Capítulo 18 Entusiasmo

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🍁 Capítulo 18 «Entusiasmo»

—Miremos el lado positivo.–Dio una pausa incómoda.—No, no hay de positivo que te dé la regla.

Por más que Meri tratara de dar una charla positiva de algo antinatural para la ahora ella, no tenía ninguna excusa convincente en su mente.

—Aunque no lo creas sé en carne propia las consecuencias, conviví con una mujer por seis años.

Ella como Julio, había vivido tantas experiencias con aquellas variantes conductas femeninas, desde el cambio humor repentino, hasta las horas de compras matutinas.

—Debió ser...–Habló con mala gana de ella, era muy incómodo para Meri mencionarla, le daba un tic de escalofrío con tan sólo oír su nombre.—Sólo te queda tener fe en ese científico, si aún le queda algo de cordura, sabrá lo espantoso que puede ser vivir eso para un hombre. Si sólo con la fiebre sufren, ¿te imaginas con los fuertes cólicos? Los cambios de humor y mucho más. Se morirían

—No sabes cuánto razón te doy.– Pasó saliva.—Pero no todos los hombres, Meri.

Por lo menos, yo seré el primero en experimentar tal masacre en mis ahora ovarios.

—Lo sé, tú sí podrás soportarlo.– Alzó con ambas manos un vestido.—Y también esto hermanita.

—Créeme que estoy asimilando lo de usar ropa de mujer.–Pasó su mano sobre todo su rostro y se fijó en su techo blanco y manchado por los años, al oír la voz de su hermana bajó la mirada al instante.

—Si tienes el cuerpo de una mujer, nadie te verá extraño. No es como si fuera ropa pequeña.–Meri dio una pausa con un rostro pensativo, hasta que sus ojos miraron a la de Julia con curiosidad. Sus pensamientos nuevamente cambiaron de tema.—Si es verdad eso que me dices, eso quiere decir que eres fértil.

Meri era muy curiosa desde pequeña, más si esto involucra casos no tan normales como la de su ahora hermana.

—Ahora que lo mencionas, debe ser ¿Pero porqué me miras así?– Por alguna razón Julia tenía un mal presentimiento.

—Si eres fértil, entonces yo pienso que podrías embarazarte. Eso sería raro, pero interesante. Una vez vi una película en donde un hombre se embarazó debido a un experimento. Pero en este caso sería diferente.–Posó su mano en su mentón.

—Espera Meri, eso sí que no.–Su expresión se tornó asustada.—Yo soy un hombre, aunque tenga este cuerpo y este tamaño. Soy hombre.–Aclaró con seguridad.

—Lo sé, pero sólo analizaba la posibilidad, no es como si te estuviera diciendo que lo hagas. Además para ello, necesitarías a un hombre y tú no eres de ese bando.–Dio un silencio incómodo de tres segundos.—Por lo menos eso es lo que yo sé.

Hasta yo sentí tu seguridad...

—Mis gustos no cambiarán por tener este cuerpo, es verdad que quiero tener hijos. Pero, para ello necesito volver a la normalidad. Y además, necesito tiempo para recuperarme de ese incidente.

—Asi que pensabas....–Interrumpió Julia.

—Es normal querer tener una familia, cuando hay estabilidad en tu vida. Pero las cosas no se dieron, todo desapareció. Ahora estoy viviendo esto.–Dio un suspiro largo.—La vida realmente te puede dar una patada en trasero en cualquier momento.–Rio con sarcasmo.

Pudo ser mi culpa de ser muy celoso en ese tiempo, y tal vez fui el único que nunca se dio cuenta que ella ya no me amaba. Sin embargo no puedo olvidarla, seis años no se olvidan fácilmente. Pero para ella, creo si fue así.

—¡Bueno! Yo nunca te abandonaré, iré a tu lado cuando lo necesites.–Se señaló Meri con gran entusiasmo.

—De eso no hay duda, incluso te negaste ser adoptada para irte conmigo. Aunque no estuve de acuerdo en un primer momento.–Aclaró.—En poco tiempo te hiciste independiente y no dejaste de visitarme. Sé que puedo confiar en ti.

