No era como si no fuera a ver a Harry en Hogwarts, después de todo.

De hecho lo vería mañana: exactamente a las diez y media.

Los profesores de Harry le habían dicho como cruzar la Plataforma Nueve y Tres Cuartos

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Los profesores de Harry le habían dicho como cruzar la Plataforma Nueve y Tres Cuartos. Guió a su baúl con ruedas frente a él, preparándose para pasar corriendo la barrera, y luego se detuvo para despedirse.

La tía Petunia sostuvo un delicado pañuelo con encajes sobre sus ojos—No puedo creer que nuestro Harry se va tan lejos. ¡Estarás todo crecido la próxima vez que te veamos! —Su voz tenía un extraño acento escocés pero nadie que la conociera estaba allí para comentar.

El tío Vernon, vestido en un costoso traje le rio, los dientes le brillaban. Harry lo miró, y luego se tambaleó cuando le dieron una palmada en la espalda. Su mano fue aferrada para una fieramente emocional, aunque masculina, despedida. Él sabía que este en realidad era el Profesor Snape, disfrazado con algo llamado Poción Multijugos, pero el hombre lucía exactamente como el tío Vernon. Él escucho, increíblemente, como el "Tío Vernon" declaraba—Nos harás orgulloso muchacho—Harry tomó la jaula que contenía a Hedwig que él le pasó, y dio un paso atrás.

The Best Revenge - Arsinoe De BlassenvilleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora