Capítulo 35

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—Esto es asqueroso—Dijo Draco, quizás por centésima vez durante la detención del sábado en la mañana.

—Draco, no es tan malo—Harry dijo en desacuerdo—He visto peores. Vamos, sólo nos falta esta parte—.

De hecho, Harry se sentía competente y experimentado comparado a Draco, que claramente nunca había limpiado algo en su vida. Acostumbrado a que Dudley lo observara sin levantar un dedo, Harry no estuvo tan molesto ante la inutilidad de Draco.

—¿Qué quieres decir que has visto peores? —Draco preguntó con sospecha, derramando agua por las paredes. Ya que se rehusaba a exprimir el exceso de magia de la esponja porque decía que era algo "asqueroso" y "desagradable"—¿Quieres decir que has hecho cosas como esto antes? —.

—Bueno, Draco...—Harry no quería revelar cosas desagradables de su vida con los Dursley—Los muggles tienen que hacer las cosas con las manos. Es normal hacer labores como estas—.

—¿Me estás diciendo que esos muggles te hacen trabajar... como un elfo doméstico? —Draco paró su pretensión de limpieza y miro a Harry—¡Lo sabía! ¡Ellos eran horribles! —.

—No me hagas hacer esto sólo—Le dijo Harry, sintiéndose acosado—Podemos hablar de mi familia en otras ocasiones—Estaba arrodillado en agua jabonosa que se había pasado hasta sus pantalones y calcetines. El jabón tenía un fuerte olor extraño que era bastante desagradable. Le arrojó la esponja desechada de Draco al niño rubio—Limpia esa esquina y yo terminaré aquí. ¡Si Filch regresa y no hemos terminado, probablemente recibiremos otra detención! —.

Draco malhumorado regreso a diluir las pocas manchas de sangre que quedaban hasta que quedaron invisibles. Los profesores habían limpiado en gran parte el pasillo la noche anterior. Sólo le había tomado a Harry un poco más de una hora y media para fregar y limpiar, con la reacia ayuda de Draco. Probablemente lo habría hecho más rápido trabajando solo, pero no iba a dejar que Draco se comportara como Dudley, no enteramente.

—¡Listo! —El piso estaba más mojado de lo que debería, pero pese a todo, estaba mucho mejor de cómo había estado.

Draco estaba apoyado contra la pared, holgazaneando de nuevo. Harry lo hizo recoger los utensilios que habían ocupado.

—Qué mal que no atrapáramos a Quirrell anoche—Recalcó Draco—¿Me pregunto qué le habrá pasado? —.

Harry se dio una palmada en la cabeza. ¿Cómo pudo olvidarse?

—¡Muffy! —Llamo. Draco lo miró sorprendido y luego parpadeo cuando la elfina apareció.

—¿Qué puedo hacer por el pequeño amo Harry? —.

—Dijiste que siempre estaban vigilando al Profesor Quirrell. ¿Viste donde fue anoche? —.

Draco lo interrumpió—¿Hiciste que los elfos domésticos espiaran por ti? ¡Eso es genial! —.

Harry se encogió de hombros y volvió su atención a Muffy—¿Y bien? —.

La elfina respondió—El profesor turbante purpura se ha estado escondiendo de nosotros. Esperó hasta que todos se marcharon, y luego subió las escaleras—.

—¡Que! —

Astutamente, les dijo la elfina—Y unos minutos después, bajó otra vez, su pierna ensangrentada. Algo grande mordió al profesor turbante púrpura y no estaba para nada complacido, no, para nada—.

Harry le sonrió a Draco—¡Fluffy lo detuvo! ¡Viva por Hagrid! —.

—En realidad es muy inútil ese Quirrell—Draco resoplo con desprecio—¡Ni siquiera pudo lidiar con un Cerbero! —.

The Best Revenge - Arsinoe De BlassenvilleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora