-T3- Capítulo 60 Un lugar sin salida

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🍁 Capítulo 60 «Un lugar
sin salida»

Julia había pensado en muchas cosas para lo que será su futuro. Tal vez en el pasado tuvo demasiados sueños por cumplir. Y ahora solo podía pensar que aquello se había estancado. Pero no quería ser tan pesimista, quería entender que solo ese objetivo se había vuelto un poco más difícil de cumplir.
Y tampoco podía descartar que ahora Hernán estaría más involucrado. Y por una buena razón.

Ya había meditado mucho sobre ese tema y estuvo por llamarlo tal vez un par de veces en esos seis días. Sabía que Hernán no era un hombre que dejaría toda la carga a ella sola, tenía un sentido de responsabilidad, aunque al principio aquello creía era imposible en él. Viéndolo desenvolverse con despreocupación durante tanto tiempo y recordando cuántas veces lo había molestado en el pasado cuando estaba con Carla, era evidente que su actitud celosa solo complicaba aún más esa relación extraña. Una relación que, en la actualidad, había experimentado un cambio completo. Sin embargo, hasta ese momento, no lo había llegado a conocer por completo. De hecho, no tenía ni idea de cuántas cosas podía ocultar en su mente.

No quería forzar una relación en la que, hasta hace poco, estaban conociéndose mejor. Era consciente de los sentimientos de Hernán, pero también de los suyos propios. Y estos últimos no coincidían con los de él.

La situación se complicaba aún más cuando él seguía viéndola como Julia. Todavía no era honesto consigo mismo, y quizás Hernán todavía se sentía confundido.

En una situación así, no era tan fácil prever su posible reacción.

Un bebé, es algo más que tener sentimientos, es una responsabilidad. Y Julia viendo su niñez, sabe qué es vivir sin padres, pero también aprendió el valor de la crianza. Era una responsabilidad de dos y no podría ocultarlo por mucho más tiempo. Ambos cometieron errores. Pero jamás consideró un error lo que llevaba dentro.
Y si ambos fueron culpables, ¡ella no pasaría esa angustia sola!
Pero pensarlo, era más fácil que hacerlo.

Además, si de apuro y desesperación hablamos. Meri no se quedaba atrás. Quería llamar a Maicol para que él pudiera darle el número de celular de Hernán. Pero Julia le había prohibido decirle algo a Maicol y aún peor a Hernán. Ni qué decir a su propio esposo, ya que era algo que debía hacerlo personalmente.
Lo único que pudo hacer Meri es desquitar su frustración con el maquillaje algo fuerte que le hacía a sus clientes.

Sin embargo, también estaba emocionada por iba ser tía ¡Qué iba pensar que su maravilloso hermano mayor del pasado, terminaría siendo una hermana mayor y llegaría a estar en esa condición! Ni la palabra «irreal» llegaba a los talones.
Dos emociones tan distintas y juntas. No era bueno para su corazón.

Ya siendo sábado, un paquete le había llegado a Julia por parte del científico. Una caja llena de medicinas, cargadas de pastillas algo singulares y de color rojo. En donde escrito en un papel, estaba la forma en cómo tomarlo y para qué exactamente servían.

Julia no pudo evitar leer en voz alta uno de los fragmentos.

—«Tómalo diariamente, me costó crearlo en pocos días. (Aprecia mi esfuerzo.) Ayudará a fortalecer tu útero. Y si de los efectos secundarios hablamos, no te preocupes.
Solo tendrás sueño.»

¿Más de lo que ya tengo?
A este paso seré como: «La bella durmiente.» Y ya no: «Cenicienta», en mi propia versión...

—«Pero este efecto secundario bajará con los días.»

Eso espero, ¡sino a este paso también voy parecer un zombie con crisis existencial!

Ahora soy Juli@  |Finalizado|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora