Capítulo 34

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—¡En serio, Severus! —Comentó Dumbledore—¿En realidad tenías que matarlo? —.

—Si, así fue—Snape respondió secamente.

El troll había caído, ensangrentado y medio desmembrado, justo cuando Dumbledore acudía al rescate. Minerva respiro aliviada al ver a Harry ileso, pero miro al chico seriamente, de todas maneras. Snape estaba preparado a hacer más que eso. Flitwick aún venía por el pasillo, y Pomona tras él, resoplando por el esfuerzo. Albus y Minerva hablaron en voz baja, mirando al troll muerto.

Charity, al menos, se veía ilesa. Snape le echó otra mirada a ella. La luz de las llamas había desaparecido, y ahora volvía a lucir como ella: cabello rubio oscuro, mejillas redondas, y usando un color que nunca había visto en Lily. El parecido había sido grande, pero breve. Charity Burbage no era para nada como Lily Evans; aunque, al igual que Lily habría hecho, ella estaba retando con mucho cariño a esos dos cabezas huecas.

—Si su amiga Hermione no me hubiera dicho que estaban desaparecidos, ¿Quién sabe lo que habría sucedido? —.

Harry estaba avergonzado, y sabiamente se mantuvo callado, pero Draco estaba lleno de excusas.

—Creo que en realidad lo hicimos bastante bien. Desarmamos a la criatura, y con un poco de suerte podríamos haberlo vencido, y de todas maneras nada sucedió...—.

—Sr. Malfoy—Dijo Snape con terrible calma—Siga cavando. Así el agujero en el que se encontrará será aún más profundo—.

Draco se puso rojo. Él y Harry se miraron mutuamente, preguntándose qué decir.

—Profesor...—Harry comenzó inseguro—No estábamos tratando de presumir. Estábamos preocupados, sobre, usted sabe—Murmuró en voz baja, mirando con inquietud a Charity y Minerva, y con aún más inquietud al sonriente Director—Sólo queríamos ayudar—.

Snape explotó—¡Podrías haber muerto, y que forma más estúpida de morir habría sido! Tu madre dio su vida por ti hace diez en esta misma noche. ¡Qué bien muestras lo poco que valoras su vida! —.

Harry agachó la cabeza, pero Snape sintió una especie de resistencia allí. Hizo todo lo posible para controlar el no darle un jalón en las orejas o un buen coscorrón en la cabeza. Charity se paró a su lado y le tocó el brazo. Lo ayudó a contenerse... apenas.

Llegó Sprout y exclamó en horror sobre los restos sangrientos del troll—¡Cielos! ¡Profesor Snape! ¡De verdad usted no hace las cosas a medias! —Ella se giró a Harry, no sin amabilidad, y dijo—¡Estoy muy decepcionada por esto, Sr. Potter! Pensé que eras un chico sensato. ¿Que estaban pensado usted y el Sr. Malfoy? —.

—Estaba apresurado de ir a la Sala Común, Profesora, y me separe del resto. Draco y yo íbamos a las mazmorras juntos, y cuando oímos al troll corrimos hasta aquí y él nos siguió—.

Snape considero la historia del chico una buena mentira. Hubo confusión. El troll había venido en esta dirección... Quizás siguiendo su aroma. Pomona, no pareció creer ninguna palabra.

—Bueno, sin importar lo que planeó, Sr Potter, fue muy tonto para andar por adelantarse solo. Sabe que debe mantenerse cerca de sus prefectos y sus amigos. Lo siento, pero tendremos que hacer algo para ayudarlo a recordar a no volver a ser tan descuidado—.

Snape hablo—Yo iba a darle al Sr. Malfoy detención mañana en la mañana con el Sr. Filch. Quizás algo de labor manual sería beneficial también para el Sr. Potter. Ambos necesitan aprender a hacer lo que les dicen—Fulmino con la mirada a cada niño, esperando que sus palabras penetraran esos duros cráneos.

—Muy bien pensado, Profesor Snape—Aprobó Pomona—Después de todo el pobre Sr. Filch tendrá que trabajar muy duro para limpiar este desastre horrible. ¡Los niños necesitan aprender que las acciones tiene consecuencias! —.

The Best Revenge - Arsinoe De BlassenvilleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora