🍁 Capítulo 19 «¡Ver lo evidente!»
—Y dígame, ¿buenas noticias?—Ya quisieras.
—Tú entusiasmo me contagia.
Un domingo en la tarde Julia se encontraba en aquel laboratorio viejo, en donde cada día más le sorprendía la presencia de más objetos extraños, creados por el científico anciano.
—No son buenas ni para ti, ni para mí. Si bien el experimento va mejorando, no llego a la perfección de mis expectativas. No puedo llevar esto a que lo analicen, por lo menos pediré unos meses más.
—¿Meses más? Espere, lo que le pude entender es que aún no podré regresar a mi normal vida.
—Te dije que esto demorará. Seré inteligente, pero esto ya no es lo mismo a cuando era joven.
—Entonces pida ayuda.–Cruzó de brazos.
—¿Y revelar mis estudios a cualquier otro científico? No, prefiero dejarte así para siempre.
Su respuesta, alteró la poca tranquilidad de Julia.
—¡Oiga la sexualidad de mi cuerpo no es un juego! Usted prometió algo y yo estoy cumpliendo con mi parte. Sino no vendría aquí las veces que me llamó.
—También te he hecho favores, como darte una nueva identidad.–La señaló.
—Si claro, gracias, si no fuera por usted, no disfrutaría ser mujer.–Dijo con sarcasmo.—Ni siquiera parezco una mujer, sino una adolescente. ¿Sabes cuantas cosas perdí por transformarme en esto?
El entrecejo de del anciano se arrugó, casi pareciera indignado, por lo que se acercó a ella, señalándola moviendo su dedo repetida veces.
—Ey, yo no te obligué hacerlo. Tú accediste con total libertad.
Julia no sabía cuánto descaro podía mostrar el anciano, con un rostro tranquilo.
—¿Se olvida que me engañó? ¡Me disculpa!, pero la edad ya le está haciendo efecto.
—¿Se te olvida que caíste? De todos modos recibirás tu pago mensual, hasta que todo termine. No te quejes, sino quieres que cante.
—Eso es chantaje sonoro.
—Lo que sea, que sea. Yo ya te dije cómo va la situación de tu sexualidad. Así que aún tienes tiempo para disfrutar.–Sonrió volviendo a su lugar de trabajo.—Piensa que sólo es temporal, una oportunidad de experimentar el ser mujer.
Si que lo experimenté, comprando las toallas e imaginando qué me pasará unos días ¡Estoy que tiemble de la emoción! Ahora entiendo el porqué aquí no se siente calor, con tanta frescura que hay en el ambiente.
—Realmente uno de estos días alistaré su cajón.–Murmuró.
—Hazlo, me harías un favor, con lo caro que están.
Julia alzó su teléfono buscando la dirección de una funeraria.
—La más barata queda a tres cuadras de aquí, ¿lo quiere decorado?
—Ya quisieras verme muerto.–Ladeó una sonrisa.—Y por ende, quedarte con esa anomalía en tu cuerpo, tú sabes qué te conviene.
Tengo miedo saberlo cuánto años tiene, no dicen que más sabe el diablo por viejo, que por diablo.
Sin obtener alguna respuesta convincente, Julia se fue de aquel lugar aún con un poco de esperanza, tenía aún la fortaleza de aguantar un poco más y además, tenía la ropa que fue comprada por Meri. No quería decepcionarla, así que decidió al día siguiente en la tarde, usarla para ir a la cafetería.
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Ahora soy Juli@ |Finalizado|
Comédie«Cómo podría imaginar que el desastre y el giro total de mi normal vida, comenzaría con el día más feliz de mi vida.» Julio tiene la mejor vida para un hombre de su edad. Consiguió un trabajo decente y además está apunto de casarse con la mujer que...