—¡Por supuesto!, entonces.–Alzó una de las prendas con una gran sonrisa de emoción.—Continuemos.

—Ah, lo había olvidado...Bueno, ya me resigné a muchas cosas y uno más ya ni me hace efecto.–Estiró ambos brazos con resignación.—¡A lo que venga!

Luego de dos horas de probar todas las prendas en Julia, Meri quedó satisfecha al notar que su ahora hermana, le daba muy bien la ropa femenina. Con su estatura y rasgos, fácilmente se le confundiría a Julia con una colegiala de secundaria. Meri nunca pensó que su gran hermano, orgulloso en el pasado y protector de su familia en el orfanato. Se convertiría en una adorable mujer pequeña. Aunque hubiera cambiado esa parte, le gustaba más el nuevo Julio, como Julia. Pero ese pensamiento no podía revelarlo.

—Ahora entiendo porque se tardan tanto en cambiar...–Estiró Julia cada parte de su cuerpo con algo de cansancio.—Hay prendas tan incómodas de usar, sobre todo ese sostén. Con el calor debe ser agotador tenerlo puesto.

—Es un suplicio hermana.–La miró fijamente.—¿Ya te acostumbraste?

—Podré hacerlo si me lo propongo y no es que tenga muchos atributos aquí arriba.

—Ah...Es realmente triste que digas eso de tu cuerpo, las prendas íntimas son importantes. ¿Y si te arreglo cabello? ¡Esa es mi mayor especialidad!

—Pero cuando vuelvo a mí otra forma, mi cabello se vuelve corto.

—Eso es raro, ¿Se reduce? ¿Cómo es eso posible?

—Se me cae.–Mencionó Julia con desconcierto.

—¿Eh?–El rostro de Meri se imaginó aquella escena donde el último pelo de Julia caía al piso.— ¡Te vas a quedar calva! Oh calvo...¡Eso es grave! El cabello es la vida de las personas. Su personalidad, lo que tú muestras como persona.

¿Qué hay de los calvos?

—No se me cae desde la raíz, supongo que no debo de preocuparme. Yo mismo me lo arreglo para que no luzca terrible, pero luego crece nuevamente con este cuerpo. Si me quedo calvo, vaya alistando un ataúd para ese anciano.

—Mientras encuentre una solución a tu problema, creo que es mejor controlarse.

—Sí, de todos modos no es como si fuera joven. De hecho no haría nada que atente contra mi libertad. Por lo menos eso creo.–Dudó.—La cuestión es tener paciencia, mucha paciencia, como los viejos tiempos.–Alzó sus brazos.

—¡Ese es mi hermano!, digo hermana.–La halagó.

Julia trataba de ser optimista, aunque la mala suerte lo persiguiera como perro faldero, no dejaría de ver hacia adelante. Sentía que había retrocedido cinco años de su vida, pero no por eso se iba conformar con aquello que ahora vivía. Tenía esperanzas en aquel anciano, sabía muy dentro de ella, de que volvería a recuperar todo lo que perdió, aunque sería el tiempo lo que nunca volvería. Si tenía que olvidar a Carla lo haría, por su propio bien, si quería comenzar de nuevo, debía quedarse con los mejores recuerdos de su pasado.

Había tantas cosas que como Julia experimentaría, tener otra identidad, le daría más vivencias que sólo ser mujer. No sólo era el cuerpo, la suerte era inesperada, fugaz. Pero el verdadero amor no siempre llegaba rápido, muy pocos tenían la dicha de aquello, menos los que esperan nada del que creen que no es adecuado. Y con la "suerte" de Julia, no sería fácil llegar a ello, pero tampoco, seria imposible.



Nota de Aru.

Tal vez muchos lectores no leyeron el capítulo 1, el intro actualizado (fue hace mucho, no avisé jsjs), si lo vuelven a releer esa parte, tal vez se dén cuenta de un pequeño spoiler del futuro.

Ahora soy Juli@  |Finalizado|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora