Capítulo 40

5.5K 501 53
                                    

Aqua Vitae Como catalizador. Incrementar la potencia de la citrinnitas exponiéndola al Sol una hora.

Snape busco una silla. La habitación giro hasta que, después de respirar profundamente varias veces, controló el shock. Reuniendo su coraje, miro nuevamente el mensaje. No era la letra de Albus. Mientras que Albus Dumbledore podía tener la habilidad de pasar las defensas de Snape, no había sido él quien había dejado ese lacónico consejo en el cuaderno de Snape.

Por un instante de terror, pensó que pudo ser Quirrell, o su amo actuando a través de él. No. Él conocía la escritura de Quirrell, y con seguridad él no había escrito esto. Además que apestaba en Pociones.

Le tomó más tiempo convencerse de que el Señor Oscuro no estaba tras de esto: enviar una nota para atormentar y amenazar, dejándole saber a su antiguo sirviente que sus secretos habían sido descubiertos. Snape no podía recordar su escritura, pero sabía muy bien de la experiencia del Señor Oscuro en pociones, y era imposible que hubiera concebido esas elegantes y simples soluciones para los problemas de Snape.

Estudio el mensaje de nuevo, maravillándose de eso. Fue inspirador. ¿Quién habría mirado anotaciones por menos de dos horas comprendiendo el propósito de Snape tan claramente? Y no sólo eso, había mejorado ¿posiblemente perfeccionado la fórmula?

El aqua vitae era algo que Snape habría descubierto, dado el tiempo. Sin embargo usar las propiedades únicas del sol... ¡ese era un completo campo de investigación que nunca había imaginado! Sintió un destello de alegría y deleite que no había sentido desde que era un estudiante. Se habría vuelto loco aquí en las mazmorras sin que se le ocurriera algo así. Había tantas posibilidades...

Nadie en Hogwarts lo habría hecho. Ni siquiera Horace Slughorn en su mejor momento lo habría hecho.

"Si eliminas lo imposible, lo que queda, por improbable que sea, deber ser la verdad".

Ser un mestizo tenía sus dificultades, pero ser un mestizo le había permitido leer las obras de Arthur Conan Doyle. Sherlock Holmes le había dado su respuesta, y la boca de Snape se torció en una leve sonrisa.

¿Acaso Flamel había recibido sus cartas? ¿Habían llamado su interés? ¿Estaba aquí, en el castillo, interviniendo para salvar su obra maestra? Snape había aprendido a no esperar mucho en su vida. Sabía muy bien que no había tortura más exquisita que esperar por ayuda en vano. Cuando se había arrojado a los pies de Dumbledore hace todos esos años, el viejo, casi, le había prometido cosas que casi habían embriagado a Snape con la esperanza de que Lily sería salvada de la venganza del Señor Oscuro.

Y entonces ella había muerto. Ella había muerto.

Así que no esperaba demasiado. Tomaba las oportunidades cuando se le presentaban, pero no ponía toda su fe en un deus ex machina.

Con sus manos aun temblando por la emoción, salió del laboratorio y convocó una taza de té. Debía pensar las cosas con más claridad.

Si. Era muy probable que fuera Flamel: la genialidad de la solución sugería al más grande de los alquimistas. Si la fuente de su inmortalidad estaba en peligro, quizá había llegado para asegurarla. Quizás simplemente elegiría eliminar la Piedra Filosofal de la ecuación, y volver a su bien conocido "retiro"

Él era, después de todo, notoriamente apolítico, al menos por los últimos trescientos años. Pese a la asociación con Dumbledore durante la juventud del Director, los usos de la sangre de dragón, etc., etc., etc., ad infinitum, Flamel había mantenido un perfil bajo por la mayor parte del siglo. Snape, por interés profesional, sabía más sobre él que los pocos de información repartida en las clases de Binns. Hace años, había leído la biografía de Flamel que Lily había comprado por la sugerencia de Snape. Ella siempre había tenido más dinero que él. Ella la leyó, y luego él la leyó, y después conversaron sobre eso, dándole vueltas a la historia del mago.

The Best Revenge - Arsinoe De BlassenvilleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora