Capítulo 10

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Aire rancio inundaba la habitación. Vernon Dursley yacía de espalda, con la boca abierta, roncando como un dragón. Petunia estaba acurrucada de lado, su cara marcada por la insatisfacción, incluso mientras dormía. Snape miró al par con repulsión. Había muchas situaciones en que las pociones eran superiores a los hechizos. La mayoría de las pociones para dormir podían ayudar a una persona a encontrar descanso, o minimizar las funciones corporales durante ese periodo. Snape había tenido una de esas pociones en su bolsillo anoche, pero en vez de eso había usado un hechizo Morpheus.

El hechizo era efectivo, pero forzaba el sueño en una persona, ignorando todas las demás señales del cuerpo. Después de doce horas, el colchón de los Dursley estaba empapado de orina. Bueno, eso se arreglaba fácil.

Ellos despertarían en cualquier momento. Snape escuchó brevemente a la emocionada voz que hablaba con Minerva en la otra habitación, y miro a las personas enfrente de él. La poción que usaría era perfectamente legal, pero solo porque el Ministerio no sabía que existía. Snape la había creado hace tiempo, cuando su visión del mundo era diferente que ahora. Tenía un efecto medio en magos y brujas, pero el impacto en muggles era abrumador. Había hecho lidiar con su padre los últimos años, soportables. El no sentía remordimiento por usarla ahora en los Dursley. De seguro intervendría con su Libre Albedrío, pero según él, todo esto era para mejor. Una sentencia en Azkaban o en una prisión muggle también interfería con el Libre Albedrío, al igual que tener conciencia. Y ya que los Dursleys no tenían conciencia cuando se refería a Harry Potter, Snape sentía que tenía todo el derecho de dictar los cambios en su comportamiento. Una noche de sueño no había enfriado su enojo. Él había decidido que, entre otras cosas, ellos deberían devolver más del dinero del niño. Él le diría a Minerva una historia sobre un Hechizo de compulsión leve. Y a Dumbledore no le diaria nada, Snape no estaba complacido con él. Lo que el hiciera no era asunto de Dumbledore, y se encargaría de que Dumbledore supiera lo menos posible. Él saco un atomizador, y les rocío la poción directamente en la nariz de los Dursley, con cuidado de no respirar el mismo.

No actuaba exactamente como la Maldición Imperius, pero dejaba al sujeto sumiso a sugestiones por medio día. Ideas y memorias se mantendrían permanentemente. Después de permitir que la poción trabajara por diez segundos, guardó el atomizador, y les lanzó un hechizo "Finite".

—Es perfectamente normal el que yo esté aquí, y ustedes me escucharán y me obedecerán. Petunia le dará a Harry Potter quinientas libras para sus gastos. Esa es una buena idea, y cuando alguno de ustedes vean los registros bancarios, ustedes pensaran que era lo menos que podían hacer por él. Y ya no pensaran más en Harry, o le pedirán que haga algo por ustedes, o trataran de entrar a la alacena bajo las escaleras. No tratarán de abrir la puerta de su habitación, y de hecho, ustedes no la verán. Harry Potter ya no es su problema. Si alguien pregunta por el, ustedes dirán que tuvieron suerte con el chico. Porque sus padres habían dejado pagado por su colegio así que estará fuera la mayor parte del año. Algo bueno para todos. A lo mejor hacen algo de él en esa escuela. Dirán que se llama Escuela Stornaway. Ese es el nombre público de Hogwarts, por si acaso, y tiene una buena reputación. Entonces ustedes cambiaran el tema. Ustedes jamás dirán el nombre verdadero de Hogwarts, y jamás mencionaran la magia o hablaran de fenómenos. El chico entrara a clases el primero de septiembre. En esa fecha, Vernon no trabajara hasta después del almuerzo, porque se supone que llevara a Harry a King Cross para el tren de la mañana. Actualmente no lo llevará, porque alguien más lo hará, pero eso es lo que le dirán a las personas. Después de esa fecha, ustedes le dirán a quién pregunte que se han enterado de que le está yendo bien. Durante el verano cuando este en casa, ustedes le dirán a quién pregunte qué no lo ven mucho. Él come aparte, y siempre está estudiando o reuniéndose con sus amigos de la escuela—.

The Best Revenge - Arsinoe De BlassenvilleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora