🍁Capítulo 32 «El niño que
creció»Dando dos pestañadas, tragó saliva y trató moldear una expresión tranquila.
—Cliente, ese pedido tengo que rechazarlo.
Tanto Fátima como Hernán dejaron de hacer sus funciones al oír tal notable confesión, podían ver claramente la expresión de Julia como si hubiera recibido la peor noticia de su vida. Siendo él un hombre mayor en el interior, simplemente pareciera que estuviera siendo parte de un delito.
Hernán fue el primero en ir a interceder, luego de la expresión de dueña a que él fuera de inmediato. Aunque esa era su intención en un principio.
Se paró al lado de Julia y se expresó con "cortesía":
—Realmente es de admirar tu osadía. Pero, aquí no hay ese tipo de atenciones. ¿Quiere que le empaque su bebida sobrante? Ah, le daré un regalo consuelo por su perseverancia.
El joven muchacho vio con recelo su actitud y le respondió de inmediato.
—No es necesario, ya lo terminé.–Giró su cabeza de inmediato hacia Julia con una notable sonrisa y actitud insistente.—Bueno, he sido claramente rechazado. Pero vendré seguido, ¿podemos comenzar siendo amigos?
—No.–Respondió de inmediato Julia, para luego relajar su voz.—Es decir, yo...yo...
Hernán mientras más la veía dudar, más era su ganas por intervenir nuevamente para ayudarla. Dio una sonrisa pícara y habló de inmediato al no dudar en intervenir.
—No puede, por que yo soy su novi-
Apenas Julia oyó la última palabra, reaccionó su cuerpo de inmediato.
—¡Eso no idiota!-Susurró Julia dándole un codazo, negando con su mano.—¡Es mentira! Yo no quiero andar con nadie. Lo siento.–Se acercó un poco a él susurrándole al oído.—Además yo...no tengo esas preferencias. Entenderás...
El joven muchacho dio una mueca de sorpresa, viendo a Julia con una expresión de no creerle.
¡Me gustan las mujeres!
Y aunque fueras una mujer..., ¡igual te hubiera rechazado!Fátima se acercó a la escena, casi asustando a Julia por aparecer de repente al costado suyo. Miró fijamente al muchacho y habló con la tranquilidad con el que suele manejar las cosas.
—Verá cliente, no queremos perder un cliente fiel, pero tampoco el cliente debe ser descortés con un trabajador. Si alguien le rechaza, tendrá sus razones.
Los ojos de Sara veían con asombro tal repentina confesión, nunca esperó que el recurría a la cafetería todo ese tiempo, sólo para ver a Julia. Dio un largo suspiro y sólo se dedicó a ver de lejos. De hecho, se sentía un poco decepcionada.
Fátima estaba consciente que su sobrina estaba interesada en aquel muchacho, pero la razón de querer juntarlo con ella no era sólo por ese interés, la dueña tenía una cierta particularidad desconocida para muchos y la cual había visto también en Julia y Hernán. Ella no juntaba a las personas por capricho, de hecho nada era al azar.
Julia estaba decidida a rechazar tajantemente a aquel joven hombre, un problema más, sería ya demasiado para su ajetreada vida.
Pero cuando miró fijamente el rostro de aquel muchacho, esos tres lunares al costado de su ojo izquierdo, fue suficiente evidencia para saber quién estaba delante suyo. Lo miró más detalladamente y mientras más lo veía, pudo notar facciones muy familiares cada vez más, nunca podría olvidarse de un rostro así ¿Cómo no pudo notarlo antes?
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Ahora soy Juli@ |Finalizado|
Humor«Cómo podría imaginar que el desastre y el giro total de mi normal vida, comenzaría con el día más feliz de mi vida.» Julio tiene la mejor vida para un hombre de su edad. Consiguió un trabajo decente y además está apunto de casarse con la mujer que